Ernesto Zambrini / Télam
Gustavo Melgarejo, el casero del campo perteneciente a la familia Sena y uno de los siete detenidos en la causa por el presunto femicidio de Cecilia Strzyzowski, declaró esta noche ante el equipo de fiscales a cargo del expediente que a la joven la llevaron al lugar “amordazada”, que le “pidieron una pala” y lo amenazaron con ser “el próximo” si hablaba, informaron fuentes judiciales.
Al ampliar su declaración indagatoria, Melgarejo mencionó un basural como el lugar en el cual podría encontrarse el cadáver de Strzyzowski, aseguró que la joven estuvo secuestrada dos días y que César Sena, el marido de la víctima, “manejaba todo”.
«Si la información que nos brinda coincide con los datos que nosotros estamos manejando, va a motivar nuevos allanamientos», aseguró el fiscal Jorge Cáceres Olivera en declaraciones a Telefé Noticias una vez finalizada la indagatoria de Melgarejo, el único de los siete imputados que tiene el caso que por el momento decidió declarar.
Es que, pese a señalar un basural, el casero no sabe dónde es ni en qué zona está ubicado, ya que él no concurrió.
El funcionario judicial añadió que «lo que brindó (el acusado) debe ser corroborado con las pruebas» que están incorporadas al expediente, o sea habrá que «cotejar especialmente con la información digital, lo que tiene que ver con las antenas de los celulares de las personas involucradas en este hecho».
En ese sentido, el casero de la familia Sena afirmó que la joven fue llevada al campo «amordazada», que le «pidieron una pala» y lo amenazaron con ser «el próximo», si llegaba a hablar, informaron fuentes judiciales.
Melgarejo declaró durante dos horas aproximadamente y fue sacado por el garaje de la fiscalía, situada en avenida 9 de Julio 236, a dos cuadras de la plaza donde anoche fue realizada la multitudinaria marcha en reclamo de «justicia», con una capucha que le trató de tapar el rostro.
Tras ser subido por policías a una camioneta blanca, Melgarejo se retiró sin responderle a la prensa y fue trasladado nuevamente a la comisaría 3ra. donde están todos los varones detenidos por el caso.
El casero declaró por segunda vez en la causa, ya que el martes último dijo que había visto con vida a Cecilia, amordazada en la cabina de una camioneta, en la zona de Puerto Tirol, lo cual derivó en una serie de allanamientos.
Durante esos procedimientos, los pesquisas secuestraron las prendas de vestir con las que Gustavo Obregón, otro de los acusados, habría llegado el viernes 2 de junio al domicilio de Emerenciano Sena, último lugar en el que fue vista con vida Cecilia.
De esta manera, los investigadores analizarán la posibilidad de iniciar nuevos operativos tras la ampliación de la indagatoria.
Por otro lado, Cáceres Olivera, quien integra el Equipo Fiscal Especial (EFE) conformado para el caso junto con Jorge Gómez y Nelia Velázquez, afirmó que se trata de «una causa que es bastante compleja, hay muchas personas involucradas».
Luego señaló que «en el día que se la ve por última vez a Cecilia con vida, todas las personas detenidas estuvieron involucradas de alguna manera en darle lamentablemente la muerte».
«Tenemos entendido que esta es una situación que fue premeditada y que, lamentablemente, de este acuerdo entre estas personas decidieron o planearon dar muerte a Cecilia, que es la principal hipótesis que maneja la fiscalía en la actualidad», indicó.
El fiscal dijo que una de las hipótesis sobre el móvil es la de «problemas de diferencias de un acuerdo económico».
«Tengo entendido que esto deviene de un requerimiento por parte de (Marcela) Acuña contra Cecilia para que firme un divorcio del matrimonio que había contraído con César (Sena) y creo que, en ese intercambio de palabras, en esas discusiones al no llegar a un acuerdo entre ellas, deciden darle muerte», resaltó.
Voceros judiciales informaron a Télam que el EFE procura tener los resultados de los peritajes telefónicos de los aparatos de los sospechosos entre lunes y martes de la semana próxima.
Además, también aguardan las pericias sobre los rastros de posible sangre hallada en la pared y en el piso de la casa del matrimonio Sena y Acuña.