A menos de un mes de la realización del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, trabajadores del cuestionado Instituto de Estadísticas Públicas (Indec) presentaron un crítico informe. Denunciaron diversas falencias organizativas, confusión técnica y una política de desmantelamiento institucional llevada adelante por la intervención del instituto y explicaron que todo ello fracasar el operativo.
En el salón de actos de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, Daniel Fazio, secretario general de la junta interna de ATE-INDEC le dijo a ámbito.com que el estudio denominado «Censo 2010: lo que no se va a poder contar» busca «alertar a la población sobre que va a pasar con el Censo y con los u$s 84 millones asignados para realizarlo».
En este sentido, Fazio recordó que la actual gestión «ya dilapidó $ 32 millones en el Censo Agropecuario, el cual no ha logrado terminar ni obtener resultados que fueran utilizables para el Estado, lo cual es un precedente importante para entender qué va a suceder con el relevamiento del 27 de octubre».
«Nosotros estamos advirtiendo que no hay condiciones institucionales en el INDEC para llevar adelante un operativo de la importancia y magnitud que implica un censo de población», dijo Fazio e insistió: «Así como se planificó, el relevamiento va a fracasar, no va a brindar datos fidedignos y de calidad que permitan diseñar políticas públicas».
El estudio pone la lupa en diversos puntos que, afirma, «dañan la calidad del operativo en general e implica la obtención de magros resultados finales». En este marco, Fazio alertó sobre la gravedad de haber organizado un censo «en sólo seis meses, cuando para el del año 2001 se ocuparon casi dos años».
El informe preliminar destaca que «la realización de apresuradas, tardías e insuficientes pruebas piloto impidieron, entre otras cosas, definir criterios para posibles cambios metodológicos». Además, insiste sobre «el retraso generalizado de todas las tareas preparatorias, en especial las del conteo-listado de viviendas, segmentación y preparación de la cartografía a utilizar en el operativo, que forzó la utilización de información precensal del 2001».
También demuestra particular preocupación por «la subordinación a objetivos de carácter político de las campañas de sensibilización y divulgación del operativo».
• Diferencias con otros censos
Según el estudio se hicieron ciertas modificaciones en relación a otros censos que no «han sido explicadas con claridad» y que «tampoco se conocen documentos que justifiquen esos cambios».
Es así que los trabajadores advierten que en el Censo 2010 el cuestionario que se utilizará, entre otras omisiones, no pregunta a quienes están asistiendo a un establecimiento educacional si el mismo es estatal o privado, cuál es el nombre de la carrera universitaria para los graduados o cuántas personas tienen cada tipo de cobertura de salud.
Por otra parte, señala que no se podrá obtener datos sobre migraciones internas ni sobre migraciones recientes y que habrá una subestimación del trabajo femenino «sobre todo para quienes hacen trabajo domiciliario».
Acerca de la disponibilidad de bienes durables del hogar, «las opciones elegidas para el actual censo (heladera, teléfono de línea, teléfono celular, computadora) no son las más indicadas para discriminar y estratificar grupos sociales diferenciados», destaca el estudio.
Por otra parte, Daniel Fazio descartó que ATE-INDEC se sume a una propuesta que circula en los pasillos del instituto y plantea boicotear el Censo incitando a la población a no responder o bien a brindar datos falsos al encuestador. «Consideramos mucho más eficiente como forma de protesta salir a denunciar las irregularidades de las que está viciado este proceso, que se va a realizar si importar el resultado que arroje», expresó.
