Política

La seguridad de las mujeres y diversidades

Contexto criminal y la variable de género en la provincia de Santa Fe

La eliminación del Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad en Santa Fe preocupa y se hace carne en el reclamo de diferentes organizaciones. Como así también el alarmante vaciamiento de la Secretaría con el que fue reemplazado


Como todos los años, el Observatorio Mercedes Pagnutti, se destaca por relevar los femicidios y trans/travesticidios en dicho contexto. El año 2023 se caracterizó por el alto porcentaje en provincia de Santa Fe, en el período enero-mayo (70%), de asesinatos de mujeres, adolescentes y niñeces en barrios populares en manos de sicarios o desconocidos, con una clara marca de crimen organizado y sistematizado,

Las víctimas fueron acribilladas, víctimas de balaceras y asaltadas por desconocidos con armas de fuego. Los femicidas, en su mayoría prófugos. Por su parte, en el mismo período la ciudad de Rosario, de los 18 femicidios ocurridos, el 86,7% fueron en contexto de criminalidad organizada.

En el mismo período de este año, es notable, de acuerdo a las fuentes periodísticas que se utilizan para este relevamiento, como desciende el porcentaje de los femicidios en contexto de criminalidad: de los femicidios registrados en Rosario (9) el 33.33 % fueron en contexto de criminalidad organizada.

En este sentido y debido a la carencia de datos oficiales respecto a la variable de género en los crímenes urbanos, nos preguntamos: ¿cuáles fueron las estrategias ejecutadas para disminuir este flagelo? ¿El gobierno provincial, con su respectiva Secretaría de Género e Igualdad y el Ministerio de Seguridad contemplaron la perspectiva de género como eje transversal? ¿O sólo el despliegue de policías es la medida visible y de fondo?

Estas son sólo algunas de las respuestas que la ciudadanía toda necesita conocer para poner en tensión cuál es el modelo provincial que Pullaro planifica para todas, todos y todes. Por ahora, sólo vemos el reflejo del alineamiento al gobierno nacional. Un modelo donde el ajuste se presenta como violencia, donde “combatir al enemigo” se convierte en la noticia que oculta y mitifica nuevamente que el peligro se encuentra en los barrios populares de Santa Fe, sobre todo en la ciudad de Rosario. En el contexto actual, y basándonos en los hechos ocurridos en la ciudad de Rosario en lo que va del año, los crímenes en contexto de criminalidad no han llegado a su fin por estrategias, sino que ha cambiado el objetivo: el 2024 la narcocriminalidad apunta a los trabajadores. ¿Hasta cuándo se puede sostener la baja de femicidios en contexto de criminalidad sin una estrategia y políticas públicas que avancen en el abordaje de la feminización de la pobreza?

Sobre el lugar del hecho, en Santa Fe se destaca un mayor porcentaje de hechos ocurridos en la vía pública (35,7%), mientras que a nivel nacional se registró un 13,5%. Las calles de nuestra provincia son más peligrosas, no es una sensación. Es en este sentido que la eliminación del Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad en Santa Fe1 preocupa y se hace carne en el reclamo de diferentes organizaciones. Como así también el alarmante vaciamiento de la Secretaría de género e Igualdad de la provincia, que deja en evidencia que el Ajuste es Violencia. Un ajuste violento que comienza con las trabajadoras y trabajadores y se concreta en el retiro del Estado a la hora de dar respuesta a la marea de situaciones de violencia por motivos de género y sus efectos, con las que convivimos mujeres, diversidades y niñeces.

Las políticas públicas que se construyeron colectivamente, tomando estudios, análisis y relevamientos de diferentes sectores, como así también los reclamos de la marea que ha ocupado las calles en estos últimos 9 años están desapareciendo, soltando la mano de quienes las necesitan. Bajo la bandera del ajuste, se encuentran operadores cuya ideología pretende someter a mujeres y disidencias sexogenéricas.

