Segundo en la tabla de posiciones, con más de un tercio de torneo disputado, el Central de Eduardo Coudet transita el campeonato de 30 equipos cumpliendo con su objetivo primordial, el de ser protagonistas. Invicto en doce partidos, instalado en 16avos de final de la Copa Argentina, y con una propuesta de juego que entusiasma al hincha Canalla, el Chacho tendría que estar más que satisfecho con lo obtenido hasta acá. En especial, considerando que se trata de su primera experiencia como técnico de primera división.
Sin embargo, el entrenador auriazul mantiene los pies sobre la tierra. Y lo refleja en su discurso, teñido de mesura: “Las sensaciones que se viven en este momento son muy buenas. Y en esto creo que hay un gran mérito de los jugadores, que supieron captar una idea, y trabajan día a día para mejorar y potenciar lo que tenemos. Vamos por el buen camino, pero falta mucho”.
Además, Coudet trata de no perder de vista la forma, el método. Aunque esto parece que le impide gozar de un presente exitoso: “La vorágine y la dinámica que impone nuestro fútbol hacen que uno tenga que estar pensando, permanentemente, en el partido que viene. No me puedo desviar de eso, y creo que eso es lo que me impide disfrutar de este gran momento”.
Mano a mano con El Hincha, el Chacho habló de su equipo, de la identidad que le impuso, y de lo que espera en el corto plazo de parte de sus dirigidos. Reconoció su imposibilidad de dejar a un lado la pasión con la que vive el fútbol, para desempeñar su rol desde el banco. Además, dejó reflexiones sobre los incidentes del último Boca-River, y se refirió a los posibles movimientos en el próximo mercado de pases.
—¿Hay satisfacción por lo conseguido hasta acá, o la sensación es otra?
—No, hay satisfacción. Y la cosa pasa por ver que los jugadores van creciendo, y que la gente está contenta con lo que ve. Vamos cumpliendo con pequeños objetivos que uno tenía trazados desde el arranque, conformar un buen plantel, un equipo que transmita y que a la vez entienda la necesidad de recuperar valores futbolísticos que forman parte de la historia de este club. Después, lo que siempre digo, no se pueden prometer resultados, pero sí mucho más trabajo.
—El hincha de Central habla mucho de esto de haber recuperado la identidad. ¿Te imaginábas que se iba a conseguir eso con tan poco tiempo de trabajo?
—Vine a Central con esa idea, con ese objetivo. Lo tengo claro y lo dije cuando asumí. Había que retomar conceptos y buscar un funcionamiento y una forma de jugar acorde a la idiosincrasia de este club: un equipo que pelee cada pelota como si fuera la última, pero siempre tratando de jugar bien al fútbol. Venimos trabajando sobre esas bases, en la búsqueda de contar con un equipo intenso, que sepa presionar, y que cuando recupere trate de jugar. Jugaremos partidos en los que las cosas saldrán mejor que en otros, pero los resultados nos están ayudando y eso es muy bueno.
—¿Podés destacar una virtud de este equipo para entender el presente futbolístico de Central?
—Hay convencimiento. El grupo entendió la idea y la asimiló como propia. El mensaje de ser protagonista llegó, en un plantel que tiene hambre, con mucha predisposición para corregir y mejorar. Creo que eso fue muy importante.
—¿Cómo ves el torneo de 30 equipos?
—Creo que es muy duro, ya que cada rival te propone dificultades diferentes. La fecha pasada fuimos a jugar con Nueva Chicago a Mataderos, y todos creían que era un trámite, que era ir y ganar. Sin embargo Racing jugó allá, y empató; y los de Chicago también le sacaron el empate a Boca en La Bombonera. En los papeles las cosas parecen sencillas. Pero en la realidad no lo son tanto.
—¿Duelen los puntos que se escaparon jugando de local ante Colón y Huracán?
—Los del empate con Huracán sí, porque hicimos figura a su arquero. Lo de Colón fue diferente, porque el equipo no apareció en su mejor dimensión. Lo que hay que saber es que no se pueden ganar todos los partidos. Pero el equipo está bien, decidido a asumir el protagonismo que corresponde ante cada rival. Hay que seguir trabajando sobre esta base.
—¿Hay un objetivo de mínima trazado para fin de año?
—No. Es el partido que viene. Así lo planteamos desde el principio, y creo que las cosas están saliendo bien de esta manera. Así que no vamos a cambiar nada. Apuntamos a objetivos cortos, el partido que viene. Estamos ahí arriba, y nos gusta. Ahora tendremos que hacer todo lo posible por mantenernos.
“Lo vivo con mucha pasión”
“Sé cómo vivo cada partido desde el banco, de manera apasionada; y también soy consciente de que tendré que corregir algunas cosas”, dijo Coudet a modo de autocrítica sobre su forma de desempañarse desde el banco auriazul.
Y el Chacho tampoco dudó en reconocer las dificultades que esto le puede generar en el normal desempeño de su tarea: “Es cierto que a veces puede darse alguna incorrección pero yo lo vivo así; y no creo que la experiencia, o alguna otra cosa, me entregue las herramientas para que esto cambie, o mejore; lo vivo con mucha pasión”.
—¿Es una característica de tu personalidad?
