Quizás su forma de festejar, haciendo un corazón, sea el fiel reflejo de lo que es Ángel Di María. La lucha con su hija Mía (nació por cesárea con sólo seis meses de gestación el 22 de abril de 2013 y recién el 13 de junio le dieron el alta luego de pasar esos meses entre cables y problemas luchando por su vida), el fallecimiento de su suegro Germán y la perdida de su abuela en los últimos días han sido pruebas que la vida le puso en contraposición a su desarrollo futbolístico.
La emoción de Fideo en la noche de lunes –la madrugada de Argentina– traspasó la pantalla en pleno festejo del primer tanto nacional y en las declaraciones tras el partido. Ni bien la pelota impulsada por su zurda hizo contacto con la red, salió corriendo raudamente hacia el banco para tomar una remera que lo esperaba. “Abuela te voy a extrañar muchísimo”, rezaba la casaca blanca que tomó y elevó hacia el cielo. Luego también lo dejó expresado en su cuenta de Instagran con la leyenda “Viejita linda, descansa en paz junto a tu viejito. Gracias por dejarme de herencia estos valores que hoy llevo con la frente en alto. Te quiero con el corazón!”, junto a una foto con su abuela bailando y sonrientes.
“Es difícil, por mi mamá, por mis tíos, porque uno cuando está acá lo critican y cuando estás lejos de la familia es difícil”, aseguró Di María entre lágrimas. “Quería jugar, era el orgullo para mi abuela que yo esté en la selección, mi mamá me pidió que me quede y que ganemos el partido. Sabía que iba a hacer el gol, me había pasado con mi suegro, le mando un saludo grande a mi familia”, recordó.
Justamente con su suegro Germán ya le había tocado vivir una situación similar en medio de una competencia. En diciembre de 2011, el padre de su esposa falleció un miércoles, Fideo se tomó un avión, estuvo con la familia, volvió a España y el sábado anotó en la victoria de Real Madrid ante Sevilla. Como esta vez, en esa ocasión mostró una remera que decía: “Germán te extrañaremos siempre”.
Esta vez, pese a sus ganas, no pudo viajar. Pero estuvo con su corazón junto a los suyos. Ese mismo en donde tendrá por siempre a su abuela y con el que festeja dibujándolo con sus manos en cada gol.
Rosario, siempre cerca
Esta selección nacional tiene una gran impronta rosarina. Desde su cuerpo técnico pasando por varios de sus jugadores que surgieron de los clubes de la ciudad y son hinchas leprosos y canallas. Pero también la presencia está en la gente que la sigue por todo el mundo. En la noche de lunes, el debut copero no podía ser la excepción y tampoco faltó la bandera leprosa con la inscripción “Rosario” y la camiseta canalla en la piel del ex jugador de Central Andrés Imperiale que actúa en la MLS y aprovechó para ver de cerca la selección que dirige el rosarino Gerardo Martino.
