Los ocho rugbiers acusados de matar a Fernando Báez Sosa recibirán hoy la visita de sus familiares antes de conocer el veredicto del juicio el próximo lunes.
Será en la Unidad 6 de Dolores donde están alojados desde el 1° de enero pasado y para estar en cercanía de los tribunales donde se los viene juzgando desde ese momento. Están detenidos temporalmente hasta que finalice el proceso el próximo 6 de febrero, cuando se conocerá si son o no condenados a prisión perpetua tal cual lo pidió la fiscalía y la querella, representante de los papás de Fernando.
Todos los miércoles de enero los rugbiers recibieron la visita de sus familias en el penal ubicado a unas diez cuadras de los tribunales. Hacia allí también fue varias veces su abogado, Hugo Tomei, para planificar el desarrollo del juicio y hasta el día previo a lo que fue la declaración indagatoria de la mayoría de los imputados, el 18 de enero pasado.
Previo a estar alojados en Dolores, los ocho implicados por el crimen venían con prisión preventiva alojados en el penal de Melchor Romero y aún no está confirmado si luego de un eventual veredicto condenatorio, volverán a ese lugar o se les destinará otro lugar de detención.
El lugar de detención es un asunto que mantiene en vilo al Servicio Penitenciario Bonaerense pues los ocho permanecen aislados del resto de la población carcelaria ante el temor de que sean agredidos. A tal punto que no sólo están en un lugar aislado sino que el poco tiempo de aire libre que se les concede también lo hacen solos.
También ha sido motivo de queja por parte de la defensa las condiciones de detención en Melchor Romero porque según plantearon, se les da poco tiempo en el patio al día justamente por las estrictas condiciones de seguridad que hay en torno a ellos y para evitar la agresión de otros detenidos.
En el penal de Dolores también permanecen aislados y hace poco hubo un operativo donde se les secuestró los celulares a Blas Cinalli y Enzo Comelli, a raíz de un supuesto uso indebido porque habrían interactuado con cuentas de la red social Instagram que los apoyan ante la llegada del veredicto.
Los celulares en la cárcel fueron otorgados durante la pandemia y para que los detenidos no pierdan el contacto con sus familiares, pero el uso de las redes sociales les está prohibido, y ante la sospecha es que se les quitó sus equipos.
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