El gremio de trabajadores Petroquímicos del Cordón Industrial (Soepu) denunció que la empresa IDM, que hace tratamiento de residuos industriales, residuos patológicos y residuos peligrosos, hizo un vertido de productos contaminantes en el arroyo San Lorenzo, que marca el límite entre la ciudad de San Lorenzo y la de Puerto San Martín y, pese a la situación ambiental que atraviesa, es lugar de esparcimiento para familias y zona de amarre de botes y canoas. Personal de la Secretaría de Salud y Medio Ambiente tomó muestras del agua para analizar y puso en conocimiento a la provincia, de la situación: la cartera ambiental también analizará la presencia y composición de efluentes.
“Según testimonios que hemos recibido, en las horas previas al partido entre Argentina y Polonia, la empresa habría vertido residuos contaminantes, sin darles tratamiento, directamente al arroyo San Lorenzo, aprovechando la menor actividad y circulación de personas”, apuntaron desde el sindicato. “Otra vez IDM viola los protocolos ambientales, generando potenciales daños al ecosistema”, agregó el Soepu.
“La empresa muestra el desprecio al medio ambiente, la falta de seguridad y escrúpulos que ponen en riesgo la salud de toda la región”, sostuvo Mauricio Brizuela, secretario General del Gremio.
No es la primera vez que IDM vierte químicos al curso de agua por “negligencias operativas”, sostuvo el gremialista. “Esta vez tiñó de azul este curso de agua. Hay malestar de los vecinos de varios barrios, que viven a la vera del arroyo y están cansados y a la vez preocupados por el procedimiento de la empresa”, continuó Brizuela.
En ese sentido, el dirigente gremial manifestó: “Accedimos a muchas imágenes que son una postal cotidiana y que no debemos naturalizar, no podemos dejar pasar por alto este accionar, porque venimos haciendo denuncias por maltrato a sus operarios, con la falta de elementos mínimos de seguridad y con un desprecio que arrancó con sus trabajadores y hoy ya es hacia toda la sociedad en la que trabaja”.
“Ya se ha hecho una costumbre que a IDM le saquen la licencia tanto nacional como provincial para disponer de residuos peligrosos e industriales por sus constantes faltas. Hace un año se caía la chimenea por falta de mantenimiento, poniendo en riesgo a sus trabajadores, tiene una cantidad de denuncias por no tener el sistema antiincendio en funcionamiento; la pileta de contención con filtraciones e hidrocarburos que hacen de esta empresa un peligro inminente para la sociedad”, repasó Brizuela.
Brizuela también apuntó contra la empresa por tráfico de influencias: “Siempre ha hecho oídos sordos de los reclamos y se ha jactado de sus contactos para evitar las sanciones. Pero hoy todos debemos decir basta al desprecio de estos empresarios inescrupulosos que solo le interesan sus ganancias a cualquier precio”, advirtió.
“Pedimos urgente intervención de los Ministerios de Medio Ambiente y Salud tanto provincial como nacional para cerciorarse de estas situaciones que son muy graves para los vecinos de toda la zona”, finalizó el titular de Soepu.
IDM, por su papel clave en los servicios que provee, continuó en plena actividad durante las restricciones por la pandemia de coronavirus. Tiene unos 200 trabajadores que hacen tratamiento de residuos industriales de todo tipo salvo de plantas nucleares, reciclado de solventes, incineración con vitrificación de cenizas, reutilización de maderas –fabricando cajones para exportación de autopartes– reciclado de plásticos para la creación de insumos, y de envases metálicos y de productos químicos.
Según dice la firma en su página web, IDM es “una empresa de capitales nacionales dedicada desde el año 1976 al desarrollo de nuevas tecnologías tanto para el procesamiento de residuos industriales como para la industria química”.
“Hoy contamos con tres plantas industriales y una flota de camiones para proveer servicios a nivel nacional. Nuestro equipo de profesionales está formado para brindar asesoramiento técnico especializado en temas ambientales, de calidad y de seguridad, orientado principalmente al tratamiento de todo tipo de residuos, desarrollando proyectos llave en mano en toda América latina”, define la empresa.
Los principales clientes de la firma son General Motors, John Deere, Dow Argentina y hasta la propia estatal EPE.
Entre sus logros se cuenta la descontaminación de 8 millones de baterías de telefonía celular, cuyas aleaciones fueron exportadas a Europa.
Empero, en 2018 el Ministerio de Medio Ambiente de la provincia le retiró la clave –después se subsanó el conflicto– de operador y almacenador transitorio de residuos peligrosos por “incumplimientos reiterados” en la gestión de los materiales. Y arrastra recurrentes conflictos, salariales y por suspensiones y despidos, con su personal, representado en dos gremios, Soepu y SPQYA (Químicos).
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