Lanatta, quien se encuentra preso por un robo en el penal bonaerense de Sierra Chica, arribó pasadas las 7.30 a los tribunales situados en calle 37 y 26, de Mercedes, en una unidad de traslado del Servicio Penitenciario bonaerense.
Una vez en los tribunales, el acusado tomó contacto con su abogado, Sebastián Barrio, quien lo asiste en la causa.
Pasadas las 9.30, llegó a los tribunales el fiscal Bidone, quien poco después dio inicio a la indagatoria, que continuaba este mediodía.
Antes de ingresar al edificio judicial, y en un breve contacto con la prensa, Bidone informó que en las últimas horas se realizó un nuevo relevamiento en la casa de Cristian Lanatta, en Quilmes, donde se levantó un piso y debajo se hallaron muestras que dieron positivo en sangre al ser sometidas al reactivo luminol.
Bidone añadió que los rastros hallados en la casa de la calle Videla 631, de Quilmes, serán analizados y que aún aguarda los resultados de ADN de otros restos de sangre encontrados en la misma casa la semana pasada que, dijo, corresponden a «dos serotipos distintos».
Cristian Lanatta es el único de los cuatro detenidos la semana pasada que hasta hoy no había declarado ante el fiscal de la causa.
Los otros, Martín Lanatta, hermano de Cristian, y los hermanos Víctor y Gabriel Schillaci, aseguraron ser inocentes, aunque permanecen detenidos a la espera de que se resuelvan sus situaciones procesales.
Todos están imputados como presuntos coautores de los delitos de «privación ilegal de la libertad agravada por su comisión mediante violencia y amenaza, en concurso real con homicidio agravado por su comisión mediante ensañamiento y alevosía y con el concurso premeditado de más de dos personas».
Martín Lanatta y los hermanos Schillaci fueron detenidos el lunes de la semana pasada en las localidades bonaerenses de Quilmes y Berazategui, en el sur del conurbano.
Los investigadores sospechan que en esa casa Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina permanecieron privados de su libertad y asesinados a tiros antes de que sus cuerpos fueran arrojados en un zanjón de General Rodríguez, donde los encontraron el 13 de agosto de 2008.
Para el fiscal, los asesinatos estuvieron motivados por vinculaciones con negocios financieros relacionados a una mesa de dinero, a una deuda por la mafia de los medicamentos y por la comercialización de efedrina.
De hecho, la viuda de Forza, Solange Bellone, está actualmente presa por la denominada «mafia de los medicamentos».