Cuatro economistas de distintas tendencias analizaron las implicancias de la extensión de la cuarentena en la economía local y las consecuencias de la crisis generada por la pandemia de coronavirus a nivel mundial.
«La receta argentina es una receta que está aplicando la mayoría de los países del mundo. Las premisas ortodoxas clásicas volaron por los aires y en la mayoría de los países se están aplicando muy fuertes paquetes de tipo fiscal y monetario financiero», dijo el director de Centro de Economía Política Argentina (Cepa), Hernán Letcher.
En diálogo con la radio AM990 señaló que «esto es una crisis igual o peor que la de 1929» y destacó que «hay pocas voces que pueden decir que el Estado no tiene que controlar precios» cuando esto, «hace unos meses, era impensado».
Letcher agregó que «el rol de los organismos multilaterales está en crisis», y que «también hay que ver cómo afecta la pandemia la guerra comercial entre China y Estados Unidos».
Sostuvo luego que si el aislamiento se mantiene es probable que cambien las relaciones de trabajo y las pautas de consumo.
En este contexto, afirmó: «El Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) es una excelente medida, aunque hay cierta dificultad real para la operatoria de un programa de ese tipo».
«Hay más de 6 millones de personas que necesitan el IFE porque no tienen un ingreso registrado», detalló Letcher.
Ramiro Castiñeira, economista jefe de la consultora Econométrica dijo, a su vez, en diálogo con radio AM 1220, que «este es un evento que se da una vez por siglo» y que «la vez anterior fue en 1918, con la gripe española».
«Cuando empezó la situación todos los países intentaron imponer restricción de movimientos de las personas para frenar la tasa de contagios y eso generó un nivel impresionante de caída del nivel de actividad, como en la Segunda Guerra Mundial, más grande de lo que fue la crisis subprime –de alto riesgo– en Estados Unidos» en 2008, señaló.
En cuanto al impacto en la Argentina, Castiñeira recordó que, «en esta última década que el mundo creció, generó capital y ahorro, el país se estancó y se descapitalizó».
En ese marco, el economista postuló que el Estado «necesita dar respuesta y lo único que tiene es la maquinita, emitir». Y agregó: «Es un momento en que no se recauda nada, o se emite o surgen cuasi monedas. Si se extiende la cuarentena, más van a crujir los números fiscales«.
Según Castiñeira, «hay que ayudar a las empresas a que consuman, porque, si no, esos pesos se van a traducir en inflación».
«Esto de que los que producen estén en las casas y a los que demandan les den plata no cierra: los comercios minoristas están en agonía, estirar la cuarentena puede tener un colapso microeconómico impresionante», advirtió, para luego señalar que podría haber «una caída del PBI similar a la registrada en 2001».
Por su parte, en declaraciones a FM Concepto, el politólogo Gustavo Marangoni, ex titular del Banco Provincia, consideró que el país atraviesa «un marco de incertidumbre formidable» con una economía que «se para por decisión de la política, las fronteras se cierran y no hay una fecha de caducidad».
En tanto, Ricardo Delgado, director de consultora Analytica, dijo a la FM Radio Con Vos que «una pyme pequeña no llega al mes sin facturar para poder pagar los salarios, y, si a esto se le agrega el alquiler y los costos fijos, la situación es más complicada».
Advirtió, luego, que «el sistema financiero no está ágil para atender y el Banco Central tendría que tener una actitud más agresiva, en el buen sentido, para facilitar el acceso a las pymes».
«El viernes el Banco Central indicó que los bancos ya inyectaron 30 mil millones a esas empresas, esto es menos del 3% de lo que necesitan las pymes promedio de menos de 50 empleados. Esperemos que el gobierno tome más medidas para este segmento tan importante», concluyó Delgado.
Agencia Télam
