El viernes en la sede local del Gobierno de Santa Fe comenzó otra edición de la formación llamada Preventores Comunitarios en Salud Mental y Adicciones. Son personas que hacen actividades en instituciones de la sociedad civil como clubes, organizaciones y vecinales, y con el curso obtendrán herramientas para prevenir consumos problemáticos de sustancias. El curso, con una duración de ocho encuentros dictados por el doctor Horacio Tabares, es gratuito para los asistentes ya que es financiado por la Agencia de Prevención de Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones (Aprecod). En 2018 hubo 235 inscriptos de los cuales. Del total, 150 lo harán este año y el resto el que viene.
Cecilia Nieto, titular de la agencia provincial Aprecod, señaló que esta es la segunda edición en Rosario. A principio de año lo hicieron en otras localidades. “Estamos muy contentos con la gran cantidad de interesados. Demuestra claramente que en nuestra provincia hay profesionales y organizaciones sociales preocupados y dispuestos a formarse, adquirir nuevas herramientas y convertirse en preventores comunitarios”, dijo la funcionaria y agregó: “En el territorio se trabaja mucho en la prevención sin saber que lo están haciendo y es necesario, como Estado, poner en valor esos espacios sosteniendo una mirada humanitaria vincular que profundice los lazos sociales”.
Participan del curso integrantes de organizaciones que acompañan a niñas, niños y jóvenes atravesados por distintas situaciones de vulnerabilidad en los barrios y trabajadores de los programas Nueva Oportunidad y Vuelvo a Estudiar vinculados a los territorios del Plan Abre. A fin de año se habrán formado 360 personas en toda la provincia.
Capacitar para cuidar
Horacio Tabares, responsable de la Asociación Civil Vínculo, indicó: “La idea principal es formar a mucha gente. En la medida en que en nuestra sociedad podamos instalar muchos preventores y operadores comunitarios que se conecten entre sí, que conformen sistemas reticulares y que programen acciones conjuntas, vamos a proponer otra cultura del compromiso, la solidaridad y la cooperación”. Para el doctor, el preventor comunitario debe ser un sujeto pasional. “No se gana a nadie si uno no pone de su energía. Hay que entender que la persona que consume está fascinada por la droga, por lo que hay que ejercer un proceso de «desfascinación» y ofrecerle una alternativa de la misma intensidad pero de signo contrario”, concluyó Tabares.