El Colegio de Médicos de la provincia de Santa Fe 2º Circunscripción habilitó el servicio formador para la especialidad de Medicina de Emergencia y Desastre, toda una novedad al menos para esta región. La creciente demanda de atención urgente por parte de la población determina la necesidad de disponer de médicos que estén preparados para atender a todo tipo de pacientes y en diversas circunstancias. Este objetivo se cumple mediante la formación de médicos que sean competentes para llevar a cabo tareas específicas que tradicionalmente han sido llevadas a cabo por profesionales en formación (médicos residentes de las distintas especialidades) o por médicos generalistas o especialistas de las más diversas índoles.
Alberto Davidovich es el director médico de un servicio privado de emergencias de la ciudad que impulsó la iniciativa. Explicó a El Ciudadano que la especialidad de Emergencia y Urgencia existe en el país desde hace seis años y comenzó a dictarse en Buenos Aires, donde se encuentra la Asociación Argentina de Emergencia. Además se realiza en Córdoba, Neuquén y ahora desembarca en Rosario.
“Este año se abrió la carrera de Emergentólogos que la avala el Colegio de Médicos. Es una residencia de tres años, rentada”, indicó, para precisar luego que una parte de la especialidad se desarrolla “arriba de las ambulancias, en la calle”, y la otra en un sanatorio donde hay salas de terapia intensiva, unidad coronaria, pediatría y traumatología, entre otras áreas. “Este año vamos a tener a cargo dos residentes y se irán sumando con el paso del tiempo”, detalló.
Davidovich explicó que “la emergentología sirve para manejar todas las urgencias y emergencias de los pacientes de cualquier edad, tanto chicos como grandes. Esa es la diferencia con el resto de los especialistas”.
En ese sentido, el médico que se especialice en Medicina de Emergencia y Desastres tendrá, además, una función docente e investigadora, ya que es el profesional idóneo para la enseñanza de la Medicina de Emergencia, tanto a los alumnos de pregrado como en las especializaciones de posgrado, y para la investigación en este campo de la Medicina.
La residencia es un modelo particular para la formación de especialistas médicos en el posgrado, que se distingue por las posibilidades de práctica intensiva e inmersión en los servicios de salud. El residente tiene una doble oportunidad de aprendizaje, ya que no sólo profundiza en un área de conocimientos, sino que aprende el desarrollo del trabajo real.
La especialidad de medicina de Emergencia ha sido reconocida por el Ministerio de Salud de la Nación en diciembre de 2010. Sin embargo, en el país, son pocas las provincias que cuentan con esta formación, por lo que desde ahora Santa Fe pasaría a formar parte de este grupo de regiones formadoras.
En la formación de médico emergentólogo se tienen en cuenta factores como la existencia de la creciente demanda social de asistencia médica urgente, el incremento progresivo de accidentes y lesiones por violencia; y la existencia de técnicas y procedimientos específicos para el manejo de situaciones de desastre, entre otros aspectos.
La formación de especialistas en Medicina de Emergencia y Desastre contribuye, además, a potenciar la creación de servicios de urgencias prehospitalarios y hospitalarios homogéneos y jerarquizados, normatizando de este modo la atención médica de urgencia propiamente dicha, y equilibrando las relaciones de sus profesionales con los de otras especialidades en el ámbito hospitalario y en el de la atención primaria de la salud.
Tres tipos de atención, según la gravedad
Dentro del estudio de Emergencia y Desastre se abordan tres tipos de atención médica. A saber:
Código verde: destinado para aquellas patologías sin compromiso serio en la salud del paciente en corto plazo. Por ejemplo, cuadros respiratorios febriles y gripe, resfríos, dolor de oídos, de garganta, náuseas, dolor tipo cólico.
Código amarillo: se incluyen las patologías que pueden evolucionar resultando dañinas en la salud del paciente si no recibe asistencia de inmediato. Por ejemplo: crisis de asma, traumatismos y heridas cortantes, hipo e hipertiroidismo, reacción alérgica, dolor cólico severo, o similares, siendo su evolución lo que representa un riesgo para la salud.
Código rojo: comprende las patologías que podrían dañar la salud del paciente si no es rápidamente asistido. Por ejemplo: infartos, hipertensión en caso de cardiopatías, convulsiones, politraumatismo severo, descompensación diabética, inicio de Trabajo de parto, pérdida de conocimiento, síncope no recuperado y demás patologías que presentan características de riesgo de vida inminente.