Luego de suscribir la teoría del suicidio, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dio ayer un giro y afirmó que el fiscal Alberto Nisman fue asesinado como parte de una “operación” contra el gobierno, al tiempo que volvió a cuestionar la acusación en su contra en el marco de la causa Amia. “Los interrogantes que se convierten en certeza. El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio”, subrayó la mandataria al publicar una nueva carta en las redes sociales.
Según sostuvo Cristina Kirchner, “la denuncia del fiscal Nisman nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el gobierno”, a pesar de que insistió en que al fiscal fallecido le proporcionaron datos falsos para la presentación. “Se derrumbaba a poco de andar. Nisman no lo sabía y probablemente no lo supo nunca. La verdadera operación contra el gobierno era la muerte del fiscal después de acusar a la presidenta, a su canciller y al secretario general de La Cámpora de ser encubridores de los iraníes acusados por el atentado terrorista de la Amia”, enfatizó la jefa del Estado.
De esta forma, la mandataria cambió su postura inicial sobre el caso, ya que en sus primeras expresiones había considerado que la muerte del fiscal, que fue hallado sin vida en su departamento de Puerto Madero la noche del domingo pasado, se trataba de un suicidio, teoría a la que habían adherido funcionarios nacionales, los que ahora también empezaron a dar marcha atrás.
“El estrépito de la denuncia, sumado al marco internacional por lo sucedido en Francia, que aún sin pruebas ni sustento, plagada de información «plantada», quedaba sepultada por la muerte del fiscal. Eso sí, bajo la forma de aparente suicidio. Recurso que ya ha sido utilizado en muchos casos tristemente célebres”, advirtió Cristina Kirchner.
En la carta, publicada en su cuenta de Facebook, Cristina señaló que deben dar respuestas “quienes lo convencieron (al fiscal) de que tenía en sus manos la denuncia del siglo, proporcionándole datos falsos”, lo que de la nota surge que sería el ex espía Antonio Stiuso, recientemente desplazado de la Secretaría de Inteligencia (SI).
A la vez, consideró que deben ser interrogados los diez custodios de la Policía Federal que estaban a cargo de cuidar al fiscal y pidió “mucha protección al señor Daniel Ángel Lagomarsino”, quien le entregó el arma a Nisman y fue la última persona que lo vio con vida, el sábado pasado.
“Hoy no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas. Había que traer urgente al país para aprovechar el estrépito internacional provocado por los actos terroristas ocurridos en Francia. Nisman mismo lo expresa en su chat cuando dice que no lo imaginaba tan pronto, refiriéndose a lo que venía a hacer en su retorno imprevisto”, indicó la presidenta.
Advirtió, además, que “al fiscal Nisman no lo hacen volver (del exterior) sólo para denunciar algo que sabían no tenía sustento y que no podía perdurar”.
“Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible”, analizó.
Cristina Kirchner agregó: “Si hubiera tenido sospechas de falsedad de información o de falta de sustento en el supuesto de que se lo habían escrito otros, ¿por qué se iba a suicidar alguien que ya había sido acusado por numerosos familiares de las víctimas del atentado en la Amia o directamente lo habían recusado? ¿En qué hubiera cambiado su vida si el informe no tenía sustento y el Juez a cargo, como es común, corriente y sucede a diario, le dicta un téngase presente y resérvese hasta que se adjunte más prueba?”.
“Hipótesis de suicidio se aleja”
Tras el nuevo mensaje de la presidenta, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, el primer funcionario nacional que habló del presunto suicidio, afirmó que esa hipótesis “se aleja”.
“La teoría del suicidio se aleja. Por lo menos merece un mayor esfuerzo investigativo. No se puede caer en el simplismo del sentido común y decir que fue un suicidio. Hay que investigar un suicidio, si ese suicidio fue inducido o no o si fue un homicidio”, remarcó Berni en declaraciones a radio La Red.
Denuncia ridícula
El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, en tanto, se mostró “convencido” de que Nisman “no redactó” la denuncia que presentó contra la presidenta, la que calificó de “ridícula y sin sentido”.
“Los dos agentes del Servicio de Inteligencia argentino (mencionados en la denuncia), los dos, nunca trabajaron de ninguna manera en la Secretaría. Todas las pruebas que se presentaron son inconsistentes”, puntualizó.
A su turno, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, consideró que la Justicia está trabajando con todo el respaldo necesario en la investigación por la muerte del fiscal y aseguró que “existe garantía plena en la República Argentina”.
“La Justicia está efectuando la investigación con todo el respaldo para esclarecer el hecho, y no voy a hacer ninguna consideración respecto a un mensaje claro, contundente como lo es el de la presidenta”, añadió Capitanich en conferencia de prensa en la que no quizo opinar sobre la carta de Cristina.
“Discrepo con la presidenta”
“Hoy se instala desde diversos sectores, incluida la presidenta (Cristina Kirchner), la idea de asesinato, un asesinato de Estado sería”, dijo ayer el periodista Víctor Hugo Morales en el editorial de su programa radial.
“Discrepo totalmente con la idea de la señora presidenta, pero para el gobierno era incómodo seguir con la idea del suicidio”, agregó el uruguayo.
“Da la sensación, de cómo se han producido los episodios”, indicó el periodista cercano al oficialismo, que “no pueden alimentar otra hipótesis que la del suicidio”.
“Cuando se confirme que es un suicidio y no se pueda hablar de un asesinato, como pensamos no tiene razón (Elisa) Carrió, comenzarán a hablar de un suicidio inducido, es posible que se recorra ese camino”, expresó Víctor Hugo.
“A Néstor le tiraron un muerto y ahora le tiran otro a Cristina”
En la tradicional ronda de los jueves alrededor de la pirámide en Plaza de Mayo, la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, afirmó ayer que con la muerte del fiscal Alberto Nisman “le tiraron un muerto” a la presidenta Cristina Kirchner, en línea con el nuevo rumbo del discurso oficial. Bonafini se refirió a la oposición en términos de “enemigos” que “no tienen ni pueblo ni votos”, a quien responsabilizó por “tirarle un muerto a Cristina”.
“Solo les pueden dar carteles a algunos para insultar y degradar. Las Madres estamos muy preocupadas por esta situación tan seria. A Néstor le tiraron un muerto y ahora le tiraron otro muerto a Cristina. Ellos no tienen votos, hacen mamarrachos queriendo ser querellantes; cualquier cosa hacen, pero nunca va a conseguir que el pueblo los reconozca con votos. Los pueden acompañar algunos fachos como ellos”, afirmó.