Según informaron desde el Centro de Monitoreo y Atención Ciudadana del municipio, las denuncias de precios abusivos, amenazas y hasta situaciones de violencia contra los automovilistas por parte de algunos cuidacoches vienen creciendo en el último tiempo en la ciudad. Los momentos de mayor conflictividad suelen darse durante los fines de semana, especialmente en espacios de concurrencia masiva.
De acuerdo a los datos generados desde el call center de la dependencia municipal, hay un promedio de 40 quejas durante los fines de semana, número que viene en ascenso. Frente a esta situación, trascendió que en una acción conjunta con la Policía se detuvieron a cinco personas durante el partido que jugó Newell’s contra Racing en el parque Independencia, hace poco menos de diez días, por conductas inapropiadas tras distintas protestas de simpatizantes que concurrieron al espectáculo deportivo.
La “tarifa” exigida, en muchas ocasiones, suele ir desde los 20 pesos y llega a alcanzar incluso los 50 pesos cuando la contribución “tolerada por el Estado” indica que debe ser a voluntad.
El coordinador de la dependencia municipal, Alejandro Migliazzo, consideró necesario aclarar que el municipio repudia el uso de “trapito” –muy en boga en Capital Federal– para catalogar a los cuidacoches, reconoció que es un ingreso que ayuda a “vivir” y a tener un sustento para muchas personas pero que a su vez no se pueden tolerar conductas abusivas contra los automovilistas. “Hoy no está en los planes regular la actividad. Lo que nosotros recibimos son denuncias a través del 0800-4440909 que es la línea de atención de la GUM (Guardia Urbana Municipal) o al 911. En general los usuarios se quejan de determinadas situaciones que ocurren en espectáculos masivos especialmente durante los fines de semana”, señaló.
El funcionario recordó que a las denuncias realizadas por teléfono se le suma también lo que se logra detectar con las distintas cámaras de vigilancia colocadas en distintos puntos de la ciudad. “Los ciudadanos se suelen mostrar molestos y perturbados porque en muchas ocasiones se piden tarifas realmente altas cuando es una actividad que no está regulada, no tiene precios fijos y la contribución debe ser voluntaria”, comentó.
Cuidacoches detenidos
Con respecto a las cinco detenciones durante el último partido de Newell’s de local, Migliazzo recordó que se realizó un operativo del cual participó personal municipal y agentes policiales. “Cinco cuidacoches fueron detenidos tras un trabajo en conjunto en base a haber recibido reiteradas denuncias de concurrentes al parque Independencia. Nuestra recomendación es que frente a cualquier situación de abuso o de violencia se puede llamar a nuestros teléfonos. La actividad está repartida entre personas menores y mayores de edad quienes generalmente suelen tomar sectores a los que van diariamente dividiéndose entre grupos por horarios”, afirmó.
Más adelante, el coordinador del Centro de Monitoreo y Atención Ciudadana indicó que los conflictos se dan generalmente cuando se presentan “casos en los que se piden tarifas que son realmente abultadas”. “Tenemos situaciones donde se ha llegado a pedir hasta 50 pesos para cuidar un auto. La gente llega hasta un determinado lugar, es abordada, se le pide una tarifa alta y no sabe qué hacer porque tiene miedo de dejar el auto y que le pase algo. Ahí es cuando pueden llegar a ocurrir algunas situaciones de violencia que en casi todos los casos no pasan de lo verbal. Nosotros estamos atentos para evitar ese tipo de situaciones y estamos trabajando en eso”, subrayó.
El proyecto de Boasso
Mientras el Ejecutivo municipal y algunos sectores de la oposición no son partidarios de generar ordenanzas que supongan la institucionalización regulada de la actividad de los cuidacoches, el concejal Jorge Boasso insiste en una norma al respecto creando un Registro Municipal de Cuidadores de Vehículos en la vía pública.
El radical quiere que cada cuidacoche esté registrado y se identifique mediante una credencial otorgada por el propio municipio, con foto, número de registro y datos personales del cuidacoches, así como también la zona en que desempeña habitualmente su actividad. La casaca sería refractante, con inscripciones claras y fácilmente visibles, que comuniquen el carácter de voluntario que tiene la contribución y el número de la línea gratuita que deberá crearse para denuncias.
Según Boasso, “todos somos conscientes de que ante la crisis económica muchas personas que han quedado fuera del sistema se vuelcan a este trabajo para llevar el pan de cada día a su hogar. Pero también sabemos que un sector de la sociedad queda preso de quienes ejercen actividades informales y marginales. La única manera de encuadrar y buscar una solución es regular la actividad de los cuidacoches”.