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Crimen, investigación y el miedo de los vecinos: “Uno habla y después pasan y te tiran»

Mirta Aguirre sufrió un tiro fatal en la cabeza cuando balearon su casa de cortada Urdinarrain al 6900, el 31 de agosto. Los investigadores dieron con un sospechoso, apodado Tres Dedos, que fue imputado. Quedó en prisión por 90 días. El vecindario lo nombra, pero pocos se animan a declarar

Tres Dedos es el apodo que surgió en los momentos posteriores al crimen de Mirta Beatriz Aguirre, la chica de 22 que fue asesinada de un tiro en la cabeza la noche del 31 de agosto en su casa de Urdinarraín al 6900, de barrio Larrea. Un hombre de 45 años que porta ese alias fue imputado este sábado como autor de ese homicidio en el que la víctima fue confundida por otra persona. El juez lo dejó preso por tres meses, a la espera de medidas que refuercen las evidencias presentadas por la acusación.

La versión que asegura que Tres Dedos fue el autor de los disparos llegó a oídos de brigadistas de la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). Como suele ocurrir, nadie de los entrevistados aportó su nombre por temor. Hay lugares donde reina el miedo, y el vecino que sabe algo debe poner en la balanza el ansía de justicia frente a las posibles represalias de brindar testimonio con nombre y apellido. “Uno habla y después pasan y te tiran”, le dijo a un detective un vecino de barrio Larrea, cuando el personal de AIC buscaba datos.

De acuerdo con la investigación que comanda la fiscal Marisol Fabbro, Mirta fue asesinada en un contexto de violencia narcocriminal. Al parecer a la joven, que era ajena a disputas territoriales, la confundieron con otra mujer, su prima, que había tenido problemas al menos desde mayo con un narco –privado de la libertad– que pisa fuerte en el noroeste. Incluso la habían amenazado de muerte para obligarla a vender estupefacientes. Sin embargo, en declaración la prima aseveró que esa bronca ya había pasado y que, en realidad, el blanco original de los disparos podía ser una vivienda ubicada frente a la modesta heladería de Mirta.

A las 19.30 del martes, Mirta Aguirre estaba en su casa con su hermana de 16 años. Ambas miraban televisión cuando los estruendos de disparos las sorprendieron. “Yo llegue a tirarme al piso y escuché como que aceleró una moto. Cuando me pareció que se fueron me levanté y vi la mesa llena de sangre y en el piso a mi hermana tirada”, contó la adolescente. Un plomo fatal había atravesado la ventana y alcanzado en la cabeza a Mirta.

Aunque el conductor de la moto no está identificado, Maximiliano Pedro “Tres dedos” S., de 45 años, fue detenido el 1° de septiembre en Cullen al 1100 bis, distante poco más de tres cuadras de la casa de Mirta. Ese domicilio surgió a partir de entrevistas que señalaron al hombre como allegado a un clan narco del lindero Empalme Graneros. Más de un vecino aseguró extrajudicialmente haberlo visto en la escena del crimen.

Según investigadores, a Maximiliano le faltan tres dedos de su mano derecha, y en junio de 2017 fue sentenciado por la Justicia Federal a cuatro años de prisión como autor penalmente responsable de delito de tenencia de estupefacientes. Cuando los pesquisas de la AIC lo detuvieron, constataron que sobre Tres Dedos pesaba un requerimiento de la Justicia porque debía concurrir al patronato de liberados a firmar todos los meses pero había dejado de presentarse.

En la audiencia de este sábado el fiscal Adrián Spelta expuso que aún falta peritar el celular secuestrado a Tres Dedos y algunas cámaras de seguridad para eventualmente reforzar la evidencia.

El juez Román Lanzón, una vez escuchadas las partes, dictó prisión preventiva efectiva por el plazo de 90 días contra Tres Dedos por el delito de homicidio agravado y portación de arma.

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