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Crivaro: «Votar el mal menor es una maniobra electoral, en la Argentina y en todo el mundo»

El candidato a diputado nacional del Frente de Izquierda y de los Trabajadores cree que "si no se ataca el acuerdo que hay con el Fondo, gobierne quien gobierne se va a profundizar la desigualdad"

Octavio Crivaro, primer candidato a diputado nacional del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, que propone a Myriam Bregman como candidata a presidenta, cree que «votar el mal menor es una maniobra electoral, en la Argentina y en todo el mundo» y explica en relación a la postura de Milei sobre derechos humanos que «la pelea contra ese tipo de fuerzas políticas no es una cuestión meramente electoral». Para Crivaro, «si no se ataca el acuerdo que hay con el Fondo Monetario, gobierne quien gobierne se va a profundizar la desigualdad». Sobre el escenario que se abrirá tras las elecciones, advierte: «O se toman las medidas que propone la izquierda, impulsada por la movilización de los trabajadores, las trabajadoras, las mujeres y la juventud, o la situación se va a agravar cada vez más».

—¿Creés que los debates sirvieron para posicionar mejor y conseguir más votos para la oferta de la izquierda?

—Lo de los votos te respondo el 23 de octubre. Yo lo que creo es que sirvió mucho para dejar en claro primero qué distancia hay entre nosotros y el resto de los candidatos. Myriam (Bregman) fue muy contundente en señalar cuáles son los enemigos que tienen los trabajadores: los grandes empresarios y el Fondo Monetario. Y al mismo tiempo que hay partidos que son militantes de esa clase social y ese sector absolutamente privilegiado, y creo que con eso se ubicó en la vereda de enfrente de los otro cuatro candidatos. Y al mismo tiempo señaló diferencias muy grandes con (Javier) Milei, que es claramente el que esboza el discurso más reaccionario, derechista, planteando la provocación de los 30.000 desaparecidos, al que más fácilmente identificás como candidato de la derecha, pero al mismo tiempo de develar que las opciones que frente a eso se presentan como un mal menor, no son una salida. Y en un sentido son los que explican que hoy estemos como estamos, con una situación social y económica muy precaria. Y esa situación económica muy precaria, con salarios que no alcanzan, con jubilaciones que son verdaderamente humillantes, tienen que ver también con haber elegido y apoyado, no lo que uno quería construir y uno quería conquistar, sino el mal menor frente a una amenaza supuestamente mayor. Y en una situación tan crítica de Argentina y también del mundo, creo que es momento de decir, bueno, la izquierda es una alternativa, que no se resigna a eso, que pelea en serio por una transformación profunda de lo que estamos viviendo. Y yo creo que en eso Myriam aprovechó muy bien el debate y nosotros quedamos muy satisfechos, primero en la gran vidriera que significa el debate, pero también en la claridad de los conceptos y la fuerza que le puso Myriam.

—Si analizamos la provocación de Milei a la que aludiste, ahí hay un reagrupamiento diferente, ¿no? todos contra Milei.

—Si, yo creo que también Myriam le respondió bien a eso, porque Milei trata de diferenciarse de todo el resto utilizando el término casta, como si fuera una casta de políticos, pero Myriam Bregman es abogada de derechos humanos, de fábricas recuperadas, muy casta no es. Pero me parece que estuvo muy bien señalando que si hay alguien que es casta es Milei, porque es un tipo que es empleado de los grandes empresarios, como (Eduardo) Eurnekian, un tipo que reivindica a la gran casta que se enriqueció con la política, que fue el menemismo, y es amigo de la casta de los militares, de los empresarios, y una que se olvidó de mencionar Myriam: de l Justicia, que es defensora a ultranza de Milei. Entonces yo creo que lo del discurso anticasta es una escalera que tiene Milei para, frente a una sociedad absolutamente embroncada con la clase política, tratar de llegar contrabandeando un discurso que no es lo que realmente opina, que es salvar los intereses de los grandes empresarios, de la manera más brutal del mundo. Y esa es la idea de la dolarización, que significa dolarizar las ganancias de los grandes empresarios y liquidar el poder de compra, más todavía, de los trabajadores y trabajadoras, de los jubilados, de las familias que cobran planes sociales, y ni hablar de los trabajadores informales o de los que no tienen trabajo. Yo creo que esa distancia que trató de establecer Milei respecto del resto fue bombardeada, y en un sentido es lo que venimos haciendo como Frente de Izquierda, en cada una de las oportunidades que tenemos, entrevistas, en el Congreso, es señalar que Milei es un exponente de lo más brutal de la casta empresaria, que es la minoría más selecta, la oligarquía más minoritaria frente a las grandes mayorías empobrecidas que hay en la Argentina.

