Emiliano «Jija» Avejera, de 26 años y sindicado como el último líder del paravalanchas leproso, llegó este jueves a la audiencia con un celoso operativo policial, que sólo suele verse en el Centro de Justicia Penal para los presos considerados de alto perfil. Está detenido desde septiembre pasado por el crimen de Jonatan «Bam Bam» Funes, de 28, ocurrido en febrero de 2018. Tras la imputación, el juez interviniente dictó la prisión preventiva sin plazo, lo que habilita que a los 90 días el acusado pueda pedir una revisión, si hay algún cambio en la investigación. Fue precisamente lo que hizo la defensa de Jija.
El abogado defensor, José Alcacer, cuestionó la prueba fundamental del caso: la declaración de la joven, identificada como Brisa Amaral, de 18 años, que iba con la víctima al momento de su asesinato. Hizo hincapié en la evidencia que sustenta la teoría de que el sospechoso estaba en un viaje en Buenos Aires con su familia, pidió la libertad con restricciones o una prisión domiciliaria, pero no logró su objetivo. Para la jueza María Trinidad Chiabrera existe la posibilidad de que Jija haya regresado a la ciudad para la hora del ataque, si es que estaba en Buenos Aires, y dispuso mantener el encierro del muchacho.
Bam Bam fue ejecutado de 15 tiros, cuando salía de ver a sus hermanos presos en Piñero: Lautaro, de 23 años y conocido como Lamparita, y Alan, de 20. Eran cerca de las 14 del 5 de febrero de 2018 cuando lo sorprendieron desde una Ecosport en el cruce de la ruta AO12 y la 34. Uno de los sospechosos del crimen fue desde un primer momento Jija pero durante los allanamientos que hicieron en junio pasado no fue encontrado. Su abogado hizo una presentación por escrito poniendo a disposición a su defendido pero Jija fue detenido a los tres meses en una estación de servicios en la provincia de Córdoba. Los otros dos sospechosos, Adrián «Cable» Solís, de 33, y Damián «Colombiano» Chávez, de 22, ya estaban presos e imputados por su participación en este homicidio.
El ataque se produjo ante Brisa Amaral, quien pasó de testigo protegido a imputada por dirigir en las calles la banda de los Funes cuando la cabeza de grupo cayó en desgracia. En diciembre pasado, acordó una condena a tres años de prisión efectiva en un procedimiento abreviado como partícipe de una asociación ilícita, cuya jefatura se adjudica a René «Brujo» Ungaro, condenado por el crimen del ex jefe de la barra de Newell’s Roberto «Pimpi» Caminos, y a Lamparita Funes.
Alcarcer dijo que la única evidencia que incrimina a su cliente es este testimonio y si bien en un principio aparece como una víctima con el correr de la investigación terminó imputada y condenada. Para el letrado, esta situación demuestra que la muchacha «es una manipuladora».
Dijo que la chica se ubicó como acompañante de la víctima. Hizo una declaración inicial y sindicó a Cable Solís. En la ampliación, nombró a Jija como el autor material y en una tercera declaración brindó datos de identidad de Jija, dio precisiones sobre Cable y datos de Facebook de Chávez.
Para el defensor, si bien parece contundente, la declaración no lo es y en su teoría sumó que al llegar la Policía ya estaban los padres de la víctima y su pareja, por lo que puso en duda que Brisa realmente haya sido la acompañante de Bam Bam. El abogado aseguró que no había ningún elemento de la chica en el auto y tampoco se secuestró su teléfono, que a esa altura estaba intervenido porque ya la investigaban.
Alcacer puso la lupa sobre la Policía, aseguró que no se resguardó correctamente el lugar del hecho, ni los uniformados avisaron que era investigada como integrante de una banda. El defensor dijo que por un lado está la testigo y, por otro, su cliente y alguien miente.
Hipótesis de la defensa
El defensor hizo eje en la teoría de descargo de su cliente, quien dijo que, entre el 2 y el 5 de febrero, estuvo en la ciudad de Buenos Aires, donde junto con una familia amiga y la suya, vieron una murga en el barrio de Saavedra. La defensa había presentado dos tickets de peaje y solicitó a la Fiscalía que se oficiara para obtener las cámaras de seguridad, pero rechazaron el pedido, lo que demoró tres meses el trámite que finalmente se destrabó judicialmente.
Para Alcacer, con esta evidencia se puede determinar que Jija viajó y en una de las filmaciones que se obtuvo se ve a los dos autos pasar, uno detrás del otro en una de las concesionarias viales. También sumó una página de Facebook con fotos de la murga, donde aseguró aparece su cliente bailando con su hija.
Alcacer dijo que su cliente no conoce a los otros imputados como tampoco existe evidencia en la causa que lo vincule con alguna de las gavillas investigadas, en una referencia a que el crimen de Bam Bam se considera parte de saga violenta entre los clanes Ungaro-Funes y Caminos-Segovia. Además, negó que Jija sea parte de la barra de Newell’s y pidió la libertad morigerada o alternativas a la prisión preventiva.
Argumentación de la Fiscalía
El fiscal de Homicidios Dolosos Ademar Bianchini dijo que la exposición del defensor carece de solidez. Explicó que presentó el escrito pero lo detuvieron recién en septiembre en Córdoba cuando sabía que lo buscaban.
Bianchini agregó que el hecho de que Brisa haya sido condenada no la inhabilita para ser testigo y consideró que su declaración no tiene fisuras. Además, remarcó que no es la única prueba del caso. Sus dichos se corroboraron con los datos de la autopsia Rosario-Buenos Aires en cuanto a la mecánica de la muerte, aseguró.
El fiscal dijo que no hay motivo para que la testigo señale a una persona que no fue como autora del crimen. En cuanto a los tickets, Bianchicni señaló que sólo demuestran que un auto pasó por el peaje, pero no se puede determinar a qué tipo de auto pertenecen y, según pudieron corroborar en las cámaras del lugar, nunca se vio pasar un Mercedes Benz, que era el tipo de auto que Jija dijo haber manejado.
En cuanto al vehículo, agregó que al declarar el imputado dijo que no recordaba el nombre del dueño mientras que la otra persona que viajó junto a él y su familia en otro auto dijo que el Mercedes era de Jija.
En cuanto a la relación con la barra, contó que el día que mataron a Maximiliano «Cabezón» La Rocca, en junio de 2016, se produjo una reunión en una casa de Zeballos e Italia donde estaban referentes de la barra de Newell´s, entre ellos Ariel «Tubi» Segovia, el muchacho de 29 años asesinado en abril pasado a traición por sus compañeros de la banda de Alexis Caminos en un pabellón de la cárcel de Coronda. En ese lugar también estaba Jija, aseguró. El fiscal agregó que en la causa está imputado Cable Solís –“reconocido sicario del fallecido Segovia”, lo describió– y pidió el mantenimiento de la prisión preventiva.
La jueza María Trinidad Chiabrera escuchó a las partes y concluyó que la evidencia llevada a la audiencia por la Fiscalía era suficiente para mantener la cautelar. La magistrada evaluó que la defensa dijo que Jija estuvo la madrugada del 5 de febrero en el barrio de Saavedra y el crimen se produjo a las 14 de ese día. Concluyó que en el caso que haya estado en Buenos Aires podría haber contado con tiempo suficiente para volver. Y agregó que el hecho de que Brisa tenga causas vinculadas con una banda no la desacredita. «Es un testigo privilegiado pero no es la única evidencia del caso», aseguró, y mantuvo la prisión preventiva para Jija por el plazo de ley.