El gobierno de centro derecha de Irlanda comenzó a resquebrajarse hoy entre defecciones y pedidos de renuncia, un día después de solicitar un préstamo multimillonario a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a días de tener que aprobar un presupuesto clave para recibir la polémica asistencia financiera.
En el marco de la crisis política, el primer ministro Brian Cowen afirmó que no renunciará ahora porque está resuelto a hacer aprobar el Presupuesto y a negociar el paquete de ayuda antes de irse, pese a que el alejamiento de aliados pone en duda su capacidad de éxito.
Luego de negarse durante meses, Irlanda solicitó ayer formalmente a los demás países de la UE y al FMI un paquete de ayuda financiera que se espera ronde los 130 mil millones de dólares para superar una crisis fiscal y bancaria, en medio de profundo descontento popular.
La crisis económica degeneró hoy en una abrupta crisis política que puso en serio entredicho la capacidad del gobierno de Cowen de poder cumplir con las condiciones de los prestamistas para recibir la ayuda, en particular aprobar un presupuesto para el año próximo con un fuerte ajuste por 20 mil millones de dólares.
Los problemas comenzaron cuando el socio de la coalición gobernante, exigió anticipar las elecciones una vez que se aprueben presupuesto y rescate, y se agravaron por la tarde cuando los dos partidos de la oposición pidieron comicios anticipados de inmediato. Más tarde, y para agravar la situación, dos legisladores independientes de cuyo apoyo dependía el gobierno consideraron altamente improbable que respalden el presupuesto de austeridad 2011, que debe ser votado en el Parlamento el 7 de diciembre.
Por lo tanto, resulta improbable la aprobación del presupuesto y en consecuencia podría haber una demora en el cierre del trato con la UE y el FMI por el paquete de asistencia, según analistas.
En declaraciones a la prensa y ante la sorpresa de todos, el jefe de gobierno, quien está en el poder hace dos años, dijo que no renunciará e insistió en que disolverá el Parlamento para anticipar las elecciones sólo «después de que todos los arreglos necesarios hayan sido implementados para hacer efectivo un presupuesto muy importante que es imperativo aprobar».
El gobierno de Cowen tiene previsto presentar el miércoles ante el Parlamento el presupuesto con el plan de ajuste fiscal que debe ser contrapartida del préstamo del FMI y la UE, que establece una reducción del déficit por 20 mil millones de dólares en cuatro años. El ajuste implicará rebajas de salarios, recortes en la política social y despidos de empleados estatales.
Al respecto, los sindicatos del país advirtieron que las medidas de austeridad podrían desatar una ola de agitación social. Este mes, una manifestación estudiantil degeneró en violencia, y los sindicatos convocaron a una protesta general el próximo sábado en Dublín.