Los rebeldes libios, que conquistaron el principal paso fronterizo con Túnez, seguían ganando terreno ayer ante el moribundo régimen de Muamar Gaddafi, quien se pudo fugado a Argelia, según los insurgentes. Combates esporádicos tenían lugar en el frente oriental y en Trípoli, mientras varios países instaban a la reconciliación y a evitar toda venganza.
Un convoy de seis coches blindados que pudo haber transportado a altos responsables libios, incluso a Gaddafi, cuyo paradero se desconoce, pasó anteayer de Libia a Argelia, indicó una fuente militar rebelde libia a la agencia oficial egipcia Mena.
Argelia observa una “estricta neutralidad y se niega a injerirse de ninguna de las maneras en los asuntos internos” de la vecina Libia, declaró el viernes la cancillería, en la primera reacción oficial argelina desde que los rebeldes libios tomaron el control de gran parte de Trípoli.
Argelia no ha reconocido el Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano político de la rebelión.
También en la parte occidental de Libia, más hacia el norte, los rebeldes tomaron el control el viernes pasado por la noche del puesto de Ras Jdir, fronterizo con Túnez, e izaron la bandera de la rebelión, informó una fuente gubernamental tunecina a la AFP.
En el frente oriental, la Otán indicó ayer que seguía bombardeando Sirte, un bastión gaddafista, y afirmó haber destruido, entre otras cosas, 11 vehículos con armas y un blindado.
Según un colaborador de la AFP, en el frente oriental, los gaddafistas, tras retroceder unos cien kilómetros hace unos días, seguían resistiendo en Ben Yawad, a 140 kilómetros al este de Sirte, y bombardeaban a rebeldes bloqueados en Ras Lanuf, veinte kilómetros más al este.
En la región de Sirte, una ciudad de 120.000 habitantes situada 360 kilómetros al este de Trípoli, los gaddafistas seguían disparando cohetes contra los rebeldes.
En este contexto, las Naciones Unidas, la Unión Africana (UA), la Liga Árabe y la Unión Europea instaron a todas las partes en conflicto en Libia a abstenerse de recurrir a represalias, según Catherine Ashton, jefa de la diplomacia de la UE.
“Nos pusimos de acuerdo para instar a todas las partes a que respeten sus obligaciones humanitarias e internacionales en materia de derechos humanos. No deben producirse represalias”, declaró Ashton en la noche del viernes después de reunirse con el grupo de El Cairo.
El viernes pasado, los rebeldes habían afirmado que fuerzas leales a Gaddafi mataron a más de 150 prisioneros en Trípoli.
Poco antes, la organización de defensa de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, había afirmado disponer de declaraciones de testigos presenciales de esas ejecuciones, sin precisar el número de presos muertos.
Amnistía también denunció torturas y malos tratos cometidos por rebeldes o gaddafistas en Zawiya.
Por último, el canciller francés, Alain Juppé reconoció: “Durante mucho tiempo, nos hemos dejado intoxicar un poco por quienes decían que los regímenes autoritarios son la mejor protección contra el extremismo”. “Esto se acabó”, aseguró.