—Vos decís que hay que dejar de votar el mal menor, que hay que apostar a la izquierda, que sería el verdadero cambio. Si se llega al balotaje, ¿qué opción tomarían?

—Yo creo que ya tenemos suficiente presión en este momento como para que esto se convierta en un balotaje. Fíjate que muchos medios de comunicación hablan de segunda vuelta, y esta es la primera vuelta. La segunda vuelta es el propio balotaje. Ya se contrabandea la idea de que hay una segunda vuelta, esto trata de señalar que uno sólo puede optar entre Milei y Massa, y a lo sumo en la alicaída figura de Patricia Bullrich, pero no, yo creo que al revés, yo creo que la única candidata que generó entusiasmo en el debate fue Myriam Bregman, porque Massa no puede generar entusiasmo, porque es la persona que está ajustando a los trabajadores hoy. Y nadie te puede decir “votame a mí como presidente que te voy a solucionar los problemas que te estoy generando como ministro de Economía”. Ahí hay una falacia, como le gusta decir a Milei. Myriam se jugó a elevar las expectativas, y dijo “vos te podés defender”, “vos podés aspirar a un salario que te alcance”, “vos tenés el derecho a tener una casa”, yo quiero que esa gente no solamente diga “qué bien que estuvo La Rusa”. Yo quiero que esa gente diga “yo quiero votar a la izquierda como una alternativa de cambio”. Porque vuelvo a tu pregunta, el mal menor nunca fue el mal menor. Primero es una maniobra electoral, no sólo en Argentina sino en todo el mundo, donde vos no tenés que votar a favor de alguien sino en contra del que está o en contra de la amenaza, que en este caso es Milei. Yo creo que el mal menor fue lo que nos trajo hasta acá. Se votó a Macri, obviamente un sector de la población, como un mal menor para terminar con el kirchnerismo, porque decía que no controlaba la inflación, que no sacaba el cepo, los motivos por los cuales haya sido votado. Macri profundizó la crisis, atacó los derechos de los trabajadores, terminó yendo al Fondo Monetario Internacional, su ruta. En ese momento nos decían “hay que votar a Scioli como mal menor”. Nos decían eso cuando a Scioli lo habría recontrabombardeado los que ahora nos pedían el voto. Después lo votan a Alberto para que no gane de nuevo el macrismo. Alberto, que había sido aliado a Macri, del Grupo Clarín, bueno…Entonces yo creo que esas alternativas que te dicen “votame, yo no te ofrezco nada bueno, pero trato de…” es como querer tapar una gotera con un corcho de hielo. En un momento eso se disipa y después pasa a ser parte del agua que fluye. Y así lo vimos a Massa, que primero era del gobierno kirchnerista y terminó siendo absolutamente un garante de todas las leyes que se votaron durante el macrismo. Aliado del Grupo Clarín, yendo en procesión a la Embajada…¿Cómo ese Massa, que fue criticado no sólo por la izquierda sino también por sectores del oficialismo y por el propio Juan Grabois, va a ser una alternativa frente a la derecha, frente a la Embajada norteamericana, frente a Clarín? Yo creo que hoy te pueden usar electoralmente para votar frente a Milei y después se va a aplicar un programa que no va a ser a favor de los trabajadores. Y déjame decirte una cosa: hay una crisis muy grande en la Argentina. Una crisis capitalista, una crisis económica, muy pero muy grande, hace falta tomar medidas de fondo en serio. No es un problema de que la izquierda trata de plantear nacionalización de los bancos o de los puertos, de las ramas estratégicas de la economía porque está en nuestro programa. No es un problema doctrinario o litúrgico. Hay que tomar esas medidas porque se está hundiendo el país y sobre todo las grandes mayorías populares del país. En ese sentido yo creo que o se toman las medidas que propone la izquierda, impulsada por la movilización de los trabajadores, las trabajadoras, las mujeres y la juventud, o la situación se va a agravar cada vez más. Con Milei, con Bullrich, o con Massa también.

