El gasoducto Juana Azurduy entre Bolivia y Argentina, tiene una extensión de 48 kilómetros, permitirá abastecer la demanda del norte argentino, y en un segundo tramo, a las provincias del noreste, donde todavía no hay red de distribución.
La construcción del gasoducto forma parte de los acuerdos binacionales que firmaron los presidentes de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y su par boliviano, Evo Morales, en marzo de este año, en el marco de la primera adenda al contrato de exportación de gas natural vigente desde 2006.
El ducto en Bolivia tiene 13 kilómetros y 32 pulgadas de diámetro y se extiende desde Campo Margarita, en el departamento sureño de Tarija, hasta Madrejones, fronteriza con Argentina.
En Argentina, el gasoducto tiene una longitud de 35 kilómetros, desde Refinor hasta Campo Durán, en Salta. La obra está a cargo del consorcio Kaiser-Petrosur, que fue contratado por YPFB Transporte.
En una segunda etapa, ese gasoducto se unirá luego al Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA), que llevará el fluido al Chaco, Formosa, y Misiones.
Según datos oficiales, el costo estimado de la obra en su primera fase es de 32 millones de dólares, que subirá a 88 millones en la segunda fase, en la que se implementará una estación de compresión.
A fines de mayo, concluyó la construcción de este gasoducto, y durante el corriente mes de junio se hicieron las pruebas correspondientes para evaluar cómo se completó el tendido.
El gasoducto que une Bolivia y Argentina permitirá elevar la provisión de gas natural proveniente del vecino país en un promedio de 7,7 a 27,7 millones de metros cúbicos de forma progresiva hasta 2026.