En este sentido, un informe recientemente publicado por el Equipo Ela y ACIJ pone de manifiesto que la reducción de la ejecución presupuestaria de programas cuyo objetivo es la erradicación de violencia de género es superlativa. Reducción del 12% en el presupuesto de la línea 144, de 68.8% en el Programa Acompañar, y de 100% en el presupuesto de ayuda para familiares de víctimas de femicidios, trans feminicidios y travesticidios.

Desamparo

En este apartado es imperante hacer foco en los asesinatos de mujeres y diversidades en su comunidad. De acuerdo a las fuentes, los tipos de femicidios, en período analizado, el 57,6 % de los femicidios y trans/travesticidios fueron Íntimos o familiares, porcentaje que sube un punto teniendo en cuenta que en el mismo período de 2023 registramos un 56,5% en estas categorías.

Con respecto al vínculo de las víctimas con el femicida, observamos que el 65,6% conocía al agresor (35% pareja, 18,2% ex pareja, 12,4% familiar), cifra que sólo se diferencia en 1 punto al año 2023( 56,5%). El agravante contundente se da sobre el Lugar del hecho: el 64,2% de los crímenes se llevaron a cabo en la vivienda de la víctima o en la vivienda que compartían con sus parejas, en tanto un 13,1% sucedieron en la vía pública.

Sabemos que el género es un factor de riesgo en la vía pública. Las decisiones de los gobiernos nacional y provincial, nos empujan a que nuestros hogares, también lo sean. Es fundamental problematizar sobre la seguridad de las mujeres y diversidades dentro del entorno en que desarrollan sus vínculos más cercanos ¿Qué sucede con aquellas personas que padecen VMG en sus hogares? En este sentido, hacemos referencia a la seguridad en su acepción más amplia. Sabemos que la pobreza afecta más a mujeres, diversidades y niñes, esto hace referencia a las barreras sociales, económicas, judiciales y culturales que generan que se encuentren más expuestxs al empobrecimiento de su calidad de vida: dependencia económica, imposibilidad de obtener un espacio para vivir libremente, miedo al pensar en denunciar, prioridad por el alimentos de les hijes, trabajo precarizado, espacios públicos pensados sin perspectiva de género, el transporte inaccesible en términos económicos (se ajusta el entorno para establecer vínculos y redes de contención, espacios de dispersión, educación, entre otros.) etc.

El crecimiento del desempleo, la precarización laboral junto a los discursos de odio, sumados a la eliminación de programas de acompañamiento y ausencia de campañas de concientización o información a nivel local, provincial y nacional, marcan este incremento en el tipo de femicidio íntimo y familiar. Sabemos que durante las crisis económicas aumentan las situaciones de violencia por motivos de género, con un gobierno nacional que refuerza y legitima los discursos de odio que se materializan en crímenes como los lesbicidios de Andrea, Pamela y Roxana. El odio mata, en las calles y en nuestros hogares. Las tres lesbiabas padecían hostigamiento por parte del femicida.

Hoy sus nombres son bandera de resistencia y lucha de los movimientos y organizaciones que reivindican sus identidades, porque lo que no se nombra no existe. Es en este sentido que la eliminación del Ministerio de Igualdad, Género y Diversidad en Santa Fe, preocupa y se hace carne en el reclamo de diferentes organizaciones. Como así también el alarmante vaciamiento de la Secretaría de género e Igualdad de la provincia, que deja en evidencia que el #AjusteEsViolencia. Un ajuste violento que comienza con las trabajadoras y trabajadores y se concreta en el retiro del Estado a la hora de dar respuesta a la marea de situaciones de violencia por motivos de género y sus efectos, con las que convivimos mujeres, diversidades y niñeces.

Por último, en nuestro país , en base a los datos disponibles, los Antecedentes de violencia demuestran que el 36,5% de las víctimas se encontraban en una situación de violencia por motivos de género (un 16.1% con denuncia y un 20,4% sin denuncia registrada). Cuando repasamos este mismo dato del año anterior, en el cual se registró un 20.7% de antecedentes de violencia, vemos nuevamente un aumento.

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