En la ciudad universitaria de Rosario, conocida como La Siberia, está ubicado el IMAE (Instituto de Mecánica Aplicada y Estructuras) que se creó en 1963 y en la década de los ’70 se mudó a su actual edificio. Allí funciona un espacio que es fundamental para el ámbito de las construcciones, tanto públicas como privadas.
Entre las áreas que coexisten en el IMAE, es la que presta servicios esenciales en la industria de la construcción. Allí se analiza la calidad del hormigón utilizado, mediante probetas del material. Es un ensayo que, si bien no es obligatorio, es relevante para comprobar los cálculos y el diseño de las estructuras civiles.
Una probeta de hormigón puede considerarse una muestra que reflejará, en ciertos aspectos, el comportamiento de toda la estructura. Mediante el ensayo al que se la somete pueden anticiparse problemas de resistencia o el proyecto de una obra, y detectar puntos críticos tanto para construcciones pequeñas o de gran envergadura.
El ensayo se realiza por medio de una prensa hidráulica que comprime la probeta hasta que se rompe, con lo que se mide la llamada carga de rotura para el tipo de hormigón específico. El tiempo que transcurre entre la preparación de las probetas y el ensayo es de 28 días.
Para contar en detalle qué es, cómo se utiliza y su importancia, el ingeniero civil y Jefe del Laboratorio de Tecnología de Materiales del IMAE, Juan Pablo Ascheri, habló con El Ciudadano. El IMAE, explicó, cumple varias funciones: “Extensión a la industria de la construcción, apoyo de la docencia, a la ingeniería civil, a la investigación en el desarrollo de nuevos materiales y su aplicación”, entre otras.
Qué funciona en el IMAE
El instituto se divide en áreas y cuenta con siete laboratorios: de Estructuras, de Tecnología de Materiales, de Metalurgia, de Ensayos Normalizados, Vial, de Eficiencia Energética y Químico.
En el predio existe un patio de cargas, único en su tipo en la región, de 750 m2 de superficie, en hormigón pretensado, con dos túneles de implementación y puntos reactivos para el anclaje de dispositivos de ensayo con capacidad de hasta 100 toneladas por metro cuadrado.
El mismo posibilita el análisis de vigas, columnas y otros elementos estructurales en escala real bajo condiciones de solicitación estática o dinámica.
Desde el año 2000, además, el IMAE cuenta con un Sistema de Gestión de la Calidad (SGC) que está certificado según los requerimientos de la norma ISO 9001:2015, con alcance “Ensayo de compresión de probetas y testigos cilíndricos de hormigón”.
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Y en 2010, la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agronomía de la UNR, representada por el IMAE a través de sus Laboratorios de Ensayos Normalizados y de Estructuras, fue incorporada como Laboratorio N° 38 al Sistema de Laboratorios Supervisados del Servicio Argentino de Calibración y Medición (SAC) del Inti (Instituto de Tecnología Industrial). Esto significa que cuenta con un sistema de calidad y la competencia técnica requeridas por los estándares de la Norma Iram ISO/IEC 17025.
Los procesos de calidad se certifican. Y existen normas de calidad, las normas IRAM que establecen parámetros para conocer y certificar si el material es apto para ser utilizado en la obra.
En cambio, el reglamento es de utilización obligatoria explica el ingeniero civil y es su herramienta de trabajo y de protección ante cualquier eventual suceso. “Uno puede estar diseñando un desagüe pluvial y justo llueve más de lo previsto en esa zona, y la sensación que queda es que está mal hecho. Hay probabilidades que los profesionales estamos expuestos”, ejemplificó y añadió: “Gracias al reglamento podemos saber por qué se hizo de cual forma y además estamos resguardados desde el punto de vista judicial”.
Laboratorio de tecnología de materiales
Ascheri comparó la tarea del laboratorio que dirige en relación a los profesionales de la construcción, con uno de análisis clínico y un médico. “Lo más común en nuestra rutina son los controles de calidad de los materiales que se utilizan para la construcción y uno que es muy necesario en cuanto a su producción son los hormigones, que necesitan rutinariamente de un control para asegurarse de la calidad de los materiales”, indicó.
“Los ensayos no son obligatorios en general. Pero en la mayoría de las obras públicas o en algunas obras privadas hay especificaciones en el pliego de licitación, y allí es obligatorio verificar y controlar la resistencia del hormigón. El pedido de esos análisis, no obstante, está en la responsabilidad de los profesionales actuantes, de los ingenieros y arquitectos responsables de los materiales”, aclaró Ascheri.
El hormigón no es el único material que se analiza: todos deberían pasar las pruebas antes de continuar con las construcciones. Desde los azulejos y cerámicos, por ejemplo.
Proceso
El control de calidad del hormigón se realizan con una serie de procedimientos estandarizados. Se moldean las probetas y se mantienen en una cámara de curado (habitación con el 100% de humedad y a una temperatura regulada de 20°C). Las muestras se mantienen allí hasta la fecha de ensayo, 28 días después. “De todas formas, hay situaciones particulares, por ejemplo si el interesado quiere saber qué pasa con el material a los 3 ó 7 días para desencofrar, para submuraciones o para cualquier otra cosa específica”, explicó Ascheri. Agregó que hay otros estudios además de la compresión para analizar la resistencia.
“Una característica del hormigón es que justamente evoluciona con el tiempo, por eso se pone una fecha”, explicó sobre la prueba. El año pasado, repasó, se analizaron unas 1500 probetas por mes. Este 2024, debido a la baja en la construcción, ese número disminuyó.
El volumen del hormigón varía a causa de distintos factores, este fenómeno se llama retracción y puede cuantificarse con distintos ensayos ya sea en hormigones como en el resto de los materiales de construcción. “Es muy complicado, porque es algo que se agrande y se achica, es decir genera movimiento y en la construcción eso se traduce en fisuras a lo largo del tiempo”, indicó.
La importancia de conocer el material y analizarlo también responde a un reaseguro ante eventuales reclamos al proveedor si se detectan problemas de calidad.
La resistencia del hormigón es de las características más fácil de medir y está relacionada con la dureza pero también su elasticidad, resistencia, capacidad de deformación y permeabilidad, en definitiva con su vida útil esperada.
Otra forma de tomar la muestra en vez de probetas puede ser la extracción de testigos en el lugar de la construcción, comentó Ascheri.
Mantenimiento de edificios
Ascheri afirma que así como el que compra un automóvil 0 km sabe que necesitará un service a tantos kilómetros usados, toda construcción requiere de mantenimiento. Es necesario realizar los controles de calidad con antelación para conocer cómo será esa estructura en el tiempo también es necesario los arreglos y mantenimientos a lo largo de los años. Para prevenir derrumbes es necesario estudiar también el progreso de las estructuras. En la ciudad hay edificios importantes con más de 70 años que no han sido mantenidos o edificios catalogados de Patrimonio Histórico que necesitan de controles para prevenir catástrofes.