Nicolás Brambilla tenía 19 años y lo mataron de tres balazos con un arma calibre 22 milímetros en barrio Tablada. Fue en agosto de 2013 aunque la investigación llegó a una encrucijada y quedó estancada. Pero la insistencia de una madre llevó a un fiscal a intentar una última medida y en un allanamiento ubicaron el arma homicida que dirigió la pesquisa hacia un amigo de la víctima como probable autor del crimen. La semana pasada el sospechoso y su mujer fueron detenidos e imputados por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Según la investigación, el 31 de agosto de 2013 Nicolás Brambilla llamó a un amigo para que lo acercara en auto hasta un búnker ubicado en Garibaldi y Patricias Argentinas, una zona caliente de la ciudad conocida como la U. El joven se encontraba con un grupo de amigos en una esquina de su barrio ubicada a doscientos metros de su casa, cuando llegó Noel G. en su automóvil. En el asiento trasero iba la mujer del conductor, identificada como Maira R., con su bebé en brazos. Brambilla se subió y el auto emprendió la marcha.
Media hora después el vehículo regresó. En su interior sólo iba Noel G.; el muchacho le dijo a los amigos de Nicolás, que aún estaban en la esquina, que al llegar al búnker Brambilla se bajó y fue atacado a tiros por un grupo de personas que apareció en el lugar, por lo que se asustó y se fue. Los amigos le recriminaron la actitud.
Los muchachos le avisaron del hecho a la madre de Brambilla que corrió al Heca. Brambilla había sido trasladado por un móvil policial que lo encontró tirado en la calle. Tenía 3 heridas de arma de fuego: una en la espalda y dos en la zona intercostal. Murió a las pocas horas.
El entorno de la víctima siempre dudó de la versión de Noel G. Incluso hubo algunas contradicciones en su declaración. Tanto el sospechoso como su mujer sostuvieron en una declaración informativa que ambos fueron junto a Brambilla y vieron cómo lo balearon al bajar del auto, aunque Noel G. le dijo a algunos amigos de la víctima que había dejado a su pareja en la casa de su suegra de camino al búnker. Incluso la gorra y el celular de la víctima quedaron en poder de G., que aseguró que el muchacho lo dejó por seguridad, pero se bajó con un arma.
La pista
Esa arma que llevó Brambilla la había encontrado en una zanja. Según refirió una fuente vinculada con la causa, era muy particular porque si bien era de grueso calibre su estructura era pequeña y manuable. Esta característica llamó la atención de Noel G. que se había obsesionado con ella. Según los amigos de Brambilla, el muchacho le insistía en comprársela, pero la víctima se negaba. Ese día los amigos sostuvieron que Nicolás subió al auto con el arma que nunca se encontró.
En su declaración Noel G. refirió que tras el crimen hizo averiguaciones y sindicó a un posible autor apodado Gatito, quien fue detenido y negó el hecho. Las evidencias colectadas no señalaban esta hipótesis que se terminó desvaneciendo y la causa quedó estancada. No había muchos elementos para profundizar y no lograban despuntar el caso. Pero la madre de Brambilla nunca bajó los brazos e insistió en su duda con Noel G. Entonces el fiscal Luis Schiappa Pietra, en un nuevo intento, solicitó al Juzgado de Instrucción 12ª, a cargo de Alejandra Rodenas, un allanamiento al domicilio que figuraba en el expediente de Noel G. La propiedad resultó ser la morada del padre del sospechoso, donde el joven había vivido junto a su pareja y su pequeño hijo. La medida se hizo sin inconvenientes y como el hombre es cazador se encontraron 4 armas de caza y un arma de mano calibre 22. Como ésta coincidía con el calibre homicida fue secuestrada y se dispuso su pericia.
El arma fue comparada con dos de los tres plomos extraídos al cuerpo de la víctima que quedaron intactos y el resultado fue positivo. Ello dio un giro en la investigación y la jueza dispuso el secreto de sumario para efectuar medidas probatorias a partir de este informe que delimitaron aún más el circulo sobre Noel G. y su pareja Maira R.
Con esta evidencia la semana pasada la jueza Rodenas ordenó la detención del dúo, cuando la TOE llegó al domicilio, allanó la propiedad y no encontró el arma de Brambilla pero los concubinos marcharon presos. La mujer, que actualmente es agente policial, fue imputada junto a su pareja como coautora del homicidio agravado por el uso de arma de fuego; actualmente ambos permanecen detenidos.