Era previsible y lógico para aquellos que saben del poderío de los clubes brasileños en el fútbol playa, un deporte que ellos mismos crearon a principio de la década de los años 90. Y así se dio: Vasco da Gama superó a Rosario Central, de dignísimo campeonato, para gritar campeón.
El Canalla poco pudo hacer en su afán de arrebatarle el título de la primera edición de la Copa Libertadores a Vasco da Gama. Fue 8-1 para el conjunto carioca en el certamen jugado en las playas de la ciudad de Santos.
Central enfrentó a un equipo súper profesional, que en 2015 fue segundo en el Mundial de Clubes y que sus jugadores son la base de la selección brasileña que en diciembre del pasado año se coronó campeón de la Copa América.
La diferencia entre ambos planteles era demasiada para ilusionarse con un triunfo auriazul. Pero los partidos hay que jugarlos y no claudicar en el intento. Central le hizo frente, pero el poderío futbolístico del Vasco prevaleció siempre.
El primer tiempo terminó 3-0 para los locales gracias a los goles de Boquinha (goleador del certamen con 12), Mauricinho (el jugador más valioso el campeonato) y Luquinha. El Canalla tuvo la chance de descontar a través de un penal, pero Rafael Padilha (mejor arquero del torneo) le desvió el remate a Maximiliano Ponzetti.
El segundo tiempo, de los tres reglamentarios, también fue para Vasco y por el mismo marcador. Otro tanto de Boquinha y dos más de Mauricinho llevaron el marcador a 6-0 para los locales, para el delirio total de los aficionados que se acercaron al estadio de Santos.
En el tercer tiempo la historia fue más pareja. Central se animó un poco más y logró marcar el tanto del descuento. Marcos D’Amico aprovechó una gran asistencia de Maxi Ponzetti para anotar de cabeza el único tanto auriazul. Rafinha primero y Boquinha después le dieron el resultado final al cotejo por el título.
Los brasileños hacen que lo difícil se perciba como fácil. Poco les importa la arena desnivelada para trasladar la pelota, ya que hacen un culto del juego aéreo. Central, con apenas dos años en la disciplina, consiguió el respeto de todos. Jugó la primera final de la Libertadores y no será poca cosa con el transcurrir de los años. Antes de ir a jugar la Libertadores el deseo de todos los jugadores del plantel auriazul era quedar entre los mejores cuatro, pero ellos fueron más y lograron quedar entre los dos equipos más importantes del fútbol playa sudamericano.
Los canallas jugaron cinco partidos en el transcurso del campeonato con dos triunfos (4-2 a Santa Marta de Colombia y 6-5 a Puerta del Lago de Paraguay), dos caídas (4-5 ante Punta Hermosa de Perú y 1-8 frente a Vasco da Gama) y en empate (4-4 con Iquique, aunque terminó ganando por penales por 3-2).
El plantel canalla que formó parte del torneo fue el siguiente: Sebastián Azimonti, Gabriel Bosh, Hugo Luis Longo, Diogo Malias (3 goles), Ignacio Manresa, Sergio Candia, Lucas Ponzetti (1), Cristian Gómez Cuevas (3), Luciano Donato (1), Marcos D’Amico (3), Maximiliano Ponzetti (2) y Ángelo Agustini (5). El técnico durante el certamen fue Andrés Arteta.
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