La fecha en el calendario era un llamador. Domingo 17 de octubre. ¿Qué mejor que ese día, tan significativo para los trabajadores, para celebrar las postergadas elecciones de nuestro sindicato? Había que cumplir con este último paso, dilatado por la pandemia, para terminar de formalizar nuestro gremio. Fueron semanas largas, de espera tensa y mucha agitación para que todo saliera de la mejor manera. Y salió de la mejor manera.
Eran cerca de las 18 cuando en nuestra sede de calle 9 de Julio se escuchó el Himno Nacional primero y la Marcha Peronista después. Dos melodías muy cercanas al sentir trabajador. Recién después, nuestro Secretario General, Juan Chulich, acompañado en un escenario improvisado por el abogado de Federación, Hugo Moyano (hijo), pudo hablar ante los compañeros y compañeras que habían podido quedarse hasta ese momento. “Hoy empieza una nueva etapa. Todos los años de lucha, desde hoy, se ponen al servicio de los trabajadores para brindarles una opción seria, responsable y que le devuelva a la dignidad a los camioneros de Santa Fe”, manifestó como síntesis de lo que se había vivido esa jornada. Una jornada que ya hacía varias horas que había arrancado y que tenía como protagonistas a este grupo cada vez más grande de camioneros santafesinos.
Cientos de efectivos enviados por las autoridades provinciales (gracias a la gestión del gobernador Omar Perotti, del ministro Jorge Lagna y de la jefa de la policía Emilce Chimenti) fueron los primeros en llegar. En Rosario, Venado Tuerto y Santa Fe se cercaron las instalaciones donde se debía votar y se garantizó la seguridad de nuestros afiliados que se presentaron para expresar su voluntad democrática.
Desde las nueve en punto de la mañana las urnas se empezaron a llenar. La llegada de los compañeros desde distintos lugares de la provincia para poner su voto también permitió saludos, reencuentros y repaso de anécdotas. También comentarios sobre la importancia de tener una opción “verde y de Moyano” a nivel provincial. El sol de octubre ponía la cuota de un calor que abrigaba sueños tan largamente demorados.
El acompañamiento de la dirigencia de Federación Nacional fue permanente. Por vía telefónica se siguió con detalle. Pero además se contó en Rosario con la presencia de Huguito, que no sólo hizo el seguimiento jurídico sino que además fue el más requerido a la hora de posar con cada uno de los trabajadores que se le acercaron para la foto.
El goteo de afiliados que se acercó a votar fue parejo a lo largo del día. El compromiso de los compañeros y compañeras inscriptos en el padrón con el puñado de compañeros y compañeros que figuraban en la lista “Verde y Blanca. Lealtad Nacional”, encabezada por Juan Chulich, fue total. La necesidad de nuevos aires para los trabajadores fue la motivación para completar casi el 90% del padrón.
Luego de siete horas intensas se abrieron las urnas, se constató ante las autoridades idóneas la legalidad de todo el proceso y se pasaron a estampar las firmas correspondientes, definitivas, históricas. Vocales suplentes, titulares, autoridades de mesa, integrantes de la comisión directiva, representantes legales, uno tras otro hasta completar cada documento que certificara el acto.
Sólo después llegaron los abrazos y las lágrimas, la sensación del deber cumplido. Los compañeros y compañeras agrupados en el pequeño salón del sindicato eran los mismos que hace siete años, dispersos en toda la provincia, comenzaron con esta aventura. Parecía imposible. Haberla alcanzado es un premio pero también una responsabilidad. La llegada de las urnas desde cada lugar de la provincia condensó lo que se viene: escuchar y trabajar para brindar la mejor representación posible de los afiliados y afiliadas de nuestro sector.