Un tiroteo en una barriada de Villa Gobernador Gálvez terminó con la vida de una nena de dos años y destapó la realidad de un territorio desprotegido. Por el hecho Gendarmería Nacional detuvo a tres personas que ayer fueron imputadas en una audiencia oral y sembraron confusión al hecho. Lo único claro es que la pequeña, hija de un vecino del lugar, terminó asesinada. El juez Juan Carlos Vienna tomó nota de las posturas de las partes. Si bien destacó la incertidumbre que hay sobre el caso, refirió que la evidencia “está atada con alambre”. Hay una niña muerta y hay motivos que hacen presumir que los imputados estuvieron implicados, afirmó. Tras ello dictó la prisión preventiva del trío por un plazo de 30 días “tiempo más que suficiente para que la Fiscalía y la defensa puedan aportar toda la evidencia”, detalló. Por su parte, los detenidos brindaron su versión del hecho, se desvincularon y apuntaron contra un grupo, que se dedica a la venta de drogas.
Según la fiscal Marisol Fabbro, la tarde del 10 de enero, la zona ubicada en Thompson y La Rivera de Villa Gobernador Gálvez fue escenario de reiterados disturbios entre bandas rivales que incluyeron detonaciones de arma de fuego. Hubo diversos llamados al 911 que denunciaban los disparos. Balaceras intermitentes desde las 17, sólo cesaban ante la presencia policial. Uno de estos episodios tuvo lugar a las 19.30 y María Belén Q. y Marcela G. sufrieron lesiones leves a causa de los balazos. Pasada la medianoche, mientras Gabriel R.D. y su esposa tomaban mate junto a su pequeña hija Candela de 2 años, se volvieron a escuchar disparos y la pequeña cayó desplomada. Su padre recibió un roce de bala en la nuca.
María Belén Q. sostuvo que las personas que la hirieron fueron Boqui, Pata Quemada y Chino. Y agregó que según los dichos de personas del lugar son los mismos que mataron a Candela, la nena de dos años.
Según la fiscal, la disputa a tiros se extendió por 48 horas y en forma intermitente donde los de arriba de La Rivera se tiroteaban con los de abajo e imputó a: Emanuel Alejandro T., de 29 años, Juan Emilio A., de 21 años y Esteban Raúl R. de 26 años, por los delitos de tentativa de homicidio y homicidio agravado por el uso de arma de fuego – donde resultaron víctimas Candela y su padre Gabriel R. D. – y abuso de arma, respecto al hecho donde resultaron lesionadas María Belén Q. y Marcela G.
Los descargos
Juan A. tras escuchar la imputación se desvinculó del hecho: “No disparé un arma”, resaltó. Sostuvo que iba hacia su casa con otro joven cuando Gendarmería los detuvo y les preguntó si eran Topo y Facturita. “No nos dejaron dar una explicación. Nos pegaban y nos seguían pegando” detalló. Explicó quienes eran Facturita y Topo, afirmó que venden drogas en el lugar. Están vinculados a los S. que a su vez están con los Cantero, refirió. Sostuvo que este grupo roba, tira tiros y se ocultan en la casa de un vecino del lugar al que identificó con nombre y apellido.
A su turno Emanuel T. refirió que Topo y Facturita no lo quieren porque el primero le robó una moto a su amigo que la recuperó. “Desde allí nos tirotean”, destacó. Sostuvo que fue detenido cuando se dirigía a la casa de su suegra a pedirle dinero para cocinar. Dio toda la vuelta para no pasar por los domicilios de estos muchachos y cuando volvió lo detuvo Gendarmería. Sostuvo que las personas que lo acusan tienen problemas porque venden drogas en el barrio y tienen muchas armas. Refirió que lo sindican porque “se quieren cubrir”. Tras ello agregó que Topo y su mamá Marcela G. venden drogas. Facturita es primo de Topo, y ambos son soldaditos de la mamá del último, detalló. Finalmente sostuvo que María Belén Q. tiene diferencias con su mujer: “Se tienen bronca porque una es más linda, la otra más gorda, vió. Cosas de barrio”, concluyó.
El último en declarar fue Esteban R.: “Según ellos ese día yo estaba en el tiroteo. No se como puede ser, si estoy con muletas en mi casa cuidando mi familia”. Sostuvo que Topo le robó la moto y este episodio fue el desencadenante de todo. El mes pasado Topo le disparó en el pie, detalló y agregó que al enterarse que la fuerza de seguridad buscaba a un tal Chino en muleta, se presentó ante Gendarmería. “Fui a conciencia limpia”, detallo. Para terminar confirmó que le dijo a los uniformados, que temía por su vida porque Topo, Facturita y sus secuaces le querían quemar su casa.
Tras ello, la fiscal solicitó la prisión preventiva de los imputados, sostuvo que dos de ellos cuentan con condenas previas y que a partir de las detenciones cesaron los conflictos en el barrio. Por su parte la defensora María Laura Blasich refirió que no hay un solo elemento de prueba en contra de sus clientes. Sostuvo que la única testigo que los nombra es María Belén Q., en cuanto a la muerte de la niña sostiene que vecinos le dijeron que fueron los mismos “seguramente tiene mucho que ver la ausencia de intervención policial a tiempo, ya que el tiroteo duró varias horas”, refirió. Destacó la valentía de sus pupilos en individualizar a las personas que atemorizan el barrio, y pidió la libertad de sus defendidos.
Finalmente Vienna sostuvo que existe una gran incertidumbre en el caso donde hay una niña muerta y la evidencia está atada con alambre. Aunque refirió que existen motivos que hacen presumir la presencia de los implicados en el hecho por lo que dictó una medida cautelar por 30 días, tiempo más que suficiente para que la defensa y la fiscalía adopten la evidencia, subrayo.
Golpes
Uno de los imputados sostuvo que fue fuertemente golpeado tras su detención. El hombre se levantó la remera y mostró sus marchas. Contaba con lastimaduras y raspones en el rostro, brazo derecho, pecho y espalda. El juez le pidió a la fiscal que tomara nota para iniciar una investigación por el hecho.