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Convocatoria a la integración

La Asociación Civil Centro de Ayuda al Discapacitado difunde derechos e insta a las autoridades a comprometerse con un sector vulnerable de la sociedad para integrarlo a su plan de gobierno.

Luchan desde hace años (y lo seguirán haciendo) por una mejor calidad de vida. Personas con discapacidades diferentes reúnen fuerzas entre pares, además de familiares, para difundir y hacer valer sus derechos. Es por eso que en el Día Internacional de la Persona con Discapacidad, la Asociación Civil Centro de Ayuda al Discapacitado organizó una convocatoria en el cruce de las peatonales para mostrar el trabajo que realiza desde hace 15 años y para promover los derechos de los discapacitados. “Todos somos discapacitados en potencia, debemos reconocer a quienes hoy tienen límites de algún tipo como pares, y no mirar hacia un costado, como están haciendo las autoridades”, sostuvo Rosana Martins presidenta de la agrupación rosarina, en diálogo con El Ciudadano.

“Trabajamos desde hace 15 años para difundir los derechos de las personas con discapacidad”, remarcó Martins sobre el grupo que se formara con madres de chicos discapacitados “cansadas de no ser escuchadas, de tener que golpear puertas para hacer valer los derechos de sus hijos”, comentó.

“Nuestros hijos estaban desprotegidos y por eso empezamos a luchar por la ley 24901 que señala que todo organismo público o privado debe tener un equipo interdisciplinario para asesorar a padres sobre los derechos de las personas con discapacidad. Nuestro trabajo es difundir y hacer respetar esos derechos, como así también el acceso a tratamientos y medicamentos en forma gratuita, promover las técnicas de rehabilitación y difundir las actividades que en este sentido se desarrollen en los efectores públicos de salud. Paralelamente –continuó–  instamos a una educación especial accesible, coordinar con organismos públicos y privados, generar centros informativos, con el fin de preservar y mantener disponibles todos los documentos y material audiovisual relacionado con la discapacidad, como así también la creación de un banco de medicamentos para gente de pocos recursos, y la realización de talleres de oficio para la inserción laboral de las personas discapacitadas. La iniciativa incluye el reparto de cajas con alimentos que nos provee el gobierno provincial y el traslado de personas de bajos recursos para diferentes tratamientos de rehabilitación”.

Hoy, el hijo de Rosana tiene 23 años y si bien es tarde para algunos logros que él necesitó casi dos décadas atrás, Rosana sigue fuerte: “Si bien mi hijo no tuvo acceso a muchas cosas, ni siquiera a muchos de sus derechos, seguimos trabajando para los jóvenes que padecen la discriminación para que puedan vivir en una sociedad mucho más justa”.

A su vez, desde la agrupación se hizo hincapié en la ley que indica que debe haber un mínimo de 4 por ciento de empleados con discapacidad en los organismos estatales, es por eso que celebran el logro del decreto 312/10 que fortalece la inclusión.

Por otra parte, Martins reclamó mayor compromiso de las autoridades. “Nuestros diputados, concejales, candidatos no han incluido a los discapacitados en su agenda, es por eso que insisto en que es una buena oportunidad para que se tome en cuenta la problemática que afecta a cientos de personas en medio de su campaña electoral, pensando en una ciudad, en un país para todos, absolutamente todos, va a ser más simple elegir a quién votar”, advirtió.

“Nací para luchar”

Adriana Monticelli de Palazesi es una de las mamás que luchan a diario contra la discriminación social ante la discapacidad de dos de sus hijos: José y Luciano.

El primero tiene Síndrome de Down, en tanto Luciano, a sus 22 años, tiene pendientes nueve materias para recibirse de contador público y sufrió una parálisis cerebral al momento de nacer (una mala praxis ejercida en la cesárea programada) y hoy sus secuelas le afectan sobremanera su capacidad motriz. 

“Mi experiencia es una vida de lucha positiva porque siento orgullo por los logros y la lucha que mantienen mis hijos. Luciano hoy trabaja en el Ministerio de Trabajo de la Nación y José se ha destacado en natación en el clasificatorio para las olimpíadas en Grecia 2011. Sé que tenemos una familia unida que la integran también mi hija María Julieta y mi esposo Juan Carlos; juntos hemos adaptado y planificado nuestra vida sobre las necesidades de Luciano y José, y trabajando a la vez por su independencia”, comentó Adriana a este medio.

A su vez, la mujer, sin dejar de enumerar cada desafío enfrentado por sus hijos, señaló: “Mi esposo siempre dice que nací para luchar y es cierto. Jamás escondí a mis hijos y fuimos más allá de los pronósticos médicos. Si fuera por éstos, Luciano hoy estaría postrado en una silla, encerrado en casa. Veo muchos padres que tienen miedo por la realidad que les toca enfrentar, pero deben pensar en la felicidad que les genera a sus hijos conocer la vida, luchar y ganarle a la discriminación, a la discapacidad misma”.

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