Cada día debes conectarte con la energía del perdón para dejar ir toda situación dolorosa de tu vida. Asegúrate de dar vuelta la página, debes realmente hacerlo y llevarlo a la práctica.
Es necesario evitar rememorar una y otra vez esa/s situación/es dolorosa/s de tu vida. Si te enfocas en tu dolor atraes hacia tu vida situaciones de la misma frecuencia vibratoria: más dolor. Así que tómate tiempo de calidad de tu vida para destinar a sanar viejas situaciones que has atravesado en tu vida en donde no fuiste escuchado, valorado, amado, pero no debes aferrarte a lo negativo de la situación sino que más bien debes centrarte en el aprendizaje que ello te deja.
Cierra esa situación donde te has sentido desvalorizado y permítete sentirte bien contigo mismo. Puede que muchas veces sientas que debes esforzarte al máximo, tratando tal vez de llegar a ser alguien; si haces esto quiere decir que aún no te has dado cuenta de que tú ya eres alguien; sólo es necesario descubrir quién eres en verdad y encontrar en tu interior el amor hacia quien eres; es esa energía de amor hacia uno mismo, de autovaloración, la que permitirá sanarte.
No retengas tu dolor; por el contrario, libéralo, libérate de él buscando conectarte con situaciones y recuerdos alegres de tu vida, conéctate con aquello que te hace bien. Busca aprender de esa/s situación/es dolorosa/s que has transitado. Pregúntate: ¿cuál es la emoción negativa que me bloquea? Tal vez viejos miedos heredados, que han sido trasmitidos durante tu educación y cuesta reconocerlos como propios. ¿Puedes expresar y comunicar con claridad lo que sientes o tus palabras son malinterpretadas? ¿Sientes que te cuesta comunicar tus sentimientos o emociones por miedo a ser herido, rechazado?
Trata de indagar en tu interior la razón de tu malestar; una vez que entiendas qué ocurre lograrás aprender del dolor vivido. A continuación, enfócate en lo nuevo que puede llegar a tu vida. Eres responsable de tu propia felicidad, de hacer lo posible para dejar atrás el rencor, la rabia, el resentimiento y la frustración que te ocasionaron esos hechos dolorosos de tu vida para conectarte con emociones positivas como la alegría, el perdón hacia ti mismo y hacia otras personas.
Para perdonar no es necesario olvidar sino superar esas situaciones dejando de ser una víctima permanente. Si siempre recuerdas el dolor sufrido sigues estando en el rol de víctima y quedas atrapado en esa situación dolorosa. Así, el dolor se ha transformado en sufrimiento. Ello impide que lleguen a tu vida nuevas situaciones donde puedes ser feliz, te imposibilita disfrutar de la alegría de vivir, puesto que permaneces atado a un pasado que ya se ha ido.
Ello no significa que estés de acuerdo con lo sucedido, tampoco que aceptes el modo de proceder de otras personas (en caso de haber varias personas involucradas en aquellas circunstancias que te ocasionaron dolor); en muchas ocasiones puede que sea necesario establecer límites claros al otro: nada justifica la violencia o el maltrato. Es necesario aprender a relacionarnos de diferente manera con el otro, establecer límites implica que no permites que la situación de dolor ni las personas que lo ocasionaron te dominen.
Perdonar significa que decides renunciar a ser una víctima de esa situación, de esas personas que te hirieron. Si prefieres retener tu dolor te aferras a la rabia y ello terminará debilitándote puesto que la rabia es una emoción negativa de muy baja frecuencia y debilita tu Energía Vital. Al perdonar conviertes tu dolor en una perla, recubriendo la herida tal como lo hacen las ostras.
Convertir el dolor en una perla significa que, al igual que una ostra herida, transformas el dolor en una perla sanando tu herida con la energía del Amor Universal. Ello implica ir un paso más allá; perdonar no es sólo hacerlo porque eres una persona bondadosa sino que cuando decides perdonar abandonas el papel de víctima, te liberas de ser prisionero del dolor. De este modo, nuestra energía cambia de frecuencia, elevándose, sintonizándose con la energía del Amor Universal para poder aprender de lo sucedido.
Si no perdonas te quedas atrapado en una energía de baja frecuencia vibratoria, donde la autoestima es baja por lo que puede atraer situaciones de similar vibración energética. ¿Por qué necesitas ser víctima una y otra vez? Tal vez necesitas culpar a otros de tu propia infelicidad. Si ello es así recuerda que sólo tú mismo eres responsable de tu propia felicidad, sólo tú puedes elegir que es aquello que deseas para tu propia vida.
A través del Reiki, puedes permitirte celebrar haber pasado por una experiencia dolorosa porque ella abre las puertas del aprendizaje: deja que éste ocurra. A través del Reiki te permites comprender que tus propios pensamientos y emociones vibran de determinada manera y esa energía debe ser de una frecuencia alta, con emociones positivas en donde puedes amarte a ti mismo y valorarte por lo que eres. Cuando ello ocurre eres libre de ese dolor, tu autoestima y la confianza en ti mismo es alta, con seguridad puedes elevarte por encima del dolor vivido, aprendiendo a perdonar y perdonarte. Así el dolor no te detiene en un pozo de rencor sino que, por el contrario, te elevas por encima de la experiencia vivida, con confianza y fe en ti mismo.
Cuando perdonas y sanas las heridas con amor sientes que un gran peso abandona tu cuerpo, te sientes más liviano, ya no cargas con la negatividad, no eres más un prisionero, eres libre, por lo tanto, puedes elevarte ante las circunstancias y transformar tu dolor en una perla. Al poder realizar esto te darás cuenta de que puedes disfrutar de la libertad que te da vivir sin rencor, elijes disfrutar de tu vida no de padecerla. Deja los rencores viviendo amorosamente; de este modo, te permites sentirte en paz y en armonía. Te has elevado por encima del dolor. Te sientes bien contigo mismo, las opiniones expresadas por los otros no han hecho mella en tu interior sino que te ayudan a fortalecerte.
Si te caes te levantas y lo intentas de nuevo, si permaneces arrinconado por la situación que generó tu dolor te detienes sufriendo, te colmas de miedos, de broncas, culpas a los otros por lo que ha sucedido en tu vida pero ¿cuál es el sentido de retener el dolor? Ninguno, sólo permanecer atrapado en él. Puedes elegir hacerlo, en este caso decides mantenerte en tu rol permanente de víctima o puedes, en otro caso, elegir liberarte de él. A través del Reiki puedes aprender del dolor, liberándote, para ello es necesario desapegarte de la situación vivida realizando un aprendizaje de lo ocurrido. De pronto, una fuerte sensación de libertad te invade cuando abres tu corazón sanado tus heridas.
Luego, puedes seguir adelante superándote a ti mismo, elevándote con la energía sanadora del perdón y del Amor Universal, dejando lugar a que llegue la paz y el bienestar a tu interior. De este modo, has abierto tu corazón para conectarte a la energía del Amor Universal, convirtiendo tu dolor en una perla. Te has transformado, eres libre del pasado, del rencor, tu Energía vital se eleva, tu corazón está sanado, convertiste tu dolor en una perla, tal y como lo hacen las ostras que han sido heridas.