Un pulmón, un cable a tierra y hasta el lugar en el que los días de calor agobiante parece que la temperatura ambiente es de unos grados menos que en la calle. Todo eso se siente al entrar a la ecoterraza de Mónica Carey, ubicada estratégicamente en el sexto piso del Quinquela I –uno de los edificios más coquetos que se levantan sobre avenida Belgrano–. El singular espacio verde, que está construido sobre la loza de la quinta planta de las cocheras del complejo, tiene más de 40 metros cuadrados de césped transitable, arbustos, flores de estación, pileta, parrillero, reposeras y bar.
Mientras Mónica muestra su “terraza verde” recibe los elogios con naturalidad y está claro por qué: es sencillamente un pedazo del parque de alguna casa de fin de semana pero enclavado en medio de varias torres de cemento. Incluso, la mujer cuenta que hace unos años recibió a unos periodistas del diario Clarín, quienes también visitaron su patio motivados por la curiosidad de conocerlo.
La mujer forma parte del grupo inversor Carey que, junto a la empresa constructora Pellegrinet, levantó el edificio en el que vive. No obstante, actualmente se encuentra en ejecución otro complejo homónimo de alta gama, ubicado en Mitre y avenida del Huerto, que también contará con una terraza verde pero en el tercer piso y será de uso común para todos los que vivan en las torres.
Los beneficios
Las ventajas que otorga una ecoterraza en medio del ejido urbano no están solamente relacionados con el confort y el goce personal sino que, además, funcionan a modo de barrera contra los picos extremos de temperatura, resuelven la impermeabilización y contribuyen, entre otras cosas, a mejorar la acústica y el aislamiento térmico de los edificios. Es por ello que las azoteas, balcones y las lozas en desuso de cocheras o entrepisos son los lugares ideales para su construcción.
Las virtudes de las terrazas verdes son incontables. “Una característica principal del producto es que colabora con la protección y mejora del medio ambiente: indirectamente a través del ahorro energético que se logra como consecuencia y, en forma directa, a través del proceso de fotosíntesis. También refresca el aire debido al proceso de evaporación y transpiración de las plantas y sirve como aislamiento acústico en aquellas áreas con contaminación de ruido”, enumeró Sonia Carmena, una de las responsables de Proyecto Janus, estudio de arquitectura especializado en la ejecución de este tipo de espacios y el cual es uno de los más notorios del país en la temática.
Proyecto Janus apuesta a su desarrollo desde hace ocho años, y considera que estas terrazas son una “solución sustentable” dentro de la arquitectura.
Las terrazas verdes fueron impulsadas por el Concejo Municipal mediante ordenanza en 2007, “cuando del tema se hablaba poco y nada en Rosario”, según recordó Carmena.
Además, el equipo de trabajo es responsable de unos 45 proyectos en distintas ciudades argentinas entre las que se encuentran San Martín de Los Andes, Buenos Aires y varias localidades cordobesas.
La construcción de una terraza verde transitable ronda los 1.400 pesos el metro cuadrado. Pese a que es una inversión costosa, Rosario ya cuenta 15 de estos espacios distribuidos en viviendas particulares y edificios públicos, como también en complejos habitacionales de alta gama como Forum Puerto Norte y en sedes de firmas comerciales, tal es el caso de la compañía aseguradora La Segunda, de Juan Manuel de Rosas y San Luis.
La terraza, paso a paso
El método utilizado para construir una ecoterraza conlleva muchos gastos, en especial de logística. “Es por eso que el gasto se justifica a partir de los cuarenta metros cuadrados. Además, todos los diseños son distintos y se trabaja in situ”, contó Carmena.
La arquitecta explicó que el primer paso para la ejecución de estas parcelas es el proceso de impermeabilización en el que se aplican a la loza distintas capas antiraíz y de drenaje.
Sobre ello se le hace un tratamiento especial y se colocan sustratos preparados, algo de tierra y algunos aditivos que también ayudan a drenar para evitar así el exceso de humedad. Sobre el preparado anterior, y después de varios días de trabajo, se planta la vegetación.
Según reseñó Carmena, su estudio suele utilizar vegetación de un espesor determinado que no sobrepase la carga exigida en los reglamentos de edificación los cuales generalmente estipulan un peso estándar de 120 kilos por metro cuadrado o de 150 en caso ejecutarse en un lugar que sufra lluvias frecuentes. Una vez puestas en marcha, las terrazas demandan la visita de un jardinero dos veces por semana en verano y una, en invierno.
Promueven incentivos
En concejal del Partido Demócrata Progresista (PDP) Aldo Pedro Poy presentó un proyecto que busca incentivar, a través de un descuento de hasta el 30 por ciento en la Tasa General de Inmuebles (TGI), a los propietarios que implementen terrazas verdes y se comprometan con su cuidado, según la ordenanza 8208/07.
Según explicó el edil, “la idea tiende a buscar alternativas que tiendan a reducir los llamados gases de efecto invernadero y resolver también la impermeabilización del suelo para evitar inundaciones”. Asimismo, destacó que el beneficio afectará a todos los bienes inmuebles que implementen el modelo de ecoterrazas, ya sean nuevas construcciones o que sufran un proceso de remodelación con fines de uso diverso y múltiple.
No obstante, el concejal aclaró que en aquellos casos en que la autoridad de aplicación verificase que la terraza verde dejase de existir, “los propietarios perderán el beneficio otorgado sin más trámite”.
Finalmente, Poy hizo hincapié acerca de la importancia de la implementación de terrazas verdes en los centros urbanos, recordando que “contribuyen al aumento de diversidad, atenúan los índices de polución del aire y proveen oxígeno a la ciudad”.