La eliminación de Newell’s de la Copa Argentina reavivó las críticas contra el presente futbolístico del equipo. La falta de identidad, el nivel y la actitud de algunos jugadores, las decisiones de Américo Gallego y la política de refuerzos hoy están en plena discusión. Y todo invita a pensar en un fuerte replanteo de todos los involucrados para encontrar el camino.
En este semestre, el equipo está sumido en una tremenda irregularidad. De local ha mostrado su mejor cara con tres triunfos (Crucero, Unión y Godoy Cruz), tres empates (Vélez, Quilmes y San Lorenzo) y una caída (Independiente). Es cierto que mereció más ante el Cervecero y que se lo empataron en el final, pero también lo es que, salvo San Lorenzo, todos los rivales aparecen por debajo suyo en la tabla de posiciones.
Lo que hizo afuera directamente fue penoso. Y eso que ganó dos partidos (Aldosivi y Sarmiento) casi sin proponérselo. Pero las caídas ante Belgrano y Arsenal no revisten análisis alguno. Y el 0-0 frente a Gimnasia en La Plata fue un pobre partido de la Lepra.
Esta suerte de crisis futbolística en la que se encuentra sumido el plantel rojinegro se puede explicar desde varios lugares. Para muchos, el equipo no tiene una identidad definida. En realidad, intenta ser pragmático y desde su llegada Gallego ha intentado priorizar la solidez defensiva para entregarle mayor libertad a los jugadores de jerarquía que tiene en ofensiva (Maxi Rodríguez, Víctor Figueroa, Ignacio Scocco y Ezequiel Ponce). Pero lo ha logrado en cuentagotas.
En ese contexto, hay una clara responsabilidad del entrenador, que no ha logrado sacar lo mejor de sus futbolistas y que les ha dado muchas posibilidades a jugadores que están por debajo del nivel que alguna vez mostraron. Además, de forma permanente (muchas veces obligado por las lesiones) cambió nombres y sistemas de manera abrupta.
Los jugadores, lógicamente, son grandes responsables de este momento. Muchos arrastran un bajo rendimiento desde la ida de Gerardo Martino, lo que obliga a preguntarse cuál es el verdadero nivel, si aquel que tuvieron con el Tata o éste. Y lo que se ha criticado luego de la caída ante Chacarita ha sido la actitud, una definición que apunta a la entrega, la rebeldía y el amor propio.
Uno de los tantos axiomas futboleros sostiene que luego de un proceso exitoso, muchos planteles se relajan. La era Martino terminó a mediados de 2013 y desde entonces, salvo el primer torneo con Alfredo Berti que peleó hasta el final, el equipo ha sumado frustraciones deportivas: tres clásicos perdidos de forma consecutiva, temprana eliminación de la Copa Libertadores en 2014 y derrotas ante Talleres y Chacarita por Copa Argentina.
A la hora de repartir culpas, los dirigentes también han hecho lo suyo. Después de Martino, decidieron mantener un estilo de juego con Alfredo Berti, algo que no funcionó.
Para reemplazarlo, estuvieron 60 días buscando entrenador para luego darle la chance a Gustavo Raggio, que por entonces dirigía la Quinta división de AFA, apoyados en los argumentos de que era alguien de la casa y que pregonaba el estilo del Tata. Pero la cosa tampoco resultó. Y entonces, priorizaron la personalidad y los pergaminos del entrenador, en este caso Gallego, por encima de la idea futbolística.
Claramente también hubo errores en la política de refuerzos. Por ejemplo, en este receso llegaron seis futbolistas, de los cuales sólo Hernán Bernardello aparece como titular, mientras que el resto (Luciano Pocrnjic, Nehuén Paz, Sebastián Martínez, Federico Fattori y Juan Neira) apenas han sumado algunos escasos minutos y calientan el banco al lado de Gallego.
La llegada de jugadores para que sean recambio pone bajo la lupa el trabajo hecho durante este proceso en las divisiones inferiores. La lógica indica que si se contratan futbolistas suplentes es porque abajo no hay materia prima. Sin embargo, desde el club se asegura que hay jugadores capacitados para integrar la primera división. Entonces, ¿por qué no tienen mayores posibilidades? En este torneo sólo han jugado Mauricio Tevez (ocho partidos), Ezequiel Ponce (siete veces), Francisco Fydrizewski (cuatro encuentros), Joaquín Torres, Leandro Figueroa y Lorenzo Faravelli (todos un partido).
El presente de Newell’s obliga a todas las partes a realizar una autocrítica sincera y un diálogo abierto para decidir cuál es el camino. O si no, la crisis se agudizará.
Vuelta a los trabajos
A puerta cerrada, el plantel rojinegro retomó ayer por la mañana los entrenamientos en el complejo Bella Vista de cara al partido del próximo domingo a las 16 ante Argentinos Juniors en La Paternal.
Los jugadores que estuvieron ante Chacarita realizaron tareas regenerativas, mientras que el resto completó una rutina física y de trabajos con pelota. En ese grupo estuvo Ignacio Scocco, quien se pone a punto para estar a disposición del cuerpo técnico para el compromiso contra el Bicho luego de un desgarro en el aductor derecho.
De todas formas, se espera que Américo Gallego meta mano en el equipo después de una pobrísima producción frente al Funebrero y la eliminación de la Copa Argentina.
Cambio de árbitro
Ayer se confirmó el cambio de árbitro para el cotejo del domingo ante Argentinos Juniors en La Paternal. El juez designado era Néstor Pitana, pero el misionero pidió licencia por el fin de semana y por eso será reemplazado por Federico Beligoy.
Hoy sale el fallo
Hoy está previsto que el tribunal de disciplina se expida respecto al partido entre Arsenal y Newell’s, que fue reclamado por la dirigencia leprosa a raíz de la mala inclusión de Leandro Godoy, volante del equipo de Sarandí, quien se encontraba suspendido. Según las informaciones que surgen desde AFA, los integrantes del tribunal no están de acuerdo y por eso hoy se haría una votación sobre si a Newell’s le dan los puntos de ese partido.
