El abogado de la familia de Rafael Nahuel, Ruben Marigo, sostuvo que los testimonios de las dos audiencias de esta semana en el juicio oral por el crimen, ocurrido el 25 de noviembre de 2017 en Villa Mascardi “echan por tierra la teoría del enfrentamiento armado” y «confirman que hubo una cacería» por parte del Grupo Albatros de la Prefectura Naval.
Las audiencias que se desarrollaron esta semana en el juicio que lleva adelante el Tribunal Oral Federal (TOF) de General Roca por el asesinato de Rafael Nahuel “fueron clave para el esclarecimiento de los hechos”, valoró en diálogo con Télam el abogado de la familia del joven mapuche.
El homicidio ocurrió el 25 de noviembre de 2017, en el territorio en disputa entre la comunidad Lafken Winkul Mapu y Parque Nacionales, en Villa Mascardi, Bariloche.
Durante las audiencias declararon tres testigos que estaban junto a Nahuel en el momento que recibió el disparo: Johana Colhuan, prima de la víctima, y Lautaro González Curruhuinca y Fausto Jones Huala -los dos jóvenes que bajaron el cuerpo en una improvisada camilla- detallaron cómo fue la persecución y balacera de los Albatros contra los mapuche.
El martes, Colhuan y González Curruhuinca coincidieron en su relato sobre lo ocurrido; datos que fueron ratificados hoy por Jones Huala.
“Estábamos bajando (por la montaña) y escuchamos ‘alto Prefectura’ -dijo Jones Huala ante el Tribunal- y en el mismo instante empezaron a escucharse disparos. Uno atrás de otro. Mi primera reacción fue darme vuelta y empezar a correr, llegamos a la planicie donde habíamos hecho noche. Con el peñi (hermano) Lautaro fuimos los primeros que llegamos a la planicie y al ver que los demás no podían llegar y los disparos eran todo el tiempo, decidimos agarrar piedras y empezar a tirar a las personas que venían disparando. No sé cuánto habrá durado, se sintió eterno”, agregó.
Jones Huala narró que una vez que con González Curruhuinca dejaron la improvisada camilla con el cuerpo de Nahuel a la vera de la ruta 40 “se abalanzaron” integrantes de Prefectura, quienes los tiraron al piso y los esposaron.
Para Marigo, el abogado de la familia de Rafael Nahuel, los tres testimonios escuchados esta semana son “clave” para desentrañar lo ocurrido en Villa Mascardi ya que “echan por tierra definitivamente la teoría del enfrentamiento armado”.
Consultado por esta agencia planteó que, hasta ahora, en el juicio hubo «testigos de oídas, salvo los Albatros imputados que no están obligados a decir la verdad”.
Por ese motivo, “las declaraciones de estas jornadas fueron totalmente determinantes porque ratifican la existencia de una caza montaña arriba” por parte de los uniformados, valoró.
“Esto ratifica -prosiguió-, sumado a las pericias, más los testimonios anteriores, que hubo un homicidio doblemente agravado, no solo por el uso de armas sino por haber sido cometido por fuerzas de seguridad; al que yo le agregaría el odio racista, la discriminación hacia el pueblo mapuche”, dijo, y explicó que “en varias declaraciones (los uniformados) hablaron de ‘indios’ de una manera despectiva”.
Para Marigo “era importante que todos vean lo que pasó, cómo fue la cuestión”.
“Fausto (Jones Huala) ratificó lo que dijeron Johana y Lautaro: que fueron cazados, corrieron subiendo y los persiguieron. Y de hecho esto coincide con la pericia en la que se encontraron vainas servidas correspondientes a Prefectura”, concluyó.
Durante la declaración de Jones Huala, el abogado de la familia solicitó que se le exhiban unas cañas secuestradas como prueba en el lugar de los hechos. “Tienen un uso ceremonial”, explicó el testigo. La aclaración desmiente la calificación de “lanzas” que le dieron los efectivos del grupo Albatros y con las que dijeron haber sido atacados.
De hecho, según dijo Jones Huala, la noche anterior a su asesinato Rafael Nahuel se había mostrado enojado porque las cañas no estaban clavadas como hubiese correspondido a las acciones ceremoniales.
Durante la audiencia de este miércoles declararon también el chofer de la primera ambulancia que llegó al lugar, Adrián Barrilín; y dos integrantes del gabinete de Criminalística de la Policía de Río Negro en Bariloche, María Natalia Jalil y Cristian Castillo, quienes detallaron cómo se realizaron los procedimientos de toma de muestras de las manos de los jóvenes que bajaron el cuerpo y de los Albatros presentes en el lugar de los hechos.