Las fuerzas especiales francesas fueron protagonistas ayer de la detención en la ciudad de Abiyán del presidente en ejercicio de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, quien quedó en manos de las fuerzas del mandatario electo, Alassane Ouattara, declaró el vocero del gobierno francés, Toussaint Alain.
“Mientras el presidente se encontraba en su despacho, los líderes rebeldes fueron conducidos hasta el lugar por las fuerzas francesas que penetraron en la residencia con los carros de combate”, precisó. Poco antes, una columna de alrededor de 30 vehículos blindados franceses, apoyados por helicópteros, se dirigieron a la residencia de Gbagbo, después de los bombardeos efectuados anteayer durante todo el día por las fuerzas de la ONU y de la misión francesa “Licorne” contra el edificio, según informó la agencia Europa Press.
Las fuerzas leales a Ouattara, se llevaron a Gbagbo al Hotel Golf de la ciudad de Abiyán. En este hotel están instaladas las oficinas de Ouattara desde la realización de las elecciones presidenciales del pasado 28 de noviembre, en las que según la ONU ganó Ouattara.
Gbagbo no aceptó su derrota, basado en la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Costa de Marfil que le había otorgado el triunfo y por esta razón se negó a ceder el poder, por lo que comenzó a sufrir ataques de grupos leales a Ouattara, que finalizaron en graves enfrentamientos entre ambos bandos.
Francia, la ex potencia colonial en Costa de Marfil con más de 1.600 soldados en el país, asumió un papel preponderante en el proceso que derivó con la detención de Gbagbo, razón por la cual los partidarios del ex presidente acusan a París de neocolonialismo.