—¿Vos imaginás escenarios similares después de diciembre, gobierne quien gobierne?

—Yo creo que si no rompés con el FMI, aunque gobierno John William Cooke, la situación va a ser de ataque a los trabajadores. En ese sentido no hay una alternativa, porque está el Fondo Monetario. Y nosotros lo dijimos ya en los debates presidenciales del 2019, que Alberto dijo “vamos a privilegiar a los jubilados, a los trabajadores”, y Nicolás del Caño dijo “no, si vos no rompés con el Fondo los jubilados van a comer porquería”. Y así fue. Tuvieron que modificar la fórmula previsional, que implicaba un ajuste para los jubilados y pensionados. Se ataca las discapacidades, la salud, la educación, todo se ataca. ¿Y por qué el gobierno va a tener una relación diferente con el Fondo de todo lo que tuvieron hasta ahora? Hay una cosa bastante inexorable, que es que si no se ataca los intereses de los grandes empresarios, si no se ataca el acuerdo que hay con el Fondo Monetario, si no se prioriza los intereses populares, gobierne quien gobierne va a ser un gobierno que va a profundizar la desigualdad, que va a llevar la pobreza del 40al 60%, que va a llevar a los pibes pobres del 60 al 80%, y la izquierda no va a ser cómplice de eso, porque tiene un rol, que es luchar contra eso, siempre lo fue, en las calles y en el debate público. Yo creo que lo que planteamos en el debate televisivo tiene mucho que ver con lo que hacemos permanentemente en nuestro lugar de trabajo, en los lugares donde hay despidos, en la pelea de los médicos residentes, de los médicos pediatras, de las mujeres de los movimientos sociales, siempre está la izquierda. Porque estamos viendo una situación que se agrava, y lo que viene como amenaza es mayor, fíjate los vencimientos que hay del Fondo Monetario el año que viene, ¡son impagables! Y no hay un solo candidato, excepto Myriam Bregman, que te diga que hay que romper con el Fondo. Estamos viviendo un cumpleañito donde nadie te dice abiertamente que si no se rompe con el Fondo el país se va a hundir, y por el contrario te dicen que van a hacer un ajuste aún mayor que el que están haciendo ahora. Que prueben a ver cómo les va. Yo tengo confianza en que la mayoría social, que son los trabajadores y las trabajadoras en la Argentina, que hicieron historia a los codazos, en el Rosariazo, en el Cordobazo, frente al gobierno de De la Rúa, conquistando el derecho a la Interrupción Voluntaria del Embarazo, como es el movimiento de mujeres, yo tengo mucha pero mucha confianza en que esas mayorías populares van a salir a la calle gane quien gane e intente frenarlos quien intente frenarlos. Porque el rol desmovilizador de los sindicatos y de los movimientos sociales del oficialismo yo opino que es lo que más alimenta a la derecha hoy en día.

—¿Imaginás un escenario de movilización y de revueltas gane quien gane?

—Yo veo un escenario de lucha de los trabajadores y trabajadoras, sí o sí, lo cual no significa cómo termine. Yo creo que ahí si hay una izquierda fuerte, no sólo electoralmente sino con peso en los sindicatos, en los centros de estudiantes, en la calle, yo creo que una izquierda fuerte es una posibilidad de que las luchas que se den traten de ganarse, porque hacen falta direcciones combativas, gente que quiera llevar las luchas a un triunfo, pero yo creo que la lucha va a ser inexorable, lo de Jujuy no hay que creer que es una casualidad o que fue un proceso que se dio porque está Morales y porque hubo una reforma de la Constitución. Lo de Jujuy es el futuro. Es el futuro en el sentido de que a todos los que se preguntan por qué la rebeldía sólo se manifiesta por derecha, hay que decir que no se está manifestando sólo por derecha, estuvo Jujuy también. Y Jujuy fue contra el gobernador Gerardo Morales y contra la complicidad del peronismo. Yo veo que Jujuy es el futuro. Y también para Massa Jujuy es el futuro, porque no casualmente dice que va a hacer un gobierno nacional con Morales. Entonces, ahí tenés una trinchera también. Y estoy seguro que muchos de los que leen el diario simpatizan con la movilización en Jujuy, con la pelea de las comunidades originarias, con esas docentes que bancaron frente al gobierno represor de Morales. Bueno, es una afrenta que supuestamente el candidato a presidente que te quieren convencer que tenés que votar como mal menor frente a la derecha, te diga que va a hacer una unidad nacional no con el pueblo jujeño sino con Morales. Yo creo que ahí un poco se muestran las cartas. La izquierda obviamente que va a estar con el pueblo jujeño movilizado y el resto avalando a Gerardo Morales, porque todos o lo apoyaron o le dijeron que fue demasiado tibio.

