«En mayo, el intendente podría volver a aumentar el boleto de colectivo. Estamos a la espera de la presentación del estudio de costos, que tendría que haberse publicado durante abril. Recién hoy se reunirá el consejo consultivo, que debía convocarse en marzo, y aguardamos el llamado a la Mesa de Seguimiento del Transporte, todo viene atrasado», advirtió la concejala Julia Irigoitia, representante del cuerpo legislativo en el Ente de la Movilidad de Rosario (EMR).
Entre tensiones con el Ejecutivo nacional por la quita de subsidios y alianzas entre intendentes de distintas localidades para encontrar una solución estructural, el transporte es una deuda de la gestión con la ciudadanía rosarina.
«El intendente recibió al ministro del Interior, lo llevó de recorrida en un colectivo privado y lo invitó a comer surubí al lado del río. A mí me hubiese gustado que lo subiera al 110 y lo llevara hasta Empalme Graneros a comer en alguna casa de la ciudad para que vea cómo viaja y vive la gente de Rosario», reclamó Irigotia.
El descontento general está relacionado con el achanchamiento por parte del municipio a la hora de tratar un tema central de la ciudad como es el Transporte Urbano de Pasajeros. Sin respuestas, datos ni información, a los legisladores les cuesta cada vez más encontrar soluciones para los problemas cotidianos. “Somos depositarios de reclamos, porque el vecino encuentra en nosotros un canal para presentar sus problemas, pero no hay retorno por parte del Ejecutivo al momento de dar respuestas”.
Este martes por la tarde, a las 14.30 horas, se llevará a cabo la reunión del Consejo Consultivo del Transporte, instancia a la que debe convocar el EMR. Será en el Distrito Sudoeste y se encontrarán los principales actores del sistema de transporte. En vísperas de la reunión, Irigotia enfatizó: «Después de mucho insistir, logramos que este martes por la tarde se reúnan los funcionarios con empresas, sindicatos y representantes de la sociedad civil para poner sobre la mesa la situación del transporte en la ciudad y evaluar alternativas en un escenario más que problemático: sin subsidios nacionales, sin certezas sobre los costos que implica mantener el sistema, sin ideas alternativas, volvemos a correr el riesgo de que todo se traslade al bolsillo del vecino, como ya ha ocurrido».