El paro del Sindicato de Camioneros –con bloqueo a refinerías y plantas distribuidoras de combustibles– en reclamo de mejoras salariales (ver páginas 10, 11 y 12) afectó de manera sensible el abastecimiento de naftas y gasoil de una ciudad que empieza a ver cómo se materializa cada vez más el fantasma del desabastecimiento total. El faltante se sintió primero en las estaciones de servicio de bandera nacional, YPF, para luego producirse de manera cada vez mayor en las demás empresas donde el stock fue disminuyendo cada vez más notoriamente a lo largo de la jornada.
Desde la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (Faeni) se mostraron “tan preocupados como el consumidor”. Rubén Fernández, su presidente, explicó a El Ciudadano que “hasta el martes a la tarde estuvieron llegando los camiones, pero ya hoy (ayer) no ingresó nada de nada. Las estaciones de servicio de la ciudad van a quedar vacías durante la tarde de hoy; es una situación crítica para todo el transporte de la ciudad”, sostuvo.
A su vez, Fernández sostuvo que otras oportunidades que tuvieron a los camioneros como protagonistas de los conflictos “hubo intervención del Estado nacional o provincial, pero en esa oportunidad no hay vueltas, es un reclamo justo que perjudica a todos”. “No nos queda otra más que esperar una resolución desde el gremio para que puedan salir los camiones”, agregó.
En una recorrida que realizó ayer este diario, en la estación de Mendoza y Cullen los trabajadores auguraron, pasado el mediodía: “Un poco más de nafta para vender en las próximas dos horas, es todo lo que tenemos”. Mientras que en Mendoza y Felipe Moré los playeros estaban en plena limpieza del piso de la estación con los surtidores vacíos.
“Ayer (por el martes), tuvimos el pico de ventas desde las 14. Al anunciarse el paro de camioneros la gente vino enseguida a cargar combustible y muchos tuvieron que esperar varios minutos para cargar. Después de esa hora sólo quedaron las naftas premium, que se terminaron entre las 16 y las 17”, dijo uno de los trabajadores mientras seguía limpiando el lugar.
Frente a este panorama una de sus compañeras dijo: “Seguiremos buscando algo para hacer hasta que levanten el paro: o limpiamos o ayudamos a los compañeros en su tarea del minimarket, si no, la hora no se pasa más”.
Mientras tanto, seguían llegando algunos potenciales clientes, ya con cara de resignación. Con el grito de “no tenemos nada” de los playeros no paraban la marcha y salían por el otro costado de la estación.
Por la zona, muchos usuarios manifestaron que habían recorrido entre dos y cinco estaciones en busca del preciado líquido. Inclusive ya no pretendían pagar el precio más bajo. “Si queda premium, no tengo opción, es pagar un poco más o quedarme a pata hasta quién sabe cuándo”, sostuvo Marcelo, uno de los automovilistas consultados.
Por su parte, en la Shell de Córdoba y Carriego estaba Valeria en el interior de su camioneta. “Tengo que trabajar con mi auto así que, por las dudas, vengo a llenar el tanque y voy a tratar de usarlo lo justo y necesario”. Unos metros más atrás esperaba Marcelo, quien no escatimó en quejas: “Estoy podrido de que terminemos pagando los conflictos de otros los usuarios. Entiendo el reclamo de los camioneros, pero no podemos quedarnos varados por terceros”. El muchacho dijo que era visitador médico, tarea que lo obliga a trasladarse con su vehículo a diario.
En esa misma estación estaban Norberto y Marta, un matrimonio de adultos mayores. La mujer esperaba en el auto y Norberto trataba de paliar la situación con un poco de humor. “Ya tengo el tanque lleno y es feriado así que me voy con Martita hasta donde nos dé la nafta. Nos vamos de este lío, cuando se levante el paro volveremos”, dijo entre risas.
Por último, en la estación de Mendoza y Riccheri, los trabajadores mostraron una cuota de optimismo frente a un complicado panorama. “Hay que esperar hasta el viernes cuando vuelvan los camiones a cargar. Es difícil pero habrá que armarse de paciencia y, por lo menos, usar el colectivo o taxis para movilizarse”, coincidieron.
