Según datos del Centro de Atención a Víctimas de Delitos Sexuales (área aún conocida como “Comisaría de la Mujer”) en el primer semestre de este año la cantidad de denuncias por casos de abusos sexuales creció casi un 10 por ciento en relación al mismo lapso de 2010. Según la titular de esa repartición, Mariel Arévalo, ese “leve incremento” estuvo marcado a su interior con más fuerza por las presentaciones hechas por víctimas de la franja etaria que va de los 12 a los 16 años. En tanto, la funcionaria también reveló que el 75 por ciento del total de los casos en los que interviene el Estado se sigue dando en perjuicio de menores de edad y en el 95 por ciento de los hechos (es decir, en casi todos) los abusadores son del entorno más cercano de la víctima. Estas dos cuestiones mantienen la misma tendencia de los últimos años.
Consultada por El Ciudadano, Arévalo aclaró que las estadísticas muestran números sobre denuncias formuladas por lo cual es prácticamente imposible llegar a registros certeros sobre la cantidad real de abusos sexuales que se cometen. “Lo que sí se puede decir es que lo que difunden los medios de comunicación es una escasísima parte de lo que sucede”, sugiere la funcionaria.
Al instante, Arévalo remarcó como arista positiva el aumento de presentaciones ante la Policía para denunciar este tipo de delitos: “Si se les da espacio, un lugar donde volcar sus penurias, las personas se acercan más. Al existir un servicio las 24 horas, hay una ayuda. La gran mayoría viene, se asesora, pregunta y termina denunciando. Por eso es que con los datos tampoco se puede decir que haya habido más abusos, sino lo que hay es la intención de denunciar”.
De los números que entregan desde la repartición, que forma parte de la estructura de la fuerza policial santafesina, se desprende que no hay, en rigor, grandes diferencias en la cantidad de denuncias en los registros cuando se compara un semestre con otro. A pesar de esta realidad, el incremento existe y, como cada vez que se salen a la luz casos este tipo, las reacciones y el impacto que provocan no sólo en el entorno de los partícipes, sino también en el seno de la población, son mayores.
Un repaso por las crónicas policiales publicadas por este medio en este primer semestre sobre delitos sexuales da cuenta de historias conmocionantes.
El 12 de febrero, un hombre de 26 años le hizo vivir un calvario a su ex pareja, de 23, cuando la raptó, la sometió a una brutal golpiza, abusó sexualmente de ella en el Bosque de los Constituyentes para luego mantenerla secuestrada en su vivienda. Tras una búsqueda desesperada, los familiares de la chica lograron rescatarla dos días después, el 14 de febrero, del precario hogar del agresor ubicado en la zona norte y conocido como el asentamiento del Puente Negro, gracias al llamado de la madre y la hermana de éste. Realizaron la denuncia a la Policía y el hombre quedó detenido 12 días después.
Posteriormente, el 26 de febrero, una joven de 25 años que padece una severa discapacidad psicomotriz fue atacada sexualmente por un vecino de 44. El agresor quedó detenido esa misma noche, momentos después de que un hermano de la víctima lo encontrara consumando el delito en su propia casa. Voceros del caso indicaron en su momento que para lograr su cometido, el imputado abusó de la confianza de la madre de la chica, a quien le alquilaba una habitación en el fondo de su vivienda ubicada en la zona oeste de la ciudad, y así quedar solo con la víctima. El hecho tuvo lugar en una vivienda ubicada en inmediaciones de Virasoro y Camilo Aldao, donde vivía el hombre denunciado
Otro hecho que sacudió este primer semestre a la ciudad y su área metropolitana, sucedió el 5 de marzo en Villa Gobernador Gálvez, cuando un hombre de 44 años fue detenido acusado de haber abusado sexualmente de una nena de 12. Efectivos policiales lo apresaron cuando un grupo de vecinos y familiares de la víctima lo estaban golpeando en la puerta de su casa. El agresor conocía a la niña porque eran vecinos, y con engaños la hizo ingresar a su domicilio, donde cometió el delito.
Un mes después, el 5 de mayo, y tras la denuncia de vecinos, un hombre de 58 quedó detenido por abuso sexual a una menor. Según informaron fuentes policiales, el hecho ocurrió en Guillermo Tell 579. La Policía ingresó a la vivienda ubicada en esa dirección tras un llamado de vecinos. En el lugar entrevistaron al hombre, que primero sostuvo que estaba solo, pero una voz de mujer alertó a los efectivos. El abusador admitió su delito y sostuvo que la niña era su propia hija; quedó preso en la comisaría 11ª.
Estos son sólo algunos hechos y tienen el denominador común de que en todos los casos el abusador conocía o formaba parte del entorno más cercano a la víctima. Arévalo remarcó lo conflictivo que resulta para una joven poder revelar sus penurias sobre todo en estos casos, cuando el agresor es cercano a ella. “Los datos muestran que en casi todos los hechos el abusador está dentro del círculo de la víctima. Cuando se revela el delito trae consecuencias importantes. Es todo un cimbronazo, una situación movilizadora”, sostuvo finalmente la titular de la comisaría de la mujer.