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Cristina vuelve a aparecer en público el lunes en una reunión internacional y con marcha en apoyo

En su primera actividad internacional después del fallo condenatorio, la vicepresidenta hablará en el Grupo de Puebla, que se reúne en Buenos Aires con la presencia de varios ex presidentes y líderes políticos de la región y de España y Portugal. El presidente Alberto Fernández abrirá el cónclave

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner volverá a participar de un acto público este lunes, en el marco de un evento del Grupo de Puebla, tras la sentencia en su contra de seis años de prisión en el juicio conocido como Vialidad. Será en el marco de un evento en el Centro Cultural Kirchner (CCK) del que participarán el presidente Alberto Fernández y ex mandatarios y líderes de la región, como el ex presidente de Ecuador Rafael Correa, el de Bolivia Evo Morales, el de Uruguay José “Pepe” Mujica, el de Colombia Ernesto Samper y el de España José Luis Rodríguez Zapatero. En el encuentro se denunciará el lawfare en la Argentina y la persecución contra la ex presidenta, dándole escala de denuncia internacional de un caso emblemático de condena sin pruebas cuya ruta, a futuro, puede desembocar en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Además, el peronismo bonaerense comenzó a organizar una importante movilización para respaldar a Cristina durante la jornada, con presencia de intendentes y gobernadores.

Está previsto que Alberto Fernández, actual líder del Grupo de Puebla, abra el primer panel a las 16 y luego se quede a escuchar el discurso de la vicepresidenta, a las 18.30. La marcha está convocada para las 18. En el medio habrá mesas de debate, una de ellas encabezada por la vicepresidenta de España, Yolanda Díaz; otras por ex mandatarios presentes. El de Cristina no será el único caso candente que se debatirá, ya que tallará la situación del Perú. Al Grupo de Puebla también lo integra la ahora presidenta del país andino, la abogada Dina Boluarte, quien asumió tras la destitución del presidente Pedro Castillo, ajeno al espacio internacional.

A nivel local, será la primera vez que la titular del Senado hable en un acto público tras la sentencia del Tribunal Oral Federal 2, que el martes pasado la condenó a seis años de cárcel y la inhabilitó de por vida para ejercer cargos públicos.

Además, será el primer mensaje hacia adentro del Frente de Todos luego de haber anunciado que el año que viene no será candidata a ningún cargo electivo.

Luego del fallo y de brindar un mensaje de casi una hora en sus redes sociales, Cristina cenó junto a dirigentes, legisladores, funcionarios nacionales y de la provincia de Buenos Aires en Ensenada, al noreste de La Plata, sobre la costa. “Llevan el bastón de mariscal en la mochila, empúñenlo”, fue el mensaje de la vicepresidenta, según reveló el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

En declaraciones radiales, el mandatario bonaerense consideró que el encuentro “fue un llamado al activismo para que se entienda la importancia que tiene una proscripción al peronismo y a la persona más importante del peronismo”.

En Punta Lara estuvieron también el diputado y presidente del PJ Bonaerense, Máximo Kirchner; el ministro del Interior, Eduardo «Wado» De Pedro; el ministro bonaerense Andrés «Cuervo» Larroque, y el intendente local, Mario Secco.

“La vi como siempre, con capacidad para enfrentar los problemas de la Argentina. Estaba lo mejor de la dirigencia kirchnerista, todos los compañeros que tenían que estar”, dijo el anfitrión.

También participaron el jefe de la Afip, Carlos Castagneto; la directora de la Ansés, Fernanda Raverta; la ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez, sobrina nieta de Eva Perón; los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mayra Mendoza (Quilmes), Fabián Cagliardi (Berisso), Pablo Zurro (Pehuajó) y Gustavo Barrera (Villa Gesell); y los sindicalistas Roberto Baradel (Suteba), Sergio Palazzo (La Bancaria), Abel Furlán (UOM), Mario “Paco” Manrique (Smata) y Omar Plaini (Canillitas), entre otros.

De quienes hablaron, muchos coincidieron en referir la imagen del “bastón de mariscal” como eje: en el oficialismo, sin excepciones, incluido el jefe del Estado, consideraron la condena a Cristina como la confirmación de la que ella misma adelantó en 2019 –y volvió a referirse antes del fallo como “pelotón de fusilamiento”– y como un “cambio de etapa”, en un marco de sostenida presión contra derechos, conquistas y bolsillos, y contra las propias organizaciones populares, desde sindicatos a pymes, cooperativas y emprendimientos de la economía social, y hasta empresas del Estado y mixtas. “Con este fallo avanzaron las corporaciones en la Argentina”, sintetizaron. Y después de los repudios, el planteo es apelar a la respuesta del peronismo clásico e histórico, unidad, organización y movilización.

Y a ello se suma la gestión, incluida la reciente denuncia presidencial sobre la reunión de los “viajeros” en Lago Escondido, en la que todo apunta a la antigua costumbre del contubernio, sólo que esta vez matizado con un entorno paradisíaco y tan gratuito para los invitados que pasó a inevitable investigación judicial. En ese marco el gobierno volvió a empujar en el Congreso la congelada reforma judicial, y puja por el nombramiento del procurador o procuradora –toda la gestión del Frente de Todos hasta ahora tuvo un interinato, después que el gobierno de Cambiemos forzara la renuncia de Alejandra Gils Carbó, procuradora general hasta el 31 de diciembre de 2017– y la reforma de la Corte Suprema, y el alta médica contra la parálisis total del Consejo de la Magistratura, el órgano de nombramiento, control y remoción de jueces. Pero la legitimidad depende también del frente económico, y de las medidas para “bajar la inflación, generar trabajo y distribuir equitativamente la riqueza”, tres puntales mencionados por el jefe del Estado del que logró con relativa eficacia sólo uno.

Según publicó el diario Página 12, los sectores más combativos del sindicalismo esperan, además, que Cristina revierta la decisión anunciada de no postularse: “Los escenarios se pueden transformar más allá de la voluntad de las personas”, arguyen y recuerdan el ejemplo histórico del propio Juan Domingo Perón, cuando era coronel y había sido llevado preso a la isla Martín García. Le escribió una carta a María Eva Duarte: “Te encargo le digas a Mercante que hable con Farrel para ver si me dejan tranquilo y nos vamos al Chubut los dos”, le pidió.

“Si hubiera sido por él, se iba con Evita a descansar, pero el escenario cambió por los trabajadores que salieron a la calle. Acá puede pasar algo similar”, cita el matutino porteño a sectores gremiales. El coronel Víctor Mercante no llegó a interceder con el general Edelmiro Farrel, presidente de facto: la carta la había escrito Perón un domingo 14. Tres días después era el 17 de octubre de 1945.

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