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Cristina inauguró sesiones revindicando el modelo

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó la 132 apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación, donde habló por casi tres horas. Allí, durante su discurso, destacó los logros de la gestión y criticó a empresarios, jueces, corridas bancarias y suba de precios. La militancia dijo presente en la plaza.

cfk-asamblea-dentroLa presidenta Cristina de Kirchner inauguró el 132 período de sesiones ordinarias con un mensaje ante la Asamblea Legislativa, en el cual repasó los logros de la gestión kirchnerista y realizó pocos anuncios. En su mensaje, que tuvo eje principal en las cuestiones económicas, cargó contra empresarios, la Justicia y llamó a la «unidad» de los partidos políticos para «seguir creciendo».

Cristina llamó a incrementar las inversiones en el país y pidió a los empresarios «valorar el inmenso esfuerzo que hicimos en estos años». En ese marco, exhortó a los hombres de negocios «que han ganado mucho dinero» en los últimos años a»ponerle el hombro al país para continuar con este modelo de crecimiento, sobre todo porque hay un sector externo en el que cayeron las exportaciones».

«No hay ningún justificativo para un aumento de precios por encima de valores que no se condicen con la realidad y sólo saquean el bolsillo de los argentinos», enfatizó la jefa del Estado.

Además, afirmó que «el Poder Legislativo y Ejecutivo deben abocarse a sancionar instrumentos que defiendan a los consumidores frente al abuso de los sectores concentrados».

«Entre muchas de las cosas que harán a la agenda legislativa, el Poder Legislativo y el Ejecutivo deberán abocarse a sancionar instrumentos que defiendan de una buena vez a los usuarios y consumidores frente el abuso de sectores concentrados, oligopólicos y monopólicos», dijo la Presidente durante el discurso inaugural del nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso.

En ese sentido, Cristina destacó que con esas medidas «se estaría dando cumplimiento al artículo 42 de la Constitución reformada en 1994, que establece claramente la necesidad de proteger a los consumidores y usuarios».

En su discurso, Cristina defendió la reforma judicial que propuso el año pasado y que la Corte Suprema declaró inconstitucional, que preveía la elección por voto popular de los miembros del Consejo de la Magistratura. La Presidente dijo que «no puede ser que todos estemos controlados y a la Justicia no la controle nadie». «A nadie le viene mal un poco de control popular», lanzó.

Cristina pidió a los integrantes del Consejo de la Magistratura que «pongan lo mejor de sí» para que ese cuerpo «funcione en todo sentido», tanto para las designaciones como también para que «los jueces que no funcionan bien no estén in eternum» en sus cargos.

Junto con el reclamo a los jueces, Cristina cuestionó a los grupos que realizan piquetes en las calles y dijo que debería aprobarse «una normativa de respeto a la convivencia ciudadana». En ese sentido, pidió una «justicia ágil».

Además, resaltó la recuperación de Aerolíneas Argentinas y dijo que «no hay que ser escéptico de que el Estado puede gestionar mejor que los privados», advirtió. Destacó la inversión en materia social, la disminución del desempleo y el crecimiento de la cantidad de afiliados a los sindicatos. «Estamos completando el período de crecimiento más virtuoso de nuestros 200 años como Nación», lanzó.

La Presidente llamó a articular una «gran concertación» entre todos los partidos para sostener los logros conseguidos en los últimos diez años, y en ese contexto destacó la designación del radical Gerardo Zamora como vicepresidente primero de la Cámara.

Otro de los puntos fuertes de su discurso fue cuando instó a docentes a aceptar avalar un plus por presentismo y dijo que el Gobierno está dispuesto a «extender una mejor oferta y llevarla a junio», al tiempo que señaló que tiene la «sensación de sentirse rehén» de esa discusión ante el inicio de clases, el próximo miércoles.

«Estamos dispuestos a discutir, si es necesario extender una mejor oferta para llevarlo a junio para que no sea en marzo, lo que tranca toda la discusión. A veces uno tiene la sensación de sentirse rehén porque los chicos tienen que empezar las clases, la gente tiene que laburar, tiene que hacer cosas», señaló Cristina de Kirchner.

Así, Cristina se refirió a las reuniones paritarias que se llevaron a cabo esta última semana para garantizar el inicio de clases e indicó que el Gobierno hizo «una oferta salarial en la que se incluyó el rubro presentismo».

«Yo sé que a mis compañeros docentes, y a los que no lo son también, el tema del presentismo es algo que les produce urticaria. Si hemos cumplido con nuestra misión de destinar mayor cantidad de recursos a la educación, es tan ilógico que estemos discutiendo el rubro presentismo», manifestó la mandataria durante la apertura de sesiones ordinarias del Congreso.

«¿Es justo que el que va todo el año, el que se pela el que te dije para estar sentado frente al grado con todos los deberes, cobre lo mismo que el que va cada muerte de obispo, o agarra cuanta licencia tiene a mano? Yo creo que no», sostuvo Cristina.

Asimismo, la Presidente afirmó que «es acuciante el problema del salario docente que tienen varias provincias» y explicó que la cuando se provincializó la educación «se lo hizo bajo el título de lograr una mayor eficiencia, pero en realidad se adopto la medida con un criterio exclusivamente fiscalista».

