A más de dos años de que acribillaran a Nelson “Chivo” Saravia, de 43 años y ex jefe de la barra brava de Newell’s, cuatro personas se encaminan desde este martes al juicio oral con un pedido de pena a prisión perpetua por parte de la Fiscalía. Entre los acusados se encuentran Guillermo “Chupa u Ojitos” Sosa y Alejandro “Rengo Fica” Ficcadenti, dos referentes del paravalanchas rojinegro que están imputados como los instigadores y organizadores del crimen del Chivo cometido el 23 de octubre de 2021.
El Rengo Fica fue acusado en junio de 2022 y transitó gran parte la causa en libertad, por decisión de la Cámara Penal, hasta finales de julio de este año cuando lo detuvieron en la investigación por las amenazas armadas a Ángel Di María. En tanto, los dos restantes están sindicados como los autores materiales del homicidio.
Con el antecedente de que hace más de una década que el cambio en la jefatura de la barra leprosa se produce por violentos crímenes, la primera hipótesis que surgió fue que el homicidio del Chivo se enmarca en una nueva interna, a pesar de que se había retirado y entregado las llaves del cuarto de las banderas.
Sin embargo, los indicios de la investigación determinaron que se trató de una réplica por el crimen de Ángela Oviedo, de 40 años y cuñada de Chupa Sosa, que se produjo 24 horas antes en Centeno y Rodríguez, de barrio Itatí.
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Para los pesquisas, el Chivo no tuvo nada que ver con el crimen de esa mujer cuyo móvil giró en torno a que estaba averiguando por el autor del asesinato de Andrés Monte cometido en agosto de 2021. A este muchacho lo mataron por el sólo hecho de que tenía una relación con la ex pareja de un ladero de Los Monos que está en prisión. El homicida era cercano a la facción del Chivo y fue ese marco que Chupa Sosa aprovechó para vengar la muerte de su cuñada y dar un mensaje hacia la interna de la barra.
Reconstrucción del crimen
En la audiencia preliminar de este martes, el fiscal Luis Schiappa Pietra describió que el asesinato a sangre fría comenzó a gestarse la medianoche de este 23 de octubre de 2021 cuando Chupa Sosa, quien en ese momento era el líder de la barra, convocó a unas 20 personas en su casa de Garibaldi al 3300.
En ese contexto, Alan Sosa –asesinado en julio de 2022–, Alexis Ditter, de 24 años; Esteban Alegre, 29, y otra persona no identificada fueron hasta la casa del Chivo, de 43, ubicada en San Nicolás 3712.
El cuarteto entró a las patadas y a la primera que se encontró fue a la esposa. “Dónde está tu marido”, le gritaron y la mujer no pudo contestar. La empujaron y fueron directo al Chivo para acribillarlo de más de 20 balazos.
Antes de irse, se robaron el celular de la esposa y por el GPS, los investigadores dieron con la casa de Garibaldi. Los sospechosos cayeron al poco tiempo porque quedaron filmados por las cámaras que había en ese lugar.
A las horas del asesinato, los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos, Schiappa Pietra y Matías Edery pidieron un allanamiento para la casa de Garibaldi al 3300.
«Bajo las indicaciones de Sosa los presentes se distribuyeron los roles que ocuparían en la comisión del hecho, comprobaron el funcionamiento de las armas y la carga de municiones de las mismas, las tomaron y portaron, listas para su utilización y se vistieron con ropas al efecto que luego descartaron», describieron los fiscales en la imputación y contaron a raíz de esos videos llegaron al Rengo Fica, como quien organizó al cuarteto.
Los roles
La Fiscalía adelantó en esta última audiencia antes del juicio oral que pedirá perpetua y detalló cada uno de los roles. A Chupa Sosa lo sindicó como instigador debido a que fue quien acordó con los homicidas cómo haría la ejecución y luego los volvió a recibir para que se cambiaran la ropa.
Al Rengo Fica, con dominio en la facción de barrio Municipal, lo ubicaron como el que se encargó de contactar a todos por su «especial ascendencia sobre estas personas en función de la relación que los unía por su condición de referente de la barra de Newell’s», detallaron desde la Fiscalía sobre la acusación como partícipe necesario del homicidio calificado por ser cometido con el concurso premeditado de dos o más personas agravado por el uso de arma de fuego.
Para Alegre y Dittler, la Fiscalía los señaló como autores materiales y por robarse el celular de la pareja de la víctima. Para concluir, el fiscal Schiappa Pietra adelantó que pedirá la pena de prisión perpetua para el cuarteto ante la jueza Paula Álvarez.
