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Contra toda la casta: inquilinos, enfermos, trabajadores, usuarios de servicios

El cacerolazo espontáneo, que tuvo en CABA una marcha hasta el Congreso exigiendo a los dirigentes sindicales y a los legisladores que se pongan a la cabeza de los reclamos no fue poco. La luna de miel entre MIlei y el pueblo duró 10 días

El DNU de Javier Milei lanzado ayer atacó directamente a la clase media. Alquileres en dólares, tarjetas de crédito sin tope de intereses, desregulación de precios no sólo en la comida,  sino también en las obras sociales sumados al tarifazo dejan en claro que el país pensado es invivible. Es por eso que el cacerolazo espontáneo, que tuvo en CABA una marcha hasta el Congreso exigiendo a los dirigentes sindicales y a los legisladores que se pongan a la cabeza de los reclamos no fue poco.

La ministra Patricia Bullrich había ensayado unas horas antes su flamante protocolo antipiquetes. Altoparlantes en las estaciones de trenes amenazaban a los pobres con sacarle el “plan”. Policías con cámaras fotográficas para escrachar a los manifestantes, que sólo pretendían recordar como todos los años, la masacre del 2001. Un mini gabinete miraba en las cámaras cómo evitaban el avance planero por la ciudad, que si bien logró que marchara menos gente, no logró evitar la protesta.

Pero a las 21.30, cuando el anuncio había terminado, las cacerolas empezaron a sonar en todo el país. Las cacerolas salieron a la calle a sólo 10 días de la asunción de Milei. La manifestación se trasladó al Congreso y se extendió hasta la madrugada. El protocolo de Bullrich desapareció de pronto. La amenaza contra la clase media fue el propio DNU.

Los dirigentes de la oposición no esperaban que todo se precipitara tan rápido. Y en sus declaraciones, aseguraban que no era el momento de salir a la calle. El descontento con el gobierno anterior estaba todavía muy candente y pocos creían que MIlei atacara a la clase media de la manera que la atacó en su DNU. Esperaban que el desencanto llegara, que los votantes de Milei entendieran que la casta son ellos, y todas esas cosas que en general tardan tiempo en generarse. Pero tomando las palabras de Macri, de hacer lo mismo que hizo en su gobierno pero más rápido, echó mano al respaldo del 56 por ciento que lo votó y largó un DNU de espadas al Congreso  que generó una maifestación espontánea que amaga con multiplicarse.

Ahora necesita gobernar.  Durante el gobierno de Macri, gobernadores y movimientos sociales apelaron a una buena convivencia. Y sus legisladores acompañaron las medidas de Macri. El escenario para Milei es otro. No tiene gobernadores propios y es difícil lograr un apoyo cuando lo que se viene son recortes y medidas que perjudican a sus propios votantes.

El descontento va a seguir avanzando. Y como repetían durante el cacerolazo frente al Congreso, será con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes.

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