Tras el crimen de Joaquín Fernando Pérez, los investigadores aseguraron esta noche que el hecho se esclarecerá “rápidamente” porque hay un gran despliegue para dar con los autores. El jefe de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Carlos Zoratti, indicó que se buscan datos de la pericia del arma encontrada en el auto robado al arquitecto, las huellas dactilares y las cámaras de videovigilancia.
El joven de 34 años fue atacado a tiros el martes a la noche cuando fue a guardar el auto en la cochera que está a la vuelta de su casa, en pasaje Muñiz al 1260, barrio de Arroyito.
“Creo que vamos bien encaminados, vamos a esclarecerlo”, dijo el jefe de la AIC en diálogo con el programa Telenoche Rosario, de Canal Tres.
Luego Zoratti añadió que “no se descarta nada hasta que no estén las pericias”. E incluso no rechaza la posibilidad de que «surjan más hipótesis”.
“Hay restos de vidrio con huellas dactilares. A veces una huella a simple vista parece en condiciones pero al analizarla no tenemos los puntos necesarios para identidad”, dijo Zoratti. Y consultado sobre el posible esclarecimiento del caso expresó que la investigación está encaminada.
“Creo que va a ser muy rápido, estamos todos comprometidos con este hecho aberrante. Hay operativos en distintas zonas de la ciudad, con tareas de inteligencia”, aseguró el jefe policial.
Primer testimonio de familiares
En tanto, quien habló esta noche por primea vez tras el hecho fue Gabriela, suegra de la víctima, quien vive en Estados Unidos. «Yo creo que hay conmoción porque está muerto. Pero nadie hizo nada para salvarlo, se quedaron esperando que llegara la ambulancia, que tardó un montón como siempre», contó.
«Estuvo 15 minutos desangrándose con mi hija y la bebé al lado suyo. Nadie hizo nada», agregó la mujer, siempre en declaraciones televisivas.
Gabriela relató que el muchacho había tenido una vida difícil y que aún así había logrado sobreponerse a las adversidades.
«El papá murió en un accidente y la mamá en un brote de hantavirus, también había perdido a su hermanita. Solo le quedaba un hermano, su mujer y su hija», dijo.
«Yo lo tomé como si fuera mi hijo, era muy chico. Fue muy estudioso y salió adelante solito», agregó.
La muerte
Joaquín Pérez fue a guardar el auto en la cochera que está a la vuelta de su casa este martes a la noche. Pero frente al portón verde de pasaje Muñiz al 1260, en Arroyito, zona norte de Rosario, uno o varios delincuentes lo atacaron para robarle el Renault Clio y le dispararon tres veces.
Con las heridas en su cuerpo, dos balazos en el pecho y otro en la ingle, el joven de 34 años caminó como pudo hasta la esquina unos 40 metros, dobló hacia la izquierda por Juan B. Justo hasta el 1771 y llegó a andar unos 20 metros más hasta la puerta de su casa.
Golpeó la puerta blanca para pedir auxilio. En ese punto (una cuadra al oeste del inicio de bulevar Rondeau) se desató un segundo hecho traumático: la conmoción de su familia (vivía con mujer y su hija) y de los vecinos que intentaron asistirlo.
Un médico que vive enfrente y había dejado su auto en el mismo garaje le práctico RCP pero no logró reanimarlo. Primero llegaron los patrulleros y después la ambulancia.