—¿La posición de Milei en relación a la dictadura no es suficiente como estímulo, a pesar de las advertencias que claramente hacés sobre el resto de los candidatos, como para elegir ese mal menor del que hablás?

—Mirá, le pelea contra ese tipo de fuerzas políticas no es una cuestión meramente electoral. Yo me imagino una movilización de millones de personas contra Milei defendiendo los derechos humanos, como hicimos para lograr los juicios a los genocidas cuando estaban las leyes de obediencia debida y punto final. Como hicimos participando de los escraches en la década del 90, ahí no importaba a quién se votaba, ahí se enfrentaba a los fascistas, a los militares y a los negacionistas en la calle. Eso no depende del voto. Yo no le voy a pedir DNI ideológico para enfrentar a gente que habla de 8.000 desaparecidos. Pero ojo también, el aval a la represión policial o al gatillo fácil o al encubrimiento de policías que mataron pibes, como hicieron Berni y el gobernador Kicillof con Astudillo Castro, como hizo el gobierno en su momento cuando desapareció Julio López, todas esas cosas también permiten que el negacionismo gane peso. Pero vuelvo a lo otro, nosotros vamos a estar movilizados con la gente, voten a Massa, voten a quien sea, diciendo «son 30.000, queremos a todos los militares presos», pero eso no tiene que ver con el voto. Eso tiene que ver con la convicción que tenemos todos los que luchamos por las libertades democráticas desde la dictadura hasta hoy, según la época que nos tocó a cada uno.

—Vamos un poco a la realidad provincial, ¿cómo analizás la elección de diputados nacionales?

—Vamos a ver, verdaderamente es un escenario electoral raro, porque la gente llegó verdaderamente muy cansada. Este escenario electoral fue verdaderamente un despropósito agotador, y para la población obviamente. Es una elección rara y una elección donde a nivel provincial el descontento con el gobernador Perotti, que fue muy notable, se expresó fundamentalmente con la votación a la oposición de centroderecha, o la oposición macrista. Vamos a ver cómo se expresa ahora. Yo creo que aquellos sectores integrados por viejos votantes y simpatizantes del socialismo, que no creen en (Juan) Schiaretti o (Florencio) Randazzo, o que ese peronismo con olor a naftalina sea una opción progresista, porque claramente no lo son, y también a aquellos sectores que votaron como una opción crítica a (Juan) Grabois en las elecciones nacionales, pero también a Ciudad Futura, a Carlos del Frade, expresiones con las que está claro que tenemos diferencias, pero que se nutren de un voto crítico a los partidos tradicionales. Yo aspiro a que esos sectores pueden decir “yo quiero apoyar a Myriam Bregman en estas elecciones generales”, como una opción absolutamente crítica del ajuste actual, del avance de la derecha, pero también es la alternativa que vemos con la mayoría de los partidos si ganan. Entonces, es una provincia donde no se puede transpolar un escenario provincial a un escenario nacional, pero donde el propio Frente de Izquierda hizo una elección importante con Carla Deiana. Hay un voto crítico a los partidos tradicionales, así que yo aspiro a que la boleta de Myriam Bregman y Nicolás del Caño, y por supuesto la de los diputados también, puedan recibir el apoyo de gente que diga “yo esta vez quiero votar diferente, no quiero resignarme a votar algo con la lengua afuera, desganado, sino que quiero votar a alguien que dice en serio por lo que pelea”, así que creo que en las semanas que quedan vamos a pelear para hacer la elección más grande posible, lo cual es un mensaje de que la resignación que quieren imponer todos los partidos tradicionales no llega a toda la población.

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