La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner ofreció a la República Islámica de Irán elegir de común acuerdo un tercer país para que se pueda llevar allí a juicio el atentado contra la AMIA, en la que funcionarios iraníes están imputados, al disertar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
«Hoy no voy a reclamar por cuarta vez, ya que no hubo resultados. Voy a ofrecer a la República Islámica de Irán que acceda a elegir de común acuerdo un tercer país donde considere que están dadas las garantías para llevar a juicio lo que constituye un terrible atentado», dijo la mandataria.
Recordó los anteriores pedidos, desde el 2007, del entonces presidente Néstor Kirchner, y de ella misma, en el 2008 y 2009.
Cristina declaró que Argentina «no busca culpables» sino que «lo único que demanda es justicia en la causa por el atentado a la AMIA y persigue el objetivo de que «si alguien ha cometido un delito sea castigado».
Afirmó que Argentina puede jactarse de ser «un país de gran amplitud que garantiza pluralidad y diversidad para todos los habitantes del mundo».
Argumentó que propuso la posibilidad de que un tercer país juzgue a los acusados iraníes por el atentado a la AMIA para aquellos que «tienen temor de no ser juzgados con imparcialidad».
La Presidenta marcó el interés de su gobierno de «terminar con las excusas de la no neutralidad» expresadas por Irán ante el pedido de captura de ciudadanos de esa nacionalidad, formulado por la justicia argentina, en el marco de la investigación por el ataque terrorista a la sede de la Amia en 1995.
«Para terminar con la coartada de sostener que no van a poder ser sometidos a un juicio imparcial», argumentó Cristina al invitar a Irán a acordar con Argentina la elección de un tercer país neutral en el que se desarrolle un juicio contra los acusados.
La Presidenta consideró que esa posibilidad sería «un gesto más que elocuente», que permitirá «encausar diferencias» y resolver la cuestión en el marco de «la justicia y la legalidad».
Además, la Presidenta aseguró que «los países emergentes sufrimos el impacto de la crisis global pero nació en los desarrollados», al disertar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
«Los países en vías de desarrollo son los que sostuvieron durante la última década el crecimiento de la economía y ahora son los que vuelven a hacerlo», remarcó Cristina.
La Presidenta aseguró que a partir del 2003 la Argentina «pudo superar la crisis» que se desató en el 2001 y recordó que la situación planteada en ese momento se «pareció a la crisis sucedida a nivel internacional» en el tercer trimestre del 2008.
Cristina destacó que la Argentina, «con un proyecto económico no dictado por los organismos multilaterales de crédito sino con nuestras propias convicciones, ha logrado el crecimiento económico más importantes en estos 200 años de historia y un desendeudamiento como nunca se había visto».
«La Argentina ha renegociado el 93 por ciento de su deuda y ha aplicado medidas anticíclicas desde fines de 2008 y 2009 y así ha podido crecer un 9 por ciento en su actividad económica en los últimos 12 meses», detalló.
La Presidenta aseguró que Argentina hizo un «uso inteligente y racional» de sus reservas al decidir utilizarlas en vez de endeudarse a tasas del dos por ciento. «Hemos impulsado un uso inteligente, racional, de las reservas, producto del superávit comercial. Fueron aplicadas al pago de deuda en lugar de salir al mercado de capitales y pagar tasas del dos por ciento, cuando por ellas nos pagaban apenas 0,5 por ciento de intereses», dijo la mandataria durante su exposición en la 65 Asamblea General de las Naciones Unidas.
Además, agregó que «resultaba incongruente e irracional que el país se endeudara con tasas de dos dígitos cuando tenia reservas más que suficientes».
La Presidenta reclamó «una fuerte reforma de los organismos multilaterales de crédito» ya que «han fracasado en su misión fundamental de mantener una economía estable a nivel mundial».
En su discurso, la Presidenta consideró que «urge una legislación global en materia de fondos buitres que golpean sin piedad a las economías y en la necesidad de calificar y evaluar sobre calificadoras de riesgo».
Cristina también se defendió diciendo: «Calificadoras de riesgo que daban un riesgo muy alto para la deuda de Argentina cuando en realidad Argentina venía pagando su deuda rigurosamente sin recurrir a los mercados de capitales y calificaban con nota mejor a países que luego demostraron que no tenían capacidad para hacer frente a su deuda».
Más tarde, la mandataria destacó que «es una muy buena noticia la reanudación del diálogo entre Israel y Palestina para finalmente llegar a algo que todos ambicionamos desde hace mucho tiempo: que en próxima sesión ordinaria pueda estar sentado como miembro pleno el Estado de Palestina».
«Esto será una inmensa contribución a la preservación de la seguridad internacional», enfatizó la Presidenta. Insistió además en marcar la necesidad de plantear una «reingeniería a nivel internacional de los fondos multilaterales» y un «marco teórico diferente al del Consenso de Washington, agotado por fracaso».
Cristina también planteó la necesidad de otorgar «diferentes roles a los bancos centrales y a los Estados para impulsar medidas contracíclicas» que favorezcan la «estabilidad del empleo y no sólo la monetaria».
«El valor de la moneda de cada país está directamente vinculado a las posibilidades de crecimiento y de generación de riqueza y a la distribución de esa riqueza para que dé sustentabilidad, no sólo a un modelo económico, sino político», reflexionó.
La Presidenta afirmó que «no es justo que los países en desarrollo tengan que hacerse cargo del pasivo ambiental», al disertar sobre cambio climático.
«No es justo que los países en desarrollo y a duras penas con su crecimiento económico han podido superar niveles de pobreza, sean precisamente los que tengan que hacerse cargo del pasivo ambiental producto de los países que contaminaron durante décadas el mundo», afirmó la Jefa de Estado.