La jefa de Estado dijo que hace el planteo «con mucho respeto, con mucho cariño, porque tampoco se puede generalizar» sobre el ausentismo docente y agregó: «Tenemos que sentarnos en serio. Tenemos que tener una discusión muy importante, y la vamos a tener, porque estoy segura de que la racionalidad va a llegar a buen puerto».

Por otra parte, adelantó que para el Bicentenario de 2016 se apuntará a que la sala de 4 años del nivel inicial se convierta en obligatoria.

A la vez, cerca del cierre de su discurso de casi 3 horas, la mandataria resaltó los logros sociales de su gobierno y remarcó la defensa del sistema democrático al referirse al «intento de golpe suave» contra el gobierno venezolano.

«No vengo a defender a un gobierno, no vengo a defender al presidente Nicolás Maduro, vengo a defender el sistema democrático», señaló la Presidente.

La Presidente, que inició su discurso a las 12.19 en el Congreso, destacó la gestión sanitaria durante la ultima década y sostuvo que «tenemos uno de los mejores sistemas de salud de América Latina».

Señaló que se ha reducido la mortalidad infantil «de 16,5 por mil personas en 2006, a 11,1 en 2012″, mientras que la mortandad materna se redujo de 5,5 cada 10.000 mujeres en 2009, a 3 en 2013».

Al mismo tiempo, resaltó el crecimiento de las coberturas médicas y el impacto de las obras sociales en ello y le adjudicó ese crecimiento «a la creación de millones de empleos».

Cristina, al mencionar los logros en educación aseguró que «Argentina ha superado con creces» el 6 por ciento del PBI que se propuso destinar a inversión educativa.

«Nunca en la historia argentina se ha invertido como se invirtió en este período en materia educativa. Siempre se dijo que el problema que teníamos los argentinos era la mala calidad de la educación, porque no le dedicábamos los recursos necesarios», dijo la mandataria.

Recordó que la ley de financiamiento educativo vino a revertir esta idea, a partir de que se fijara que el 6 por ciento del PBI para inversión educativa, y destacó que «en la última década «hemos superado con creces esta inversión».

Por otra parte, adelantó la intención del gobierno que en 2016 la sala de 4 años del preescolar sea obligatoria y remarcó el plan Progresar, de apoyo a jóvenes de 18 a 24 años para que puedan continuar sus estudios.

Al referirse al tema salarial docente, afirmó que «estamos dispuestos a discutir una mejor oferta» en las paritarias, a la vez que agradeció «la actitud que tuvo el sector mayoritario de los docentes, de levantar el paro del 5 y 6 de marzo».

Cristina pidió además a los integrantes del Consejo de la Magistratura que «pongan lo mejor de sí» para que ese cuerpo «funcione en todo sentido», tanto para las designaciones como también para que «los jueces que no funcionan bien no estén in eternum» en sus cargos.

«No me rasgo las vestiduras ni me hago la perfecta pero pido ponerle un poco más de ganas para que ande la cosa un poco mejor», aseveró la mandataria al pronunciar este mediodía el discurso inaugural del 132 período de sesiones ordinarias del Congreso Nacional.

En ese marco, consignó que, «a la brevedad», el Poder Ejecutivo enviará al Parlamento el proyecto de reforma del Código Penal y que, al mismo tiempo, está trabajando en la elaboración de «un proyecto de Código de Procedimiento Penal, y Contencioso Administrativo» porque «el rol del Estado contemporáneo no tiene nada que ver con el del siglo XIX».

Por séptima vez consecutiva, Cristina concurrió al Congreso Nacional donde fue recibida en sus adyacencias por una marcha convocada por agrupaciones kirchneristas para renovar su respaldo al proyecto político que aplica el gobierno nacional desde que asumió desde el 2003.

En este contexto, la jefa de Estado ingresó al Parlamento donde fue recibida por dos comisiones de legisladores, quienes junto al vicepresidente Amado Boudou, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el titular provisional del Senado Gerardo Zamora, le darán la bienvenida.

El remodelado recinto de sesiones estuvo colmado por la presencia de gobernadores, jueces de la Corte Suprema, ministros del gobierno nacional, jefes militares, dirigentes políticos y de organizaciones sociales y de derechos humanos e invitados especiales.

La sesión fue transmitida por pantallas gigantes que se dispusieron en los principales salones y en la Plaza del Congreso donde se realizó la concentración.

Una vez en el Palacio, la Presidente firmó el Libro de Honor del Congreso, tras lo cual atravesó el salón de los Pasos Perdidos hasta llegar al recinto de la Cámara baja, desde donde dirigió su séptimo mensaje de apertura de sesiones ordinarias del Congreso.

Cristina habló ante una Asamblea Legislativa donde el oficialismo pudo conservar el control de las dos cámaras del Parlamento tras las elecciones de octubre, lo cual le permite mantener la mayoría en comisiones estratégicas, que son la llave para sancionar las iniciativas impulsadas por el Ejecutivo.

En la Cámara de Diputados, el oficialismo contará con 119 diputados propios y 13 de fuerzas aliadas, con lo cual totalizan 132 miembros, y en el Senado, el oficialismo cuenta con 35 bancas propias y sumaría 4 aliados de bloques provinciales, mientras que los radicales tienen once, más un aliado del Frente Cívico de Catamarca.

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