Reunidos en el living del departamento, de Juncal y Uruguay, en Recoleta, los funcionarios acompañados por sus secretarios escucharon de voz de la vicepresidenta que en el momento en que le gatillaron el arma, a pocos centímetros de su cabeza, no se dio cuenta y que recién después lo supo y tomó conciencia del hecho. En otro ambiente del piso, también estaba el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, los custodios de la vicepresidenta y dos agentes de la Policía Federal.
Cristina también relató que en ese preciso momento, tal como se observa en imágenes de TV, se agachó para buscar un libro con el que después se ve que se levanta.
El fiscal le puso a su disposición la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC) de la Procuración General de la Nación, algo común en estos casos, a lo cual vicepresidenta no contestó si la iba a utilizar y tampoco solicitó ser querellante del expediente, lo que le permitiría acceder a la causa y solicitar medidas de prueba.
Una de ellas, que ya se está llevando a cabo, es el análisis del contenido del celular del acusado y de una tablet que se secuestró en su casa. También las cámaras de seguridad aledañas a la casa de la vicepresidenta. Los investigadores buscan reconstruir el recorrido de Sabag Montiel: quieren saber cómo llegó al lugar, qué camino hizo, si fue solo o acompañado, si entre los militantes, que ayer a la noche esperaban a Cristina Kichner había más personas que podían llegar a agredirla.
En la causa judicial ya se tomaron 24 declaraciones testimoniales. Además de Cristina Kirchner lo hicieron militantes e integrantes de la custodia de la vicepresidenta.
Sobre la custodia, la justicia pondrá la mira: forman parte de la investigación. Por lo que algunos podrían pasar a ser acusados, debido a que no se descarta ninguna hipótesis: desde que pudieron ser cómplices o hasta que fueron negligentes en el cuidado de la vicepresidenta al permitir que una persona con un arma llegue a centímetros de ella.
El expediente judicial tiene 24 horas y ya acumula 10 cuerpos.
El peritaje sobre el arma, una Bersa calibre 32, determinó que es apta para el disparo y que fue utilizada hace poco. También que tenía cinco balas en el cargador y ninguna en la recámara, por lo que no se disparó cuando Sabag Montiel gatilló. Las balas que estaban en el arma también estaban para ser disparadas.