Otro show de secretismo. Antes de volar a EE.UU., para exponer sobre Malvinas en el Comité de Descolonización de la ONU, Cristina de Kirchner ordenó una convocatoria masiva a la galaxia K para animar esta tarde lo que se anticipó como un megaanuncio.
Encriptado, sólo trascendió un detalle protocolar: el protagonismo de la ANSES que comanda Diego Bossio. Anoche, la ruleta giraba desorbitada y animaba un festival de especulaciones respecto de cuál será el contenido del plan oficial.
Una de las pistas más sólidas, entre una catarata de hipótesis, tenía sello de cemento: un plan de viviendas fondeado con recursos de la ANSES. Hace tiempo, Bossio y su equipo técnico tienen en carpeta un esquema para financiar un programa hipotecario.
Entre el corsé al dólar que «enfrizó» el negocio inmobiliario y la paralización, casi total, de la obra pública, el sector de la construcción enfrenta un proceso de desaceleración. En algunas zonas, como Rosario y Córdoba, ya hubo cesantías. Se habla de entre 2 y 3 mil despidos.
Es relativo, todavía, en el universo -en blanco- de 400 mil obreros, pero sirve como indicio. Así y todo no es el factor más crítico: junto a otros complejos como el automotor, la construcción es uno de los indicadores más sensibles de la actividad económica.
El diagnóstico es delicado. En alerta, un funcionario recomendó cotejar el comportamiento de dos variables: la recaudación interanual y la inflación «real». Según la medición sui generis de ese dirigente K, la actividad económica de mayo quedó en cero y se hará negativa el mes próximo.
• Obsesión
La versión de un programa de financiamiento de viviendas sería un intento para revertir ese proceso. La obsesión está presente en el Gobierno: días atrás, Débora Giorgi habló del reimpulso a los emprendimientos de infraestructura estatal. La matriz es mover la economía.
En Casa Rosada, en ANSES y en Economía –Hernán Lorenzino está en EE.UU., por lo cual hoy estará en su lugar el vice del Palacio de Hacienda, Axel Kicillof– reinaba el cauteloso silencio. Ni desmentidas ni confirmaciones.
La Presidente despejará la incógnita esta tarde, a las 18, ante gobernadores, legisladores, sindicalistas amigos, dirigentes K y empresarios, en el Museo del Bicentenario. Oscar Parrilli, invitador oficial de eventos K, cursó tarjetas para 1.500 personas.
Cristina volverá a mostrarse en público luego de suspender su actividad a raíz de la internación de su hijo Máximo. Oficialmente tenía pautado compartir con Daniel Scioli un acto en Haedo, pero éste se canceló.
En el menú, variado, ayer aparecían otras hipótesis. En paralelo a la idea del plan de viviendas se mencionaban otras posibilidades producto de la falta de precisiones sobre lo que anunciará la Presidente. Veamos:
• Una versión se vinculaba con fijar límites, por ley, a las llamadas jubilaciones de privilegio. Cristina habló de ellas durante su presentación ante la Asamblea Legislativa en marzo pasado. Refiere a lo que cobran exjueces y diplomáticos: haberes que superan los 50 mil pesos por mes. En ese caso, según admitieron en su momento desde la ANSES, se trataría de una medida simbólica vinculada más al criterio de «equidad» que a una cuestión fiscal: el impacto de las jubilaciones extraordinarias no es, se reconoce, de relevancia.
• Otra está relacionada con la eventual reapertura de la moratoria jubilatoria que permitió incorporar 2,5 millones de «jubilados» al sistema. Aquella medida figura en el «top five» de las de más impacto de la era K porque permitió elevar los índices: en la actualidad, 9 de cada 10 personas en condiciones de jubilarse están dentro del sistema previsional. En 2001, la relación era 5 de 10. La reapertura de la moratoria permitiría llegar prácticamente a la plena jubilación.
• Por otro lado, se deslizó la posibilidad de la emisión de un bono para cancelar, a lo Domingo Cavallo, la inmensidad de juicios por actualización de haberes que multitud de jubilados le ganaron a la ANSES. El staff técnico de Bossio tiene, desde hace tiempo, estudiada esa alternativa.
• Otras usinas se tentaban con «adivinar» un anuncio sobre la suba del mínimo no imponible de Ganancias, tal como reclaman los gremios y como confió, semanas atrás, Noemí Rial, aunque luego fue desmentido. En su momento se especuló que Cristina guardaba ese anuncio para luego de la elección de la CGT.
