Rafael Correa será un anfitrión muy cómodo para el papa Francisco durante su paso por Ecuador. Fervoroso católico, el presidente se describe como un socialista moderno que sin embargo comparte el rechazo del Vaticano ante el matrimonio gay y el aborto.
Correa recibirá la semana próxima al papa Francisco –a quien le profesa admiración por su cercanía a los pobres y sensibilidad ambiental, representada en su reciente y muy celebrada encíclica verde–, tres décadas después de la visita al país de Juan Pablo II.
El anfitrión del Papa fue entonces el fallecido León Febres Cordero (1984-1988), un presidente de derecha, anticomunista y muy cercano al Vaticano en un país donde 94 por ciento de la población se consideraba parte de esa religión. Hoy, un 80 por ciento de ecuatorianos se dice fiel de la Iglesia católica.
Treinta años después, el actual Papa llegará a un país gobernado por un izquierdista que va a misa, defensor a ultranza de la visión tradicional de familia y que hace poco estalló en cólera por el enfoque “hedonista” de la política de planificación familiar por promover exclusivamente el uso del condón contra el embarazo adolescente.
En ese momento, no dudó en prohibir el lema de la estrategia: “Habla serio, con condón disfrutas un montón”.
“Soy muy progresista en la parte económica y social, pero bastante conservador en cuestiones morales”, ha confesado el mandatario, de 52 años.
Lejos de las apariencias, Francisco, quien reconoce que jamás ha sido “de derecha”, se sentirá a gusto con Correa, quien además de oponerse con fuerza a la despenalización del aborto y el matrimonio igualitario, es un “padre de familia” de tres hijos que habla con admiración del trabajo social de la Iglesia y que cita entre sus ídolos al recién beatificado monseñor Oscar Arnulfo Romero.
“El Papa va a darse cuenta de que el rótulo de progresista de Correa es sólo eso, un rótulo, y no creo que vayan a discutirse en la visita del Papa el matrimonio homosexual ni el aborto. De manera que no veo por qué pueda haber ninguna incomodidad” para Francisco, dijo a la AFP el historiador Enrique Ayala, rector de la Universidad Andina Simón Bolívar.
Además de Ecuador, el sumo pontífice visitará Bolivia, donde gobierna el también izquierdista Evo Morales, y Paraguay, donde manda la derecha en cabeza de Horacio Cartes.
Será la primera visita oficial del papa argentino al continente con más católicos en el mundo. Anteriormente, en 2013, participó en Brasil de la Jornada Mundial de la Juventud.
Respeto a las minorías
Correa ha promovido medidas que le han valido, entre sus afines, críticas a su talante conservador como la prohibición de los casinos, las restricciones al consumo de alcohol los domingos o el rechazo a la legalización del consumo de droga.
También sacó adelante una Constitución que reconoce únicamente el matrimonio “como la unión entre hombre y mujer”, y una ley penal que sólo permite el aborto cuando esté en peligro la vida de la madre o el embarazo sea producto de una violación a una discapacitada mental.
Aun así no se intimida cuando debe reconocer que está en contra de las tendencias más liberales de otros dirigentes de izquierda, y pese a ello defiende el trato respetuoso y humanista que le ha dado a las minorías sexuales.
Diane Rodríguez, una activista transexual que se ha reunido varias veces con Correa, reconoce que el mandatario ha privilegiado su “consideración sobre derechos humanos antes que su moral” y combatido la discriminación por preferencias sexuales.
En diálogo con la AFP, Rodríguez destacó que Correa está abierto a que un representante de la comunidad LGBTI asista a la reunión con el papa Francisco en la sede de gobierno el 6 de julio.
Nuevos tiempos
Elegido el 13 de marzo de 2013 tras la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI, Francisco asumió la dirección espiritual de más de 1.200 millones de católicos con un estilo nuevo, fresco y sencillo. Ha sido destacado por su empeño en fomentar un cambio de mentalidad dentro de la Iglesia católica frente a los divorciados y a las familias con hijos gays.
El papa argentino se ha visto por lo menos cuatro veces con el presidente ecuatoriano, incluidas dos audiencias privadas. Ayer, Correa anticipó una colorida bienvenida a Francisco: “De seguro el Papa es argentino; probablemente Dios es brasileño, pero el paraíso es ecuatoriano. Y no necesitas morirte, ya estás en el paraíso”, manifestó.