El fenómeno de las nuevas urbanizaciones en localidades de la región no escapa al delicado momento que se vive en materia de seguridad. Según relatan algunos representantes de quienes habitan y construyen en loteos de Funes y Roldán, los robos allí no cesan. En un principio los hechos estaban vinculados con la sustracción de materiales de construcción, pero los hechos continuaron una vez que las casas estaban terminadas y habitadas: ahora la preocupación es que en los últimos tiempos aumentaron los delitos con la modalidad de escruches, violentando las propiedades cuando sus dueños no están. Y el campo de acción es vasto ya que muchos vecinos vivían antes en Rosario, y siguen trabajando y llevando a sus hijos a escuelas de la ciudad. Pero también comenzaron a suceder hechos que dispararon más preocupación aún, como las entraderas, en los que no se trata sólo de bienes materiales sino que entra en riesgo la integridad física de las víctimas.
La escasez y el alto costo de los terrenos en Rosario llevaron (además de la búsqueda de un lugar más calmo y con más espacios verdes) a que miles de familias en los últimos años optaran por ciudades de la región, sobre todo Funes y Roldán, como nuevo espacio para vivir. Eso hizo que proliferaran nuevos barrios. Pero también nuevos inconvenientes.
Según relata Sandra Solórzano, vecina del loteo Villa Lourdes en Roldán (ubicado casi en el límite con Funes) e integrante de una red que se ha conformado para pedir mayor seguridad, en el último mes se han denunciado en esa ciudad unos 70 hechos delictivos sobre propiedades. Y la mitad de ellos, según estimó, se dieron en las zonas de nuevos loteos.
Solórzano hace eje en la “improvisación” con que se llevaron adelante las urbanizaciones. Eso se palpa a la hora planificar nuevas escueles, hospitales, obras de infraestructura, y, por añadidura, también seguridad. “A pesar del crecimiento, Roldán hoy cuenta con una sola comisaría y un Comando Radioléctrico. Nosotros ya nos reunimos en varias ocasiones con gente del Ministerio de Seguridad para pedirle más presencia en la zona. Y en general la respuesta que recibimos es la admisión de que les faltan recursos humanos”, señala.
Roldán cuenta con apenas tres móviles para custodiar la ciudad. Para tener una dimensión, los emprendimientos Tierra de Sueños I, II y III, Las Acequias, Acequias del Aire, Las Tardes, Punta Chacra y La Casona (los más importantes) ocuparon unos 15 kilómetros y superaron con creces la extensión del casco histórico de la ciudad.
“Incluso los recursos humanos son tan escasos que muchas veces la Policía ni siquiera tiene el personal suficiente para que esos tres móviles estén en las calles”, lamenta Solórzano.
En casi todos los loteos son los propios vecinos los que se organizan para brindarse elementos de seguridad en los espacios públicos. Eso incluye alarmas comunitarias, cámaras de seguridad y hasta grupos de la red Whatsapp, donde se reportan situaciones sospechosas. “Estamos alerta hasta cuando salimos a caminar. La Policía en general actúa cuando el hecho ya ocurrió. No hay prevención. Por eso esa tarea la tenemos que realizar nosotros”, señala Zolórzano.
La preocupación más importante radica en que el tipo de delito del que son víctimas ha ido mutando. Con la construcción de las primeras viviendas lo habitual era el robo de materiales. Pero en el último tiempo se han consumado escruches e, incluso, algunas entraderas. “Los hechos se dan ahora tanto los fines de semana como de lunes a viernes.
Y tanto a la tarde como a la madrugada. Además van cambiando de zona. Cuando se satura un loteo, los casos pasan a otro”, explica la mujer.
Hace algunos días se supo del escruche en la casa de fin de semana del periodista de Canal 5 Cristián Lavallén, a quien le llevaron hasta sillas y reposeras y dos equipos de aire acondicionado que estaban instalados. El atraco ocurrió poco después de la medianoche en Las Tardes, sobre el kilómetro 44 de la ruta A-012.
Días antes fue renombrada una violenta entradera en Acequias del Aire, donde dos parejas fueron sorprendidas por cuatro ladrones armados mientras cenaban, un fin de semana. Los titulares de la vivienda recién se habían mudado, por lo que el lugar contaba con poco mobiliario y así los malhechores solo se llevaron pertenencias personales.
En tanto, Carlos Sánchez Locke, vicepresidente de la Vecinal Tierra de Sueños II y III (reconocida por una ordenanza en el Concejo local) señala que allí los robos crecieron en el último año en forma “exponencial”. Aquí también se han puesto en alerta por la proliferación de los escruches. “Hubo casos donde el hecho se consumó en forma muy sencilla: llegan con un auto, lo ponen de culata, cargan las cosas y se van. Lo bueno es que por suerte hasta ahora no hemos tenido entraderas”, se resigna.
En los dos loteos hay unas 300 familias habitando y alrededor de 700 viviendas en ejecución. Juntos conforman la nueva urbanización más grande de toda la región; se estima que unas 25 mil personas vivirán allí en los próximos cinco años.
El reclamo más importante de los vecinos al desarrollador, la firma Aldic, es que termine las obras del destacamento policial, que vienen con atraso. Lo curioso del caso es que el proyecto edilicio fue realizado por los propios habitantes del barrio.
En Funes se vive una situación similar en torno de la seguridad. Allí los mayores conflictos se dan en la urbanización más importante, Funes City, que cuenta con 1.810 lotes. En el inmenso desarrollo habitan sólo cerca de 20 familias (una fue hace pocos días víctima de un escruche) y hay alrededor de 350 viviendas en construcción.
Los consultados por este medio señalan que los robos de materiales son perpetrados muchas veces por los propios albañiles que trabajan en las obras. Aquí también una parte de los vecinos decidió organizarse para brindarse elementos de prevención. Hoy cuentan con un sistema de monitoreo que incluye 16 cámaras de videovigilancia, pero eso parece no alcanzar.
Marcos Messineo, unos de los vecinos, señaló que el incipiente barrio padece cierto abandono al no ser reconocido por el Ejecutivo local. “Por ejemplo, hoy no tenemos la reposición de luminarias como se debería. Tampoco se desmaleza y en algunos sectores hay yuyos que están muy altos. Todas esas condiciones favorecen a quienes van a robar.
Hay que tener en cuenta que hay manzanas enteras donde hay 4 o 5 obras, nada mas”, concluye.
26 nuevos barrios
La inseguridad en los loteos de Funes y Roldán se enmarca en la explosión que tuvieron los nuevos barrios en toda la región. Según datos que suministró el gobierno santafesino, en los últimos seis años unas diez mil hectáreas dejaron de ser rurales para incorporarse a la trama habitable de pueblos y ciudades de la provincia.
En ese marco, en el Gran Rosario, Funes y Roldán son las localidades que más aportaron a ese crecimiento con 26 nuevos barrios entre los finalizados y los que están en construcción.
Al respecto, también desde el gobierno provincial se admite que gran parte de ese desarrollo se ha dado en forma desordenada y sin planificación. Allí apuntan contra los intendentes comunales quienes, dicen, “reaccionaron tarde” ante el avance de los nuevos loteos.