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Crivelli, arquero de Temperley, hace delivery para personas mayores en riesgo por la pandemia

"Le doy una mano a mi suegro que tiene un local de artículos de limpieza, haciendo los repartos a la gente que no puede salir, a la más grande que tiene más riesgos, y se los estoy alcanzando hasta la casa para que no abandonen sus casas"

El arquero de Temperley Federico Crivelli se dedicó durante esta cuarentena provocada por la pandemia de coronavirus a realizar delivery «de productos de limpieza para los mayores que no pueden dejar su hogar debido al riesgo emergente», algo que realiza en la zona cercana al club del sur del Gran Buenos Aires.

«Le doy una mano a mi suegro que tiene un local de artículos de limpieza, haciendo los repartos a la gente que no puede salir, a la más grande que tiene más riesgos, y se los estoy alcanzando hasta la casa para que no abandonen sus casas», señaló el guardavalla, de 38 años, comprometido con la acción solidaria.

«Estoy en casa hace casi un mes, encerrados con mi señora y el nene, tratando de llevarla de la mejor manera, pero ahora quise ponerme en el lugar del otro, ayudando desde donde pueda hacerlo, siempre con los cuidados necesarios», le indicó a Solo Ascenso el ex arquero de Talleres, de Córdoba y Tigre.

Crivelli se sumó a la tarea solidaria en forma legal, «con el permiso de circulación y con los recaudos necesarios que hay que tomar, como limpiarse las manos, ponerse alcohol, barbijos, hasta una máscara si es necesario», explicó el futbolista nacido en la localidad bonaerense de José Marmol.

«Muchos no me reconocen o lo hacen después. Me mandan el pedido y después me llegan audios por conocidos diciendo ‘era el arquero de Temperley, la próxima le digo a mi hijo que saque una foto’, pero les respondo que vamos a sacarnos una foto de lejos, porque de cerca no se puede», advirtió.

Hace una semana que empezó con el delivery, trabajo que no desconoce porque siendo más joven ya se había desempeñado como repartidor, pero ahora lo hace con un doble cariz solidario, ya que le da una mano al suegro que lo necesitaba en su comercio y a la vez a los adultos mayores que no pueden salir de su vivienda.

Esta labor la realiza por la mañana, así le queda tiempo para «entrenar por la tarde y subir algunos videos de arqueros para entretener a los chicos que están en sus casas». Esos pibes pertenecen a su propia escuelita de fútbol.

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