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Construcción: pasó un año sin siniestros fatales para obreros

Más controles en obras junto a la implementación de cursos de capacitación e higiene fueron clave para minimizar riesgos.

Durante el año que pasó se mantuvo la baja en siniestros laborales en Rosario. En particular, dentro del rubro de la construcción, cuyo crecimiento durante los últimos 15 años en la ciudad ha marcado el paso de la economía local, pero también dejó al descubierto las condiciones de riesgo en que la mano de obra se estaba desempeñando.

En ese marco, desde 2011 una comisión tripartita de la construcción –sindicato de obreros, cámara empresaria y gobierno santafesino– desplegaron políticas de fiscalización en obras y cursos de capacitación en salud e higiene laboral. Fruto de esto, en el departamento Rosario, según contaron desde la Uocra, el gremio del sector, no se registró ningún siniestro fatal en obras de construcción. Si bien hubo casos fatales de trabajadores que volvían a su hogar, las mismas fuentes indicaron que se ha consolidado un modelo de trabajo seguro. “Antes teníamos filas de trabajadores heridos esperando en el sindicato. Ahora es más habitual que estemos luchando por salarios y mejores condiciones laborales. Fue importante generar conciencia entre todos”, explicó el representante de la delegación local de la Unión Obrera de la Construcción, Sixto Irrazábal.

En 2010 más de una docena de muertes en Rosario fueron de obreros de la construcción que sufrieron heridas fatales o directamente fallecieron en sus lugares de trabajo.

El “boom” inmobiliario mostraba su peor cara y la dirigencia nacional de la Uocra decidió enviar un interventor a la delegación local para enfrentar este problema, entre otros. Un año más tarde, aún sin un descenso importante en las estadísticas de muertes ligadas a la construcción, se formó la Comisión Tripartita de la Construcción de Rosario integrada por la Uocra, la Cámara Argentina de la Construcción y la Asociacón de Empresarios de la Vivienda y el gobierno de Santa Fe. Desde ese espacio se definió la necesidad de realizar el operativo conjunto de fiscalización, ante el crecimiento de siniestros laborales observados en el sector en 2011.

En 2012 representantes de la comisión salieron a la calle a detectar y actuar ante situaciones irregulares en materia de condiciones y medio ambiente de trabajo y registración laboral. De paso, según contaron desde el ministerio de Trabajo provincial, se aprovechó para ejercer una tarea de concientización sobre la necesidad de trabajar en condiciones seguras. El trabajo de campo incluso sirvió para contar con un diagnóstico del estado de cumplimiento de las normas laborales.

Ladrillo a ladrillo

Ya consolidado el modelo de fiscalización, en 2013 las suspensiones de obras en construcción inspeccionadas –por faltas en materia de salud y seguridad laboral– descendieron de un 80 por ciento a un 37 por ciento. Esto significa, según contaron desde la cartera laboral, un descenso del 53,75 por ciento con relación a 2012. Las fiscalizaciones que siguieron este año también se intensificaron en las ciudades de Venado Tuerto, San Lorenzo, Villa Constitución, Casilda, entre otras.

Consultado por lo ocurrido este 2014, Irrazábal contó: “Bajó mucho la tasa de accidentes y no tenemos que lamentar ninguna víctima fatal en obras. No sólo fue por las inspecciones sino por las capacitaciones y la toma de conciencia de los compañeros sobre trabajar de forma segura”.

En cuanto a suspensiones de obras en la ciudad, el gremialista comentó que “la tendencia durante este año no fue que la provincia dictara el cese de actividades total sino por sectores y hasta herramientas. Una vez que se solucionaba el problema se levantaba la suspensión”.

Sobre las capacitaciones en seguridad e higiene que mantiene la comisión tripartita en Rosario, aseguró que son constantes y apuntan a enseñar desde uso de herramientas, elementos de seguridad, modalidad de trabajo hasta cómo alimentarse.

Lo que falta

Si bien disminuyó las fatalidades en obras, los trabajadores de la construcción no estuvieron exentos de tragedias. “Siempre hay siniestros y hay que decir que hubo accidentes «in itinere», es decir, en el trayecto al trabajo. Pero no escapa de la realidad que vivimos en la ciudad con accidentes de tránsito y horas pico donde se lamentan vidas”, señaló el dirigente de la Uocra.

Según explicó, de cara al futuro se debe rever la modalidad de trabajo impuesta por el municipio ya que “en el micro y macrocentro se suspende entre las 14 y las 15 por disposición del Concejo Municipal”. Eso, según contó el sindicalista, hace que los trabajadores, que en su mayoría viven lejos del centro, deban volver a sus casas muy tarde. “Llegan muy tarde. No se puede cortar el trabajo por el ruido. El trabajador pierde horas y el empresario las tiene que pagar. Imagino que la Cámara de la Construcción hará una presentación en el Concejo”, concluyó el sindicalista.

Para Manos a la Obra “queda mucho por hacer”

El referente de la ONG Manos a la Obra, Narciso Canteros, celebró que a lo largo de 2014 no haya habido ninguna muerte en el sector de la construcción en la ciudad, pero a la vez dijo que “todavía queda mucho por hacer” con los siniestros graves que ocurren en las obras y por las enfermedades que sufren muchos de los trabajadores producto del sobreesfuerzo a lo largo de los años, lo que les genera secuelas permanentes y puede dejarlos fuera del sistema y desempleados.

“Es cierto que no hay accidentes fatales pero lo que están ocurriendo son muchos accidentes graves dentro de las obras que no trascienden, casi como un pacto de silencio, y que deja a muchos compañeros inhabilitados para seguir trabajando. Eso ocurre seguido, y sólo se dan a conocer los muertos. Hay compañeros con secuelas de por vida”, advirtió titular de Manos a la Obra.

“También está el tema de las enfermedades profesionales que padecen los compañeros, especialmente a partir de los 40 años por los sobreesfuerzos, porque el nuestro es un oficio muy sacrificado, con secuelas como la lumbalgia que los va dejando fuera del sistema y desempleados siendo aún jóvenes. Sobre eso no se está trabajando, no hay prevención ni concientización. Nosotros a lo largo de este año hemos hecho 116 denuncias públicas en total, haciendo un trabajo hormiga de manera silenciosa y gracias a ese esfuerzo fue que se llegó a la muerte cero en la construcción. Pero aún falta mucho por delante y por eso seguiremos peleando”, afirmó.

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