Esta semana vencen los plazos para presentar las declaraciones juradas de ganancias, bienes personales y de renta financiera de 2018. Desde el Consejo de Profesionales de Ciencias Económicas del sur de Santa Fe pidieron que la AFIP postergue los vencimientos hasta el 31 de julio. Argumentaron que el fisco no dio suficiente tiempos desde que habilitó el sistema de carga online que desde 2018 es a través de la página web de la AFIP. También denunciaron que la plataforma tuvo muchos problemas. El presidente del Consejo, Sergio Roldán, habló con El Ciudadano y explicó la situación.
¿Por qué piden la extensión del plazo propuesto por Nación?
Este año se han producido un gran número de inconsistencias en el sistema online de la AFIP para cargar las liquidaciones de ganancias y bienes personales de los contribuyentes. Tuvo problemas y entendemos que fue habilitado tarde (a fines de abril). A nivel nacional hemos hechos reportes desde la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (FACPCE). También instamos a profesionales a sumarse a los reportes para mejorar el sistema. Es un trabajo difícil y complejo que desde 2018 solo se puede hacer por la web. Si el objetivo de AFIP es facilitar los caminos a los contribuyentes es razonable que posterguen el vencimiento. Es parte de sus responsabilidades.
¿Cuál hubiese sido un plazo razonable?
El sistema debería haber sido habilitado cuatro meses antes de los vencimientos. Fue muy poco tiempo. Y más, con los problemas de inestabilidad del sistema. Algunos, después de varios reportes, fueron solucionados. Hay que entender que los profesionales asesoramos en muchos problemas y una presentación tardía genera intereses resarcitorios y multas altas en caso de que no se pague.
¿Cómo fue la implementación del nuevo sistema y cómo funcionaba antes?
Nación lo presentó en 2018. Fue traumático. Este año sumaron el impuesto a la renta financiera, uno particularmente complejo que fue creado en diciembre de 2017 por una ley que tardó un año ser reglamentada justamente por lo intrincado del proceso. Antiguamente cada profesional hacía la carga en su computadora a través del Sistema Integrado de Aplicaciones (Siap). Al terminar lo enviaba. Ahora el sistema es a través de la web de AFIP y tiene cuestiones llamativas como cargar dos veces el impuesto a ganancias.
A cuenta de esta complejidad, ¿cuál es la recomendación para contribuyentes?
Asesorarse con un profesional matriculado (en el sur santafesino hay 7.400). Lo mismo corre para la necesidad de recategorizarse en el monotributo. Entendemos que hubo algunas publicidades de los organismos fiscales poco felices sobre cómo hacerlo. Parecería que con entrar al sistema cualquiera puede hacerlo y no es así. Existen distintas aristas a contemplar y si cada persona lo hace sin asesoramiento, el fisco puede excluir a muchos monotributistas por no hacerlo correctamente.
¿Debe requerir una capacitación constante del profesional para seguir los cambios de la normativa fiscal?
Entre el Colegio de Graduados de Ciencias Económicas y el Consejo llevamos adelante un programa de actualización a costos bajos, y en algunos casos bonificados a un 100 por ciento. Es una tarea permanente y una responsabilidad que asumimos para mantener el nivel del profesional que trabaja con los contribuyentes. Cada año tenemos una buena asistencia en los cursos.
¿Qué valoración hace de las políticas fiscales del gobierno de Cambiemos?
La reforma tributaria de 2017 fue buena para bajar la carga tributaria de las empresas al reducir las alícuotas. Eso promueve la capitalización de las empresas y la reinversión. Pero por el otro lado, establecieron una renta financiera para personas cuando antes era solo para empresas. En un contexto inflacionario no fue la mejor decisión.
¿Cuáles cambios debería aplicarse en Argentina en materia fiscal?
Es importante que baje la presión fiscal para las empresas que generan empleo. Eso posibilita que las ganancias sean reinvertidas. Ser un empresario hoy en Argentina es un desafío. No significa gravar las ganancias de los dueños sino promover que quienes son emprendedores tengan la capacidad para invertir. Un camino es deducir lo que inviertan en activos fijos de las ganancias en el año fiscal. Por ejemplo, sobre la compra de una maquinaria que implica una inversión y está pensada para mejorar la producción.
