La investigación judicial del asesinato del militante del Partido Obrero (PO), Mariano Ferreyra, no logró establecer aún cuál de los tres tiradores que hubo en la patota de la Unión Ferroviaria, gatilló el arma asesina.
No obstante, vencidos los plazos procesales, la jueza de instrucción, Wilma López, comenzará a notificar a partir de mañana los procesamientos de los siete detenidos por el asesinato, cometido el pasado 20 de octubre, en el barrio porteño de Barracas.
Los más comprometidos son el morrudo barrabrava de Defensa y Justicia, Cristian «Harry» Favale; el guarda de tren y barra Gabriel «Payaso» Sánchez, y el picaboletos Guillermo Uño, identificados por diferentes testigos como los que empuñaron armas de fuego contra los tercerizados obreros ferroviarios que pedían blanqueo laboral respaldados por activistas de izquierda, según consta en el expediente.
Igualmente comprometido está el delegado de la Unión Ferroviaria (UF) Pablo Díaz, ya que la mayoría de los imputados y el testigo protegido que integró el grupo agresor lo identificaron como el «reclutador» del grupo y quien daba las órdenes en el lugar, incluida la de «desenfundar».