Cristina Monserrat Hendrickse es una mujer trans, abogada y la primera auxiliar letrada en un tribunal laboral. El jueves pasado juró para desarrollar esta tarea en el Juzgado de Trabajo N° 5 de San Martín, en el Gran Buenos Aires.
Cuando se presentó a un concurso para acceder a un cargo de jueza en Neuquén contó al El Ciudadano que ella misma había sido “la primera transfóbica”, al negarse esos cambios. Después inició su transición con un lenguaje gestual hasta que pudo poner en palabras a su identidad.
“Hay que tratar de incursionar en espacios dónde no somos visibilizadas y eso es positivo para el colectivo trans que tiene una perspectiva de vida de 35 años”, dijo en aquel momento.
Contó que su niñez la transitó en la dictadura de Onganía. De chica fue manipulada para no reconocer su identidad, y en 2007, cuando murió su madre, comenzó a explorar. La ley de identidad de género en 2012 fue el empujón que le faltaba para comenzar su transición.
Este jueves tomó juramento como auxiliar letrada del Tribunal de Trabajo N° 5 del partido de San Martín, en el conurbano bonaerense. Cristina explicó que el cargo equivale a una prosecretaria, lo que implica un escalafón jerárquico.
“Me convertí en la primera y espero no ser la última. Hay cinco personas trans que ingresaron al Poder Judicial y esperemos que se vayan sumando. Personas trans que puedan acceder a trabajos profesionalizados y a la educación como medio de progreso social, en este país donde la educación es pública y de calidad”, detalló.
“Cuando me enteré que la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires había abierto el registro de cupo trans me inscribí. Tenía un empleo en el Incaa y ahora renuncié; cobraba bien, estaba tranquila pero entendí que entrar al Poder Judicial era un desafío y visibilizar que las que pertenecemos al colectivo podemos desarrollar cualquier tarea, incluso de jerarquía, y la Corte resolvió mi designación”, añadió.
Cristina contó que el desempleo en la población trans asciende al 85 por ciento y entiende que una de las causas es el estereotipo, la discriminación. Resaltó la importancia que las personas trans puedan estudiar, no como le pasó a ella: “Y a medida que vayamos ocupando empleos se va a ir achicando la brecha”.
En cuanto a su primer día de trabajo, contó que tuvo un recibimiento excelente por parte de los jueces y del resto de sus ahora compañeros de trabajo. Dijo que es mucha la actividad y la tarea. “Ya estoy en funciones y autoexigiéndome para no quedar atrás y hacer quedar bien al colectivo”, cerró.
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