—Seguro, y no la voy a poder cambiar. Lógico que hay que mejorar varias cosas que uno debe asimilar desde su función de entrenador. Todos los días trato de aprender, y estoy muy predispuesto a hacerlo. Me gusta ver fútbol y escuchar, así que seguramente que con el tiempo iré creciendo como entrenador.
—El partido que viene, con Lanús, lo dirigirá Trucco, que te expulsó ante San Martín de San Juan.
—Son cosas que pasan. Lo tengo que tomar con tranquilidad y normalidad. Sé que tengo un tiempo en el que debo evitar una reincidencia porque sería muy dura la sanción.
—¿Vas contando los días que faltan para que se cumplan los tres meses?
—Voy haciendo palitos en la pared y tachando, como los presos. La verdad, trato de manejarme de la mejor manera. Y ojo que nunca le falté el respeto a nadie. Es más, cuando me expulsaron, fue por protestar una falta. Me parece que fue bastante severo el árbitro conmigo. Pero bueno, ya pasó. Hay que tratar de bajar un poco los decibeles en cuanto a las protestas. En cuanto a cómo siento y vivo el fútbol, difícilmente cambie.
Que no se vaya nadie
“Para mí es una satisfacción muy grande la de recibir llamados de diferentes lugares consultando por jugadores de este plantel, porque eso marca que muchos de ellos se han potenciado en este último tiempo, con trabajo y dedicación, y creo que se tienen ganado ese interés que está surgiendo por ellos”, señaló Coudet, confirmando que hay seguimientos sobre futbolistas auriazules.
—Los que preguntan, ¿llaman desde el exterior, son amigos del fútbol?
—De distintos lugares, y además, interesados por más de un jugador de este plantel. Pero ya les avisé, por el momento, no hay ninguno con la botellita arriba de la cabeza.
—No te querés desprender de nadie hasta fin de año.
—No, seguramente que no. Tendrán que esperar un poco más. Acá todos son importantes.
—Y en cuanto a refuerzos, ¿vas a tratar de aprovechar los dos cupos del receso?
—La realidad es que habrá que ver cómo se presentan las cosas cuando llegue el parate. Y qué posibilidades tenemos de sumar a alguien, y esto lo digo en todo sentido. Todo el mundo estará pensando que necesitamos un defensor, un volante o un delantero. Pero esto va todo a mil kilómetros por hora y uno no puede imaginar hoy, las necesidades que podés llegar a tener dentro de una semana, menos todavía dentro de un mes. Lo que tengo claro es que no vamos a sumar por sumar, esa no es la idea.
—Al menos, uno imagina que este tema de los refuerzos ya está charlado con los dirigentes.
—No. No te voy a mentir. Es muy difícil plantear algo hoy, cuando quedan tres partidos por delante antes del receso. En fútbol, ese tiempo es una eternidad.
A trabajar en Arroyo Seco
Los auriazules darán inicio hoy a la semana de trabajo que desembocará en el partido del próximo sábado 23. Ese día, por la decimotercera fecha del torneo de primera división, los auriazules recibirán a Lanús en el Gigante de Arroyito. El cotejo, que se disputará desde las 17, será arbitrado por el rafaelino Silvio Trucco.
El entrenamiento auriazul está programado para las 9 en el predio de Arroyo Seco, donde también está previsto un almuerzo para todo el plantel.
En cuanto a la semana de prácticas, la jornada más importante será la del miércoles, cuando Coudet dirija un ensayo de fútbol en el Gigante. Allí, en horario vespertino, aparecerán las primeras señales sobre el equipo que el Chacho tiene en mente para recibir a los granates.
Una de las principales dudas pasa por saber si César Delgado, que arrastraba un problema físico, estará en condiciones de reaparecer.
“Se superaron los límites de todo”
“Fue una locura lo que pasó; y me parece que si no tomamos medidas drásticas, esto se va a convertir en un vale todo”, fue la reflexión del Chacho sobre los incidentes del jueves pasado en La Bombonera, en el marco del Boca-River por Copa Libertadores.
“Creo que se superaron los límites de todo, del folclore, y de todo lo que se pueda dar en un partido de esta naturaleza”, fue el resumen de Coudet sobre los hechos que desembocaron en una dura sanción para los xeneizes.
—Proyectando lo que sucedió en este partido, y teniendo en cuenta cómo se vive el clásico en Rosario, ¿preocupa un antecedente de esta naturaleza?
—No, falta mucho. No hay dudas de la intensidad con la que se vive el clásico de la ciudad, pero ni se me cruza por la cabeza hoy nada que tenga que ver con ese partido.
—Lo que está muy claro es que, respecto de aquellos clásicos en los que te tocó jugar hace unos años, las cosas han cambiado mucho.
—Sí, es así. Todo lo que antes podía hacerse como folclore, o servía para agregarle pimienta a un partido de esa clase, hoy hay que mirarlo con mucho cuidado. Lo que pasó en cancha de Boca es un ejemplo de esto, algo que sobrepasa los límites del “folklore lindo”. Creo que esto ya tiene que ver con una cuestión social, que merece un análisis más profundo. A mí me gusta hablar de fútbol y pensar en fútbol.
