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Crimen del taxista: un sospechoso libre y otro «engarronado» según su familia

El muchacho de 27 años detenido esta semana no fue reconocido en rueda de personas y quedó desvinculado. Mientras tanto la familia del joven de 19 que está preso desde el 20 de abril asegura que es "un perejil" y que el verdadero culpable sigue en la calle

El segundo sospechoso detenido esta semana por el crimen del taxista Mario Esusy no llegó a ser acusado porque el testigo de la causa no lo reconoció en una rueda de personas. Se trata de un muchacho de 27 años que la madrugada del martes dormía junto a su esposa y su hija con discapacidad de dos años, cuando más de una decena de policías irrumpieron en su vivienda y se lo llevaron esposado. Los pesquisas dijeron que buscaban a un tal “Julio”, nombre que coincidía con el del trabajador apresado, quien fue liberado al día siguiente. Su abogado nunca dudó de su inocencia, pero aclaró el difícil momento que vivió ya que si hubiese sido señalado por error, su cliente estaría frente a pedido de prisión perpetua por el delito de homicidio en ocasión de robo. En esa situación se encuentra un muchacho de 19 años cuya detención, a pocas horas del crimen, movilizó a vecinos y familiares quienes aseguran que “el verdadero asesino está suelto” y “engarronaron a un perejil” por la presión social que provocó la ola de protestas de taxistas, cortes de calle y un paro de 24 horas.

Mario Esusy tenía 61 años. Lo mataron de un tiro el pasado 18 de abril en Casilda y Formosa, dentro del taxi que manejaba cuando una moto se acercó a la ventanilla. La Fiscalía cree que el móvil de la agresión fue un intento de robo perpetrado por tres jóvenes que iban en el rodado y que momentos antes, en la misma zona, habían intentado asaltar a dos peatones, hecho que tampoco concretaron. De esa primera secuencia hay un testigo que brindó descripciones físicas y nombres de pila de los presuntos agresores, según explicó la fiscal Marisol Fabbro.

“Inocente”

La madrugada de este martes, una humilde vivienda de Suiza al 100 bis fue blanco de un allanamiento en busca de Julio César M., de 27 años, a quien se llevaron esposado e incomunicado. Al joven se le fijó fecha para ser imputado, aunque antes fue sometido a una rueda de personas donde no lo reconocieron.

“Pedimos su libertad inmediata porque no quedó incriminado en el primer acto procesal”, explicó el abogado Ezequiel Torres tras resaltar que su cliente es una persona humilde, con trabajo estable y que a los 27 años no cuenta con antecedentes penales. El letrado agregó que en su vivienda no encontraron armas ni nada que lo involucre, como tampoco en su celular. “Hay que investigar pero también ser prudente. Es gente humilde y lamentablemente en el mundo penal es la primera que buscan. Pero después de algo así es muy difícil limpiar la imagen en el barrio, porque lo dejan marcado y se empieza a correr la bola. Esa voz popular estigmatiza, produce cierta identidad que después es muy difícil volver atrás», explicó Torres.

“Perejil”

La situación de Nicolás P., de 19 años, es la inversa. Lo detuvieron el sábado 20 de abril y lo acusaron en una audiencia por el crimen del taxista. Su familia y los vecinos del barrio aseguran que el joven es incapaz de haber participado de un hecho así ya que no cuenta con antecedentes y es un pibe sano. El día que lo imputaron, vecinos y conocidos se movilizaron para denunciar ante los medios que habían detenido a un “perejil” y que el verdadero agresor continuaba libre. Este jueves, su mamá expresó su desesperación en diálogo con El Ciudadano. “Mi hijo es un chico sano, no se droga, está estudiando en el nueva oportunidad albañilería y pinturería. Juega a la pelota en el barrio con los muchachitos de su edad. Hace 15 días que no lo veo. No sé nada de él. Si tiene frío, si come. En el barrio juntaron comida, yerba, fideos y una vecina me llevó a Piñero, pero no lo puede ver. Estoy desesperada, engarronaron a mi hijo, y el verdadero asesino se debe estar riendo en nuestras caras”, dijo su mamá Carina.

“Nunca en mi vida pensé que iba a pasar por esto. Esto nos pasa porque somos pobres. Somos gente humilde. Trabajo por hora igual que mi marido. No tenemos plata. Por eso mi hijo está preso siendo inocente. Nunca en mi familia pisamos una comisaría. Estamos desesperados”, dijo Carina.

“Lamento muchísimo lo que le hicieron al taxista porque era un laburante igual que nosotros y me imagino lo que debe estar sufriendo su familia. Hay que buscar Justicia porque la persona que hizo eso está libre y mi hijo está ahí adentro sufriendo sin saber por qué”, concluyó.

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