Un joven de 28 años fue imputado ayer por el crimen de un jubilado ocurrido en Empalme Graneros a mediados de esta semana. Al menos tres personas ingresaron a su humilde vivienda y tras apuñalarlo ferozmente lo arrojaron a un pozo ciego y se llevaron pertenencias de la víctima. Un llamado al 911, recibido algunas horas después por otro hecho de violencia, derivó en la detención de uno de los sospechosos a quien le encontraron pertenencias de la víctima y manchas de sangre en su ropa. Ayer el sindicado fue imputado por el fiscal Pablo Pinto por homicidio criminis causa y robo calificado por arma blanca. Por su parte, el juez Hernán Postma dispuso la prisión preventiva en su contra por el plazo de ley, que fija un mínimo de 60 días para solicitar la revisión de la medida.
Orlando Zallas vivía solo en una casa ubicada al final de un pasillo de French al 5400. Tenía 67 años y su salud estaba un poco deteriorada. La madrugada del miércoles al menos tres personas ingresaron a su vivienda en varias oportunidades. Para el fiscal Pinto el primer ingreso derivó en la muerte del hombre, quien recibió múltiples puñaladas en el cuello, pecho y nuca. Tras el crimen, sus agresores lo arrojaron a un pozo que había en la parte trasera de la vivienda, le tiraron maderas y muebles e intentaron prender fuego el cuerpo pero el clima evitó que los atacantes lograran su cometido.
Algunos llamados al 911 alertando que había personas entrando y saliendo de la casa y la declaración de algunos testigos que vieron a los agresores, ubicaron en la escena a un muchacho que vive a algunas cuadras del lugar del crimen. Esta persona fue observada a las 7 saliendo de la propiedad con pertenencias de Orlando, incluso arrojando prendas del hombre en la calle. Cerca de las 8 un llamado al 911 denunció otro hecho de violencia de un hombre hacia su pareja. Cuando la Policía llegó al lugar se encontró que la persona sindicada era el denunciado.
En su haber los uniformados secuestraron 40 mil pesos –la víctima había cobrado una indemnización de ese monto recientemente– y dos relojes que fueron reconocidos por los hijos de Zallas. Además el fiscal expresó que tenía la ropa ensangrentada y las zapatillas que tenía puesta estaban sucias de barro y sangre. El dibujo de la suela de una de ellas se correspondía con una patada que tenía la puerta de ingreso a la vivienda de la víctima.
Con todos estos elementos el fiscal imputó a Gonzalo Ezequiel N. por los delitos de homicidio criminis causa y robo agravado por el uso de arma blanca. El sindicado como autor material prefirió no hacer declaraciones y su defensor oficial, Diego Villar, planteó alternativas al pedido de la prisión preventiva requerida por la fiscalía, aunque el juez Hernán Postma dispuso la medida cautelar sin